Sistach tapa agujeros en una diócesis comatosa
Ha tenido nuestro cardenal un día de su onomástica muy aciago. Tuvo que adelantar el rendez-vous en Palacio al día anterior (foto de la izquierda), ya que el martes tenía reunión de la permanente de la CEE, donde ostenta el tan flamante como ineficaz cargo de Presidente de la Comisión de Liturgia (aquella en la que ni tan siquiera da baza alguna al delegado de liturgia de su diócesis), con el agravante de presentarse en Madrid, con el estallido en la prensa de la polémica por los abortos en el hospital de San Pablo. Ahora ya no es Germinans, ni el portal de Vittorio Messori, quienes denuncian el hecho, sino que quien se posiciona en contra de la presencia de la iglesia en el hospital es el mismísimo Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. Ya les dije que este asunto es una auténtica bomba de relojería, que ha explotado por la absoluta desidia del cardenal Martínez Sistach, el cual, si en lugar de maldecir en hebreo y descargar su ira contra mosén Custodio Ballester, hubiera atajado el problema, se habría ahorrado los innumerables dolores de cabeza que ahora le aturden. Aunque parece que su única reacción ha sido encargar un destemplado artículo al subvencionado Jordi Llisterri, en el que siguiendo el proceder sistachiano aparece el valiente Custodio como único culpable.
Mn. Josep Maria Jubany, nuevo párroco de la parroquia de Sant Ildefons |
Pero este no es el único problema que aflige a nuestro cardenal. Y lo que es más grave no es el único problema que padece nuestra diócesis. Se le está empezando a romper por el eslabón más joven. Ahora mismo dos curas jóvenes, ordenados bastante recientemente, se le acaban de marchar, por diferentes razones. Mosén Manuel Pérez González, rector de Vilassar de Mar y Mosén Homer Val Pérez, de la parroquia de San Rafael y del Tribunal Eclesiástico. Añádase a ello que Mosén Felip-Juli Rodríguez se ha negado a ser el nuevo párroco de Santa María de Mataró. Júntesele la jubilación de seis párrocos, no solo por razón de edad, sino por graves motivos de salud y repararán en el arreglo cosmético que suponen los nuevos nombramientos parroquiales. Un mero maquillaje consistente en sustituir rectores progres (Saumell por Jubany y este por Romaguera), eliminar la categoría germinante de la parroquia de San Pio X y agrupar las parroquias de Santa María y San José de Mataró, en manos ambas del vicario episcopal Segis y nuestro amigo, el letrado Ramón Batlle Tomás, enviando al punto más alejado de la diócesis al bueno del hasta ahora vicario Manuel Pérez Moreno. Poca cosa más que los premios de consolación a Andreu Oller y Toni Román, el anhelado traslado a Barcelona del Doctor Babra y la merecida jubilación en Sant Ferran de un santo varón, mosén Amador Roig, al que sustituyen por otro pedazo de pan como mosén Antoni Suriol.
Ningún cambio de relevancia, más allá de los destacados ayer por Antoninus Pius (una vez más Germinans se adelantó a la noticia) del nuevo delegado de juventud y del nuevo formador del Seminario. Esperemos que estos dos curas jasp se hallen dispuestos a aguantar los carros y carretas, que no han podido sobrellevar otros de sus jóvenes compañeros.
Pero como les decía anteriormente la diócesis está patas arriba por la decidida obstrucción del cardenal a sus curas jóvenes. Tanto que presume Sistach de ser el pacificador de la diócesis y los mayores dolores de cabeza se los está proporcionando el clero germinante. Unos le abandonan la diócesis, otros se niegan a secundar sus proyectos y otro (muy señalado) ha conseguido que Roma se posicione por escrito contra la presencia eclesial en hospitales en los que se practican abortos. Se entiende su nerviosismo y su política de paños calientes. Nos hallamos ante el final de un pontificado. Es la política del pato cojo y los que podían salvarle y acompañarle se hallan absolutamente descorazonados al ver su falta de valor ante hechos de tremenda importancia (Pousa, Hospital de San Pablo, declaraciones de Romeu a Cuatro, el CEP de Quim Cervera, política de familia, juventud, seminario, etc). Y eso que no se han cumplido los rumores que colocaban a Aymar en la Sagrada Familia. Por ahora…
Oriolt