La Misa Crismal de de los 50 años sacerdotales del cardenal Sistach
Un grupito de sacerdotes hacen corrillo en la capilla del Santo Cristo de Lepanto donde se revisten para la Misa Crismal de este Martes Santo. Uno de ellos pregunta: “¿De qué nos hablará hoy nuestro cardenal?". Otro sacerdote, el más anciano y venerable del grupo le responde tajantemente: “¿Acaso lo dudas? Por supuesto que nos hablará de la visita del Papa y de la Sagrada Familia ” No se equivocaba este veterano sacerdote, y es que no era muy difícil adivinarlo, hace más de cinco meses de la visita del Santo Padre, pero nuestro cardenal no habla de otra cosa, es monotemático, ha sido su momento de mayor gloria episcopal y por mucho tiempo que pase no se resigna a hablar de ello.
Nuestro arzobispo citó dos veces la visita de Benedicto XVI a Barcelona en su homilía, leyendo textualmente dos alocuciones papales, una en el mismo templo de la Sagrada Familia y la segunda en el aeropuerto del Prat de Llobregat al despedirse. Pero no sólo se quedó en esto, la visita del Papa salió hasta en la sopa. Todos esperamos con gran emoción cual seria el regalo de la diócesis a nuestro pastor con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, pues el obispo auxiliar Sebastià Taltavull nos sacó de dudas, después de felicitarlo efusivamente hizo entrega de un DVD con los mejores momentos de la visita del Papa a Barcelona, ¡Qué regalazo!
Y no acaba todo aquí. Al salir al claustro de la catedral se nos hace entrega de un regalo a todos los sacerdotes, un libro escrito de puño y letra por nuestro cardenal. ¿Se imaginan el tema?… Pues han acertado: “Revitalizar nuestra identidad cristiana. Las claves de la visita de Benedicto XVI a Barcelona". Por supuesto el libro está publicado únicamente en catalán y en una conocida editorial catalanista, los dos últimos títulos de esta colección antes del libro de nuestro cardenal son: “La bandera catalana” de Jordi Albertí y “El país que tenemos” del Secretario General de Esquerra Republicana Joan Puigcercós.
En cuanto a la celebración más de lo mismo, el tiempo pasa, pero nada cambia, si exceptuamos que los protagonistas cada vez están más envejecidos. Así podemos ver al diácono permanente omnipresente Josep Urdeix, moviendo la cabeza de un lado para otro y contorsionando todo su cuerpo, con movimientos prácticamente epilépticos. O al obispo Pere Tena cada día con más Parkinson, o a Mn. Josep Anton Arenas, que debería estar ya jubilado de todo, pero que se sitúa siempre en primera linea en el mismo estrato que los obispos. Todo igual que siempre y la única diferencia en relación a hace unos años es la desagradable presencia del obispo Godayol, ese personaje que hace declaraciones tan desafortunadas y tan poco católicas, como algunas que ha recogido esta misma página web. No sólo concelebra al lado de nuestro arzobispo sino que participa activamente leyendo uno de los mementos de la consagración (que lástima que no le tocara el que habla de los pastores fieles a la fe católica y apostólica, hubiera sido apoteósico). Muchos de los sacerdotes tuvieron que pasar por él para recibir la Sagrada Comunión.
En esta ocasión el discurso en nombre de los sacerdotes que celebraban las bodas de oro y plata sacerdotales le tocó también hacerlo al mismo arzobispo, por lo que tuvimos que aguantar doble ración de sermón cardenalicio. Es el año que he visto más sacerdotes con los ojos cerrados y con las cabezas caídas. Otros años los sacerdotes que salían a decir sus vivencias y experiencias despertaban gran interés por las anécdotas y recuerdos personales que esgrimían, algunos de ellos graciosos y divertidos, pero nuestro cardenal nos volvió a dar otro sermón con el mismo tono de voz y con tan poca emoción argumental que dejó bien dormido a la mayoría del personal.
Otro detalle que considero impropio, y que se hace desde que preside la celebración el arzobispo Sistach es entregar dentro de la Eucaristía un regalito a la larga lista de sacerdotes que celebran sus bodas de oro y plata de sacerdocio, se hace tremendamente pesado y aburrido, y muy fuera de lugar dentro de la liturgia, claro que esto debe ser un pequeño homenaje al CPL (Centro de Pastoral Litúrgica) en el que tan implicados han estado Tena y Urdeix y que tantas barbaridades litúrgicas han provocado en nuestras parroquias. Un detalle que quedaría mucho más apropiado en la comida sacerdotal que tenemos a continuación en el recinto del Seminario Diocesano.
Un sacerdote anónimo