El copríncipe Vives con el Papa

El domingo muchos sacerdotes y seglares vivimos en Solsona una gran jornada eclesial llena de alegría y esperanza. Vimos en Don Xavier Novell un claro representante de una nueva generación de obispos para Cataluña, con todas las cualidades para dar el salto generacional y pastoral que la Iglesia en nuestra tierra necesita, después de décadas de prelados dedicados mayoritariamente a complacer al clero progresista y al nacionalismo catalán dominante. Pienso que ya no hay marcha atrás, y como ya ha sucedido en las Vascongadas, ya no se pueden hacer más experimentos ni concesiones, hay que apostar fuerte por el cambio y por la ruptura definitiva con todo lo que nos ha llevado a la desolación eclesial en tierras vascas y catalanas.

A decir verdad, de obispos de la vieja guardia progresista ya casi no quedan representantes. Es evidente que n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach representa el continuismo de sus antecesores (Jubany, Camprodon, Deig…) pero a nadie se le escapa que le queda un año y medio para presentar su renuncia, y que por muy cardenal que sea, y por mucho que luzca por la visita papal (su felicitación navideña es simplemente una reproducción del cartel de la visita del Santo Padre) no ha conseguido colocar ni un sólo obispo de su cuerda en Cataluña, ni siquiera su amado Rvdo. Josep Maria Turull por quien estaría dispuesto a recorrer de rodillas todo el perímetro vaticano con tal de que le dieran la mitra.

Con esta persepectiva sólo queda un obispo de esa linea caducada, el copríncipe Vives con bastantes años por delante para dar guerra y para aspirar a las mayores cuotas de poder en la Iglesia catalana, especialmente su retorno a Barcelona, donde se aseguraría el birrete cardenalicio. Él representa la única esperanza del progresismo nacionalista que es consciente de que ha perdido la batalla catalana, pero que aún le podría quedar un fortín nada desdeñable, por unos años, en la diócesis de Barcelona.

Por todos estos motivos, Don Joan Enric tiene que apretar el acelerador, así que consiguió para este pasado viernes 10 de diciembre una audiencia con Su Santidad Benedicto XVI en Roma. Para conseguirlo ha utilizado bien sus cartas, sobre todo la de copríncipe que domina a la perfección, para organizar una visita "oficial" del Estado de Andorra y así ser recibidos por el Santo Padre. Para ello tuvo que llevarse a la Ciudad del Vaticano un buen séquito con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Andorra, el embajador andorrano en la Santa Sede, Directora General del Ministerio, Jefe de Gabinete…

La jugada coló, así que el copríncipe y su séquito político y eclesial fueron recibidos por nuestro Santo Padre, pero la cosa simplemente quedó en una visita protocolaria. Muestra de ello es que en la comida que organizaron los asistentes no estaba ni el Secretario de Estado ni ninguno de los máximos dirigentes de la Ciudad Eterna. Sólamente Monseñor Dominique Mamberti (secretario para las relaciones con los Estados) y Monseñor Paolo Gualtieri (miembro de la Secretaría de Estado).

Eso sí, Don Joan Enric se aseguró un próximo momento de lucimiento personal como es la futura beatificación en su obispado, de la religiosa Ana María Janer, fundadora de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel. Tercera beatificación en tierras catalanas en poco tiempo, y que previsiblemente será presidida por S.E.R. el cardenal Angelo Amato.

El copríncipe no pierde el tiempo, y con el deseo de salir en todas las fotos, al día siguiente de su visita romana ya estaba junto al Nuncio de Su Santidad en España Don Renzo Fratini, en la inauguración de los nuevos locales de la curia egarense (noticia que por cierto brilla por su ausencia en los medios progresistas, llisterrinos, dominguistas y compañía). Ya sabemos que para el progresismo nacionalista todo lo que hace referencia a Don José Ángel Saiz hay que ocultarlo a no ser que sea para criticarlo, en cambio todo lo que hace Don Joan Enric es maravilloso.

Hablando de Terrassa quiero hacer una pequeña referencia a los recientes nombramientos de vicarios episcopales, muy equilibrados y "políticamente" correctos, mientras se nombra a un toledano y joven sacerdote como el Rvdo. Juan Carlos Montserrat como vicario episcopal, por otra parte también se nombra a un miembro de la Unió Sacerdotal como el Rvdo LLuís Pou para el mismo cargo, eso sí, se le hace vestir de sacerdote, algo que nunca había hecho en su vida, pero encantado de la vida con tal de tocar cargo (estos de la "U", se venden rápidamente si hay poder de por medio). En la foto pueden verse de izquierda a derecha: Rvdo Juan Carlos Montserrat (Vicario Episcopal) Rvdo Manuel Fuentemilla (Vicario Episcopal) Don José Angel (obispo titular) Don Salvador Cristau (obispo auxiliar) Rvdo. Lluís Pou (Vicario Episcopal) y Rvdo. Fidel Catalán (Secretario Canciller)

Tengo la sensación de que cuando Don Xavier Novell haga nombramientos para su obispado va a ser más claro en la linea de la renovación y menos "político" que Don José Ángel, espero no equivocarme.

Antoninus Pius