Domingo postula a Vives como candidato de CIU
Oriol Domingo el domingo pasado en La Vanguardia (pág. 42) ha seguido la senda iniciada hace quince días por Jordi Casabella en El Periódico cuando este último dedicó un artículo sobre la sucesión de Sistach y ha aportado un nuevo matiz. Aparte del retraso, Domingo, en su artículo, añade a este debate una dimensión nacionalista que va en detrimento de la mayor clarividencia que demuestra Casabella en centrar la cuestión sucesoria en el marco más global de la revisión sobre cómo se ha interpretado el Vaticano II y sus consecuencias.
El empobrecimiento analítico a la que Oriol Domingo somete la cuestión es fruto, a semejanza del nacionalcatolicismo eclesial catalanista, entre otras causas de lo limitado de su mundo, de lo poco viajado y leído que está.. Pobreza que ha servido para que el progresismo eclesial a lo parásito, se instalara en casa catalanista, gozando de calefacción pero sin pagar la factura de la luz.
Pobreza de análisis, simpleza de respuestas. La “hoja de ruta” de Oriol Domingo es presentar a Vives como el candidato que CiU debe hacer suyo y promocionar como substituto de Sistach a la cátedra de Barcelona. Para ello, hay que construir un “frame”, un marco mental adecuado. Y a ello va dedicándose el chaval, sea en el periódico de los herederos de aquellos hermanos liberal-progresistas sagastianos de Igualada llamados Carlos y Bartolomé Godó, o en el blog de estética de laboratorio farmacéutico del susodicho.
Para aquellos que les guste el meta-periodismo, es un nuevo caso, aunque cutre salchichero, de cómo el carro se puede colocar delante de los caballos. El periodista se convierte, no en aquel que recoge una noticia de una manera más o menos neutra y la presenta al lector, sino en aquel que utiliza su medio de comunicación para presentar la realidad de forma tal que provoque una reacción que redunde en beneficio de los intereses personales del periodista. Éste se convierte entonces, como hace Jordi Barbeta en La Vanguardia cuando habla de CiU, no en un agente pasivo, sino en un estratega, en un tracista de “hojas de ruta”, que utiliza su espacio en el periódico como instrumento no de información, sino de creación de opinión en el sentido mas demiúrgico del término. Todo ello muy legítimo si el lector supera la “fase de l’alletament” (destete).
Utilizar la palabra estratega para un personaje como Domingo puede resultar excesivo. Más bien “li escauria” (le pegaría) el papel de aquel que no conformándose con hacer una crónica de “Els Pastorets” (drama teatral navideño catalán) pretende alterar el guión. Y a ello se ha dedicado este fin de semana al comentarnos el acto que se perpetró en la Abadía de Montserrat para celebrar los 25 años del documento colectivo del episcopado catalán “Arrels Cristianes de Catalunya”. “Performance” a la que sólo asistió un obispo, el “denostado” Vives de Urgell, como Oriol Domingo repitió “emparanoiado”[*] por activa y por pasiva en dicho artículo dominical en La Vanguardia, que nada más y nada menos tituló “ -Arrels Cristianes- está vigente pese a la sentencia del Tribunal Constitucional ”. Embolica que fa fort!
¿Pero cual es el “frame” (el marco mental, en el sentido del lingüista progresista y referente para ZP, George Lakoff , que nos quiere colocar Oriol Domingo)?: Un episcopado actual, fruto de los últimos nombramientos, que se ha vuelto tibio, apátrida, en materia de defensa de una Cataluña acosada por el españolismo agresivo.
Para Oriolix Dominguix, los jefes druidas se niegan a suministrar más poción mágica al poblado galo rodeado por las huestes romanas (pues se han pasado a la medicina del alma). Todos, ¡todos! ¡no! Allí está el druida Vívix, que en las altas montañas pirenaicas resiste dispuesto a encabezar una larga marcha hacia Barcelona para restaurar del rol nacional del sacerdocio.
Con el reloj completamente parado, Oriol Domingo vive en la Galia romana. Si uno revisita los artículos del interfecto y amigos de su misma cuerda verá como, para todo este personal, nada ha cambiado en los últimos 25 años. No tenemos autogobierno; no se puede rotular un negocio en catalán; no se puede educar a nuestros chavales en la lengua de nuestros antepasados; los grises nos pegan y persiguen por editar en nuestro idioma propio; la Generalitat no gestiona un presupuesto de billones de las antiguas pesetas; España continúa siendo un país centralista y centralizado invadido por un fresco general. Nada ha cambiado en 25 años. Por ello sigue aún plenamente vigente el “espíritu” de las Arrels Cristianes de Catalunya . Por ello continúa siendo necesario el “espíritu” del “Volem bisbes catalans”.
Uno podrá discutir matices y cuestiones de grado, y sentirse más o menos cómodo con la situación actual, pero lo que está claro es que la situación que viven Cataluña y España no se parece en nada a la de hace más de tres décadas. Y pese a ello, individuos como Domingo, con el contador absolutamente encasquillado, pretenden medicarnos con las mismas recetas. Pura árnica.
Y entretanto, Vives se deja querer. Vives necesita a Domingo para mantener viva su candidatura a Barcelona. Alguien tiene que escribir el relato: les damos el leitmotiv “Vives, la única esperanza para la Iglesia Catalana, a tenor de la involución episcopal”.
Pero la cuestión tiene también su dimensión estomacal. La opción Vives para Barcelona significaría profundizar el clima ártico para la diócesis, pero continuar comiendo caliente para más de uno. Entre éstos el propio Domingo, pues Vives es el único prelado catalán con quien mantiene línea directa. Pura supervivencia periodística.
Vives es la esperanza del partido de los inmovilistas barceloneses, de aquellos que quieren que todo cambie para que nadie cambie. Arropar a Vives, construyendo el “frame”, es la última esperanza para aquellos que temen un golpe de timón en el obispado de Barcelona. Son los Sistach macoutes, heterodoxos de la Facultad de Teología, paniaguados eclesiales con subvenciones públicas y medradores varios.
Pero flaquean las fuerzas intraeclesiales. El binomio Vives-Domingo necesita apalancarse en CiU, pues los recursos propios son demasiado débiles. Veremos si CiU pica el anzuelo que ha lanzado Oriol Domingo. Veremos entonces si este partido corre por las veredas del siglo XXI, que exigen respetar la independencia de la Iglesia Católica y huir de todo nacionalcatolicismo, o si por el contrario se obstina en vivir en el “frame” del poblado galo perpetuamente acosado. Fatídico marco que dificulta la percepción de que nuestra tribu está espiritualmente enferma de un mal que ha contraído por ella misma: haber olvidado el salmo 144 cuando canta “ Feliç el poble que té el Senyor per Déu ” (Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el Señor).
[*jerga juvenil: preocupado, obsesionado con algo. Ejemplo: Oriol Domingo se emparanoia con la web Germinans Germinabit]
Quinto Sertorius Crescens