Segis y Batlle, dos peones de la geometría moral variable de Sistach

La misma semana del nombramiento de Segis como nuevo párroco de Santa María de Mataró (cargo que unirá al de párroco de Sant Josep de Mataró y de vicario episcopal) la hoja parroquial de San José de Mataró, con fecha 19 de junio, publicaba la Plegaria Eucarística. La razón de editar dicho texto no es que los fieles puedan seguir lo que dice el sacerdote en este momento tan significado y importante de la Misa, el sacrificio eucarístico, sino para que, saltándose todas las normas y avisos al respecto que dispone la Iglesia, los fieles puedan leer en voz alta partes de dicha Plegaria. Segis, mosén Segis, se ha adaptado de modo extraordinario al modo extraordinario progre-litúrgico que dicha parroquia se ha autoconferido (y sin Motu Propio). [Véase la reproducción íntegra de la Plegaria Eucarística, no aprobada por la Iglesia al final del artículo]

Ese mismo fin de semana se dieron a conocer los nuevos nombramientos parroquiales. La milenaria Santa María y la centenaria San José de Mataró han pasado a formar una agrupación parroquial, es decir compartirán párroco y vicario, Segis(mundo) Garcia y Ramon Batlle respectivamente, hasta este momento asignados solo a la segunda. Sistach no quiso arriesgar y ha promocionado a dos fidelísimos. Hay que recordar que el prestidigitador Batlle fue el sacerdote abogado que realizó el informe Pousa y que buscó los argumentos jurídicos para una decisión que ya estaba tomada de antemano por Sistach: evitar un castigo a Pousa que le hiciera salir en TV3 como un obispo carca.

Mosén Ramon Batlle i Tomàs (Guissona 1966), un todo terreno sobre el cual también Sistach acumula cargos (vice-ecónomo del obispado, vicario de San José y ahora de Santa Maria, abogado en causas de nulidad matrimonial, abogado defensor de la diócesis en casos de justicia ordinaria…) también hubiera cumplido competentemente lo contrario, es decir también hubiera buscado oportunos argumentos jurídicos si Sistach hubiera mandado empapelar canónicamente a Pousa, el sacerdote que afirma que ha pagado abortos, tener una “amiga” muy especial etc… Como su indumentaria, cambiante del clegyman a unas bermudas color “m… de oca” (caca de oca), Batlle es un prototipo de Sistach macoute. La geometría moral variable de Sistach “s’encomana” (se contagia).

Se contagia y va calando en el trato. La frialdad y la distancia penetran no solo en su trato funcionarial con los sacerdotes sino que invade las relaciones de los cargos diocesanos, salvo alguna honrosa excepción, con el clero parroquial. Un ejemplo de este trato gélido y descarnado, que magníficamente describe Florian Henckel von Donnersmarck en La Vida de los Otros ( Das Leben der Anderen ) para la extinta RDA, se vivió ese mismo fin de semana en Mataró.

El párroco de Santa María, Joan Barat, deseaba continuar después de su jubilación residiendo en la casa parroquial. Barat aceptaba la jubilación pero a cambio de continuar residiendo en una rectoría céntrica, tranquila, soleada y con un maravilloso patio ajardinado interior. Pero pasar del primer piso al segundo, para dejar la primera planta al nuevo párroco, significaba facturar al vicario Manuel Pérez, morador de este espacio. Mientras, a las espaldas de Barat, Segis también hacia su jugada poniéndole al menos una condición a Sistach. De asumir Santa María, quería residir en la soleada casa parroquial pero limpia, sin las hipotecas de un párroco emérito y sin un vicario que no tolera la geometría moral variable y con quien, en las reuniones arciprestales, ha tenido más de un encontronazo. Final de la jugada: Barat a la residencia y Pérez a María Reina.

Barat, quien en su tiempo no dudó en sumarse a recabar firmas entre sus feligreses de Santa María contra el cardenal Carles y quien ha ninguneado todas las realidades parroquiales que no se amoldaban a su ideología (en su sentido más filosófico y menos eclesial), facturado como una mercancía.

Épico fue su sermón de Misa de 10:30 h. del día 19 de junio donde por un cuarto de hora se quejó explícita y duramente delante de la feligresía del trato recibido por sus superiores quienes lo ningunearon en todo momento. Y es que unas de las percepciones mas abruptas del contacto directo con esta nuestra diócesis de Barcelona es el trato funcionarial, gélido y distante, que todo lo invade. No hay hijos ni hay padre, solo hay peones y sobretodo un mandamás.

Que no sufran los fieles de Santa María más normales pues Segis no se cargará nada. No tanto como el escolapio adscrito P. Miras sobre quien va a recaer el peso del trabajo diario de un parroquia donde no van a verle el pelo a los nuevos párroco y vicario, absortos en sus obligaciones en la curia diocesana barcelonesa. Que teman más los inmuebles parroquiales de San José y Santa María, donde el contable Batlles planifica una de estas operaciones de “Roberto y las Cabras” que tanto han caracterizado al ecónomo Matabosch.

Segis será progre en San José y “carquilla” en Santa María. Incluso puede que permita a los cofrades de Semana Santa restaurar la procesión de Corpus, petición reiteradamente denegada por el “conciliarista” Barat. Batlle también se sumará a este chaqueterismo. Esto va camino de ver a Segis presidiendo una Misa progre dominical de 12 en San José y bajo palio por la tarde saliendo de Santa María. Self service total. Ni la Casa de Santiago. Y es que Sistach, el hombre de los cambios de registro según el ambiente, imprime carácter. ¡Caray si imprime carácter!



S. Bateller Golferichs