Capítulo 19: El altar cristiano. 1ª Parte: El Altar primitivo
Altar románico de Palencia |
La Misa es el centro del culto de la Iglesia, y el altar, el eje alrededor del cual gira toda su Liturgia. Por eso, la Iglesia tributa al altar honores soberanos, como símbolo de Cristo e imagen de aquel altar celeste en que, según las visiones del Apocalipsis, Jesucristo perpetuamente sigue ejerciendo por nosotros las funciones de su eterno sacerdocio.
La historia del altar cristiano comprende varias fases, que serán tratadas en los capítulos siguientes.
1. El altar primitivo. 2. El altar fijo, de piedra, asociado a las reliquias de los mártires. 3. El altar con retablo. 4. El altar-tabernáculo
El Altar Primitivo.
Cuando, en la edad apostólica y post-apostólica, el rito agápico no había hecho aún la separación entre la mesa del banquete y la del sacrificio, el altar quizá no era un objeto litúrgico; servía para tal fin una de las mesas en forma de ese griega en torno a las cuales los fieles habían comido fraternalmente; y, más en concreto, aquella sobre la cual el obispo con los presbíteros había consagrado el pan santo. He ahí por qué no existió en este primer período un altar propiamente dicho, como solían concebirlo los paganos, que acusaban efectivamente a los cristianos de ateísmo ; pero muy pronto, al afirmarse más y más el misterio eucarístico, distinguiéndose del banquete agápico, el rito consecratorio vino a celebrarse sobre una mesa especial ( mensa, altare ), la mensa dominica ( trápeza kyriou ) (1), como la llama San Pablo, constituida probablemente por una de aquellas mesas trípodes (t ribadion ) que formaba parte del mobiliario de toda casa patricia. Los diáconos, que cuidaban de ella, la colocaban, en el momento oportuno, en el lugar designado y disponían sobre ella el pan y el vino que había de consagrar el celebrante. Así describen los Acta Thomae (final del s.II) la preparación del rito eucarístico: Imperavit autem Apostolus diácono suo ut mensam iuxta poneret; apposuerunt autem subsellium, quod ibi invenerant, et, strato linteo, imposuít panem benedictionis … (2)
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Cementerio de Calixto: consagración sobre tribadion |
También San Cipriano, hablando de una reunión eucarística, alude a algo semejante: “ Considentibus Dei sacerdotibus, et altare pósito ." (3) La representación más antigua de un altar trípode cristiano se halla en la llamada capilla de los Sacramentos, en el cementerio de Calixto, y data de principios del siglo III. Junto a la figura simbólica del banquete eucarístico, un personaje vestido de capa permanece en pie delante de una mesa de tres pies, sobre la cual han sido colocados un pan y un pez, mientras extiende sobre estos elementos la mano derecha en ademán de consagrarlos.
Esta movilidad del altar respondía al concepto que de él tenía el cristianismo, muy distinto del de los paganos. Para éstos, lo que contaba era el soporte material del sacrificio (el βωμός = altar, como lo llamaban); para los cristianos, más importancia que el objeto material tenía la acción mística, el sacrificio de Cristo, que allí se realizaba. Con todo, el fin eminentemente sagrado a que servía debió muy pronto asegurar a la mesa eucarística una atención especial, y fue causa de que se la considerara como "objeto litúrgico" ; más aún, como res sacra (4), porque, como observaba Orígenes, estaba consagrada por la sangre de Cristo.
El altar-mesa de los tres primeros siglos traía, pues, su origen de la mesa agápico-eucarística, y, consiguientemente, era de madera, de forma circular o cuadrada, y de amplitud suficiente para poder contener los elementos eucarísticos y algunas veces otras ofrendas que, según atestigua la Traditio, se colocaban sobre ella para ser bendecidas. En África eran de madera todavía los altares que en el siglo IV los donatistas, en su fobia anticatólica, devastaban, utilizando la madera para calentar el agua que echaban en los cálices. San Agustín cuenta las violencias por ellos perpetradas contra Maximiano, obispo de Bagai, golpeado con los travesaños del altar junto al que se había refugiado. " San Atanasio refiere también que, cuando los arríanos invadieron su iglesia de Alejandría para poner como obispo a un tal Jorge, hicieron saltar el trono episcopal y la mesa de madera del altar, pegándole a éste fuego. Los altares de madera duraron largo tiempo en la Iglesia; tanto, que en la época de los carolingios fue necesaria una orden especial que los prohibiera; este material, que presentaba no pocos inconvenientes, al comenzar el siglo IV fue poco a poco substituyéndose por la piedra. Sin embargo, la primera disposición prohibitoria del altar de madera se encuentra en el concilio de Epaón, del año 517, en la Borgoña. Por esta época y también en Oriente, los altares de madera que quedaban fueron abandonados prácticamente.
Altar en la catacumba de San Pánfilo |
En la basílica lateranense se conservan restos de un altar de madera sobre el cual dícese que celebró San Pedro. Lo describen ad modum arcae (5), esto es, excavado en su parte superior, como generalmente eran los altares antiguos y las mismas aras paganas. También en Santa Pudenciana se cree poseer los restos de un altar de madera análogo. Sin embargo, la autenticidad de estos altares, a juicio del P. Braun, es, por lo menos, bastante dudosa.
Es opinión común entre los tratadistas, que durante el período de las persecuciones se celebró frecuentemente la misa en los cementerios cristianos, usando como mesa de altar la lápida o piedras que cubren los sarcófagos de los mártires, sobre todo aquellos cuya tumba se había construido en una bóveda o arcosolio. El P. Braun cree que semejante opinión carece de fundamento serio, porque no se funda en prueba alguna escrita o monumental. El Líber Pontifícalis cita, sí, un decreto del papa Félix (269-274): Hic constituit supra memorias martyrum missas celebrari (6) pero este decreto es tenido por todos como apócrifo. De todos modos, si la eucaristía, en casos extraordinarios, se celebró allí, como, por ejemplo, con ocasión de la deposición de algún cadáver, se colocó delante del sepulcro del mártir la mesa de madera que hacía de altar. Los altares hoy existentes en los antiguos cementerios cristianos, son todos posteriores al siglo IV.
NOTAS
- La mesa del Señor (entre paréntesis, su nombre griego).
- De las Actas de Tomás: “Mandó el Apóstol a su diácono (servidor) que pusiera al lado la mesa; pusieron junto a ella una banqueta que allí habían encontrado; y extendiendo un mantel, puso encima el pan de la bendición…
- Sentados juntos los sacerdotes de Dios y puesto el altar…
- Cosa sagrada.
- A modo de arca.
Éste estableció que las misas se celebraran sobre los sepulcros de los mártires.
Dom Gregori Maria