Otra vez vuelven a cargar contra el obispo mártir Manuel Irurita
El anuncio de la beatificación de 22 mártires que fueron fusilados en Paracuellos del Jarama, en el año 1936 por odio a la fe, ha puesto en guardia a los detractores del obispo mártir de Barcelona Don Manuel Irurita Almándoz, que quieren evitar por todos los medios que algún día también sea beatificado. El nacionalprogresismo eclesial nunca ha podido contemplar la posibilidad de beatificación de alguien tan contrario a sus ideas, algo parecido a lo que sucedería si de aquí unas decadas se pidiera por ejemplo la beatificación de su sucesor Don Marcelo González, que también fue mártir en vida, odiado y expulsado de Barcelona por no comulgar ni con el nacionalismo ni con el progresismo.
Don Manuel Irurita no sólo no era catalán, sino que se sentía próximo a las ideas del tradicionalismo carlista, algo imperdonable para los nacionalprogresistas que tienen como modelo y ejemplo de obispo de aquella época a Don Francesc Vidal i Barraquer, cardenal-arzobispo de Tarragona, que después de ser detenido y a punto de ser fusilado por los enemigos de la Iglesia salvó su vida in extremis gracias al apoyo de la Generalitat de Catalunya (entonces de Esquerra Republicana de Catalunya). Posteriormente el arzobispo Vidal i Barraquer se negó a firmar la declaración conjunta de los obispos españoles a favor del Alzamiento Nacional, motivo por el que no pudo regresar a Cataluña y se convirtió en un heroe del nacionalismo catalán.
La gran estrategia para evitar la beatificación de Don Manuel es argumentar que algunas personas lo vieron con vida en el año 1939, algo que ha provocado las más variadas novelas de lo que pudo suceder para ello, llegando a extremos en que Dan Brown y su Código Da Vinci, quedarían pequeños al lado de tanta inventiva y fábula pseudo religiosa. Pero claro, uno de los que realiza tal afirmación es el Rvdo. Josep Maria Aragonés Rebollar, canónigo emérito de la catedral de Barcelona y Vicario Episcopal en tiempos de Don Narcís Jubany. El Rvdo. Aragonés es uno de los que afirma haber visto con vida al obispo Irurita en 1939, al que -según él- reconoció aún vistiendo de paisano y tres años después de haberlo visto por última vez, cuando tan sólo tenía 10 años.
La declaración del Rvdo. Aragonés obstaculizó cualquier proceso de beatificación en la era Jubany, pero cuando vino otro obispo no catalán, odiado también por el progresimo nacionalista eclesial, Don Ricardo Carles, se volvió a reabrir el proceso, para ello el cardenal valenciano encargó la prueba de ADN de los restos que se encuentran en la catedral contrastándolos con dos hermanas del prelado enterradas en Valencia, el resultado no podía ser más claro: Un 99,9% de fiabilidad.
Aún así, los detractores siguieron con sus estrafalarias teorías, y tuvieron un cierto respiro con el final de pontificado de Don Ricardo y la llegada del un obispo "amigo" de sus ideas, como n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach. Pero la voluntad de nuestro grandísimo Santo Padre, de continuar con las beatificaciones de los mártires asesinados por los amigos de Zapatero y compañía, ha puesto en guardia a sus principales detractores. Además del ya citado Rvdo. Aragonés, los otros compañeros de comparsa son:
-Rvdo. Joan Bada Elías: sacerdote de la diócesis de Barcelona, profesor emérito de historia de la Facultad de Teología de Catalunya (sí, sí, donde se forman los seminaristas), de la que llegó a ser vice-decano y también profesor de la Universidad de Barcelona. Promotor de forums de ideas heterodoxas y de manifiestos críticos con la doctrina oficial de la Iglesia. El ensayo del Rvdo. Bada "Societat i Església a Catalunya. Cent anys entre constitucions i dictadures" (Sociedad y Iglesia en Cataluña. Cien años entre constituciones y dictaduras), publicado por la Facultad de Teología de Catalunya dedica un amplio reportaje sobre el "Caso Irurita" en el que lógicamente defiende la teoría de que no fue mártir.
-Rvdo. P. Hilari Raguer Suñer, monje de Montserrat, declarado anti-franquista, fue detenido en la huelga de tranvías de Barcelona en 1951 y encerrado en la prisión de Montjuich durante varios meses. Muy cercano a UDC, su tesis doctoral fue "La Unió Democràtica de Catalunya i el seu temps (1931-39)" (Unió Democràtica de Catalunya y su tiempo). Fue nombrado miembro del Memorial Democrático de Catalunya en el año 2008 a propuesta de Convergència i Unió. Se ha opuesto a cualquier beatificación de personas que fueron asesinados por el bando republicano. Para él el único mártir de aquel periodo que debería ser beatificado es el dirigente de Unió Democràtica de Catalunya, Manuel Carrasco i Formiguera, que fue asesinado por el bando nacional por su ideología política, en ningún caso por ser cristiano.
Como es normal en estos casos, el periódico El País, cuando ve cualquier muestra de división interna o de polémica dentro de la Iglesia católica, informa a toda página del hecho, así en su edición del pasado domingo, informaba posicionándose claramente en el tema con el siguiente titular: "Irurita el obispo que no fue mártir". Dando todo tipo de detalles de las opiniones del trío Aragonés-Bada-Raguer.
NOTA: Pueden encontrar más información de confianza sobre el obispo mártir y sobre su proceso de beatificación en este escrito
Antoninus Pius