Capítulo 5º: ¿El apostolado seglar es una novedad del Vaticano II? (2ª parte)
Cardenal Pierre de Bérulle |
Mª de la Encarnación Avrillot |
¿El concilio de Trento aparta la mujer del apostolado seglar?
Gaston de Renty, por recomendación de San Juan Eudes o de su director espiritual, el oratoriano P. Condre, fue animado a establecer contacto con personalidades de una gran altura espiritual y a veces incluso a ejercer la dirección de almas como fue el caso de algunas religiosas de clausura. En 1641 Juan Eudes le presenta a la mística y seglar Maria des Vallées (1590-1656) con quien Renty entablará una relación de gran profundidad espiritual.
Gracias a su relación con los oratorianos, Renty entró en contacto con el Carmelo Descalzo. La reforma teresiana del Carmelo havia llegado a Francia en 1604, concretamente a París de la mano de la beata Maria de la Encarnación Avrillot (1566-1618), bautizada con el nombre de Bárbara.
Bárbara Avrillot estava casada con Pierre Acarie, a quien amó toda la vida, y era madre de seis hijos cuando movió cielo y tierra para traer a las carmelitas descalzas a Francia. Gracias a ella y a su círculo de amistades, fue posible la construcción y fundación del primer Carmelo Descalzo del país, el de la calle Saint Jacques de la capital del Sena. Madame Acarie, como era conocida, antes de estas fechas ya era famosa por su dedicación a los pobres y enfermos especialmente en los hospitales y por una rica vida interior que a la práctica la había retirado del cortesano mundo altoburgés al cual pertenecia por nacimiento. Su padre habia sido el canciller de Margarita de Navarra, la primera esposa del rey Enrique IV de Francia. Su madre era descendiente ni más ni menos que del líder parisino medieval Étienne Marcel.
La casa de Madame Acarie (nacida Avrillot) era frecuentada por San Vicente de Paul; por San Francisco de Sales –quien por seis meses fue director espiritual de nuestra protagonista-; o por el P. Pierre Coton (1564-1626), jesuita, discípulo de San Roberto Belarmino y condiscípulo de San Luis Gonzaga. Predicador implicado como San Francisco de Sales o Pierre de Bérulle en las misiones para el retorno de los calvinistas a la Fe católica, el P. Coton seria confesor del rey Enrique IV de Navarra-Francia, el mismo un protestante convertido. De hecho, Coton había sido introducido en la corte por un mariscal del ejército, una hija del cual había regresado al catolicismo gracias al jesuita.
La lectura en 1601 de L a vida de la madre Teresa de Jesús (1590), biografía de la santa reformadora del Carmelo escrita por Francisco de Ribera, uno de los confesores de la santa de Ávila, trastocó la vida de Madame Acarie. El libro le había sido facilitado por su amigo l’ abbé de Brétigny, responsable de la traducción al francés. Unas apariciones místicas de Santa Teresa de Jesús, la convencieron de fundar el Carmelo descalzo en Francia. Después de recibir varios consejos de gente de su confianza espiritual, como el propio Bértigny, Pierre de Bérulle, San Francisco de Sales y los Marillac, reunidos junto a ella en 1602 en un célebre encuentro, todo se puso en marcha. Bérulle visitó España. En 1604 llegaban las carmelitas españolas que se unieron a diversas postulantes francesas, algunas del círculo de amistades de Madame Acarie, para iniciar la vida de comunidad del primer Carmelo Descalzo de Francia.
La esposa y madre de familia Bárbara Avrillot, de Acarie, no sólo fue la responsable de la fundación del Carmelo en el país galo y de su primera expansión, si no que intervino en la fundación de las Ursulinas en París y del Oratorio en Francia.
Viendo que algunas de las novicias tenían mayor propensión para la vida religiosa activa que para la contemplativa, llamó a París a Françoise de Bermond, quien habia fundado hacia 1592 cerca de Avignon una comunidad de muchachas dedicada a la enseñanza y al catecismo de las niñas. Necesitadas de una regla de vida y en plena expansión por Francia, las comunidades de Françoise de Bermond adoptaron la regla de las ursulinas de Santa Ángela de Merici. Es posible que el Padre Coton, quien conocía a Bermond y quien le había pedido que fundara las comunidades ursulinas de Marsella y Valence, fuera quien hablara de las estas religiosas a Madame Acarie. Llamada a París en 1607, Bermond se puso en contacto con ella y el grupo de postulantes mas inclinadas a la vida activa. De este modo se fundaba la comunidad de ursulinas de París, pudiendo hacer realidad con ellas la idea de que se dedicaran a la enseñanza.
Poco tiempo después, Bárbara Avrillot, de Acarie, aconsejaba a Pierre de Bérulle (1575-1629) renunciase a la demanda cortesana de ser tutor del Delfín de Francia, el futuro Luís XIII. Junto a San Francisco de Sales, animó a Bérulle a vencer sus dudas de fundar una sociedad de vida apostólica para la reforma del clero secular. Francisco de Sales le sugirió el modelo del Oratorio de Roma fundado por San Felipe Neri. El día de San Martín de 1611, Acarie junto a San Vicente de Paul, estaban presente en la Misa de instalación del Oratorio en Francia-París.
En 1613 murió Pierre Acarie. Viuda, Bárbara pidió entonces entrar en la orden como religiosa lega del carmelo descalzo más pobre de los hasta ese momento fundados, el de Amiens, adoptando el nombre de Marie de la Incarnation. Acarie moriría en 1618. Sus tres hijas habían ya profesado como carmelitas descalzas. En el momento de su muerte, la orden disponía ya en Francia de catorce casas (París, Amiens, Pontoise, Dijon, Beauce…).
¿Antes del Vaticano II la Iglesia consideraba la separación del mundo y el sacerdocio ordenado como un estado superior de perfección para el creyente?
El miembro de la Compañía del Santísimo Sacramento, Jean de Bérnieres (1602-1659) fue, como hemos dicho, consejero espiritual de seglares y religiosos y religiosas en Caën. Tambien hemos mencionado como su encuentro con Catalina de Bar (1614-1698) seria decisivo para la fundación, por esta última, en París, de las Benedictinas Adoratrices del Santísimo Sacramento.
Por su parte, Gaspar de Renty seria director espiritual de la priora del Carmelo Descalzo de Beaune y entablaria desde setiembre de 1644 una amistad espiritual de enorme calado con la Venerable Margarita del Santísimo Sagramento Parigot (1619-1648), del mismo Carmelo descalzo de Beaune en Borgoña. Con ella compartirá una enorme devoción hacia el Niño Jesús. Frutos de sus conversaciones mútuas, Renty formulará una de las mejores definiciones sobre la infancia espiritual: «l’esprit d’enfance est un état où il faut vivre au jour le jour, dans une parfaite mort à soi-même, en total abandon à la volonté du Père».
Renty enviaria a la carmelita Margarita Parigot una imagen del Niño Jesús de madera “El Pequeño Rey de la gloria” como regalo de Navidad. Una imagen articulada que podia ser vestida. Para venerarlo Sor Margarita obtendrá de sus superiores el permiso para contruir una pequeña capilla aneja a la iglesia del monasterio. Sera el origen del santuario del Niño Jesús de Beaune y sus peregrinaciones nacionales. Toda esta corriente marcará profundamente la espiritualidad del Carmelo francés y a la futura Santa Teresa de Lisieux, de l’Enfant Jesús.
Pasará lo mismo con la espiritualidad de Renty, vinculado al Oratorio de Francia, a la Compañía del Santísimo Sacramento y al Carmelo Descalzo. Tal como ha descrito los historiadores de la espiritualidad de la época, Bérulle, como Santa Teresa de Jesús, se siente atraído por el misterio de la Santa Infancia de Jesús, por la humildad de un Dios encarnado en la precariedad de un niño indefenso, sencillo e inocente. A l abandonarse filialmente a las manos de Dios, al hacerse ofrenda uno mismo con docilidad, como un niño, se suma la espiritualidad del s’effacer típica del Oratorio francés y de la Compañía del Santísimo Sacramento, al otro extremo de la efectismo del barroco palaciego de la época.
La Compañía , promovida por el Oratorio y de la cual Renty forma parte, invitaba a sus miembros a vivir l’ effacement total de la personalidad delante de la Persona divina, a que no restase nada de si mismo, a la manera de la Hostia consagrada, donde el pan es sólo la apariencia visible, el revestimiento exterior.
La contemplación del M isterio de la Encarnación , la devoción a la Eucaristía y a la Santa Infancia marcarán el carácter de esta sociedad a la que llaman “secreta”, a quien habría que calificar mejor con el adjetivo de “discreta”, que animaba a sus miembros a la vida de oración y piedad, a la recta conducta, a la caridad activa y al compromiso misionero. Una “discreción” basada en la espiritualidad de la caridad silenciosa de Dios escondido en Jesucristo. Actuar pero sin ser vistos para “liberar a las obras de los peligros del amor propio”. Se trataba pues de un instrumento de santificación para sus miembros, a los cuales se animaba a llevar a cabo, con discreción, actos de Caridad; de esforzarse “en construir Jerusalén en medio de Babilonia”. La oración por las necesidades mutuas de sus miembros, vivos o difuntos, y una activa corrección fraterna completaban la vida de una Compañía formada esencialmente por y para seglares. Aunque en años posteriores hubieran desviaciones semiquietistas como los que se atribuyen a la célebre discípula de un dirigido de Bernières, la seglar Jeanne Marie Bouvier de la Motte Guyon (1648-1717) o al discípulo de esta, Fénelon ( François de Salignac de la Mothe , 1651-1715), sería injusto reducir unilateralmente esta invitación a la vida devota de los seglares, en el sentido salesiano de la palabram a un apartarse del compromiso o un cerrarse al mundo. L a Compañía del Santísimo Sacramento se propuso reformar el conjunto de la sociedad desde dentro, pues sus miembros continuaban en el mundo, contrariamente al jansenismo de Port-Royal que predicaba el desprecio y la separación del mundo.
Uno de los confesores que tuvo Renty fue autor de su primera biografía. En las primeras líneas el autor afirma que habia escrito el libro “ayant résolu de le proposer à toutes les personnes mariées qui sont dans l’Église, comme un patron parfait et achevé de toutes les vertus nécessaires à l’état de mariage, il l’y a appelé, dont il disait avec certitude qu’il n’en pouvait point douter.”
El mismo Renty consideraba que toutes les conditions de vie sont des lieux de salut, et peuvent faire brûler les âmes d’un véritable amour de Dieu . Y en una carta de 16 junio de 1642 escribía: Puesto que somos bautizados, nos revestimos de Jesucristo, y los lugares, y los votos nada aumentan a la perfección cristiana, aunque sean medios para adquirirla con mayor facilidad. Creo que sería un error muy grande hacer que una persona cambiara su estado y condición para hacerle encontrar la perfección; como si Nuestro Señor no hubiera santificado todos los estados, no se valiera de todos y no comunicara su Espíritu a toda su Iglesia.
¿ La vida devota nacida de la escuela de San Francisco de Sales recluye al creyente en un mundo interior que soluciona el debate sobre quien ejerce la autoridad política con la solución del absolutismo o la dictadura?
B. Alain de Solminhac |
Compañías del Santísimo Sacramento se fundaron por toda Francia (unas 50) a imagen y semblanza de la de París, hermanadas todas ellas a la de la capital que actuaba de referente. Formaron parte de ella aristócratas; profesionales liberales; maestros artesanos; sacerdotes; fundadores como San Vicente de Paül o Jean Jacques Olier (de los sulpicianos), a veces después de verdaderas conversiones desde una vida disoluta; o obispos como el beato Alain de Solminhac (1593-1659), “el Carlos Borromeo” de la diocesi de Cahors donde publicó el catecismo en occitano y mandó que se predicara en él pues el pueblo sencillo no entendía otra lengua. Interclasista, en el interior de la Compañía estaba prohibido todo privilegio vinculado al estamento, del mismo modo que se practicaba en las Congregaciones de los Dolores tan extendidas en Cataluña.
La Compañía del Santísimo Sacramento fue en Francia lo que las Escuelas de Cristo en España –vinculadas a los oratorianos españoles de San Felipe Neri- o, como hemos dicho, a las Congregaciones de la Virgen de los Dolores en Cataluña –vinculadas al núcleo de sacerdotes más estrechamente relacionados con los oratorianos de San Felipe Neri de Barcelona. Sociedades de vida apostólica, u na adaptación para el pueblo de los oratorios de San Felipe o del Padre Bérulle.
Se calcula que a finales del siglo XVIIII había unas cuatrocientas Escuelas de Cristo diseminadas especialmente por el mundo hispánico. La primera en España había nacido en Madrid en 1653. Como en el caso francés, un elemento muy característico de la Escuela de Cristo, según sus Constituciones , era que no podían celebrar fiesta alguna exterior porque esta Escuela es más interior y retirada, y su principal Instituto los ejercicios de mortificación y penitencia. Y en tantas como se hacen fuera de ella, se podrán aprovechar los devotos . Esta particularidad, unida a la recomendación a los hermanos de no referir a los que no son de la Escuela los ejercicios y cosas particulares de ella , hizo que las Escuelas de Cristo fueran poco conocidas entre la población e incluso, en determinados momentos, estuvieran bajo sospecha.
Las acusaciones de los que no querían entender el verdadero significado de la discreción o “secretismo” de estas sociedades, que prefiguraban el de la masoneria –aunque los objetivos eran diametralmente distintos, pusieron en la picota a estas asociaciones y el mundo dévot que participaba de ellas. Molière incluso los ridiculizó en su Tartufo.
Cuando murió Pierre de Bérulle en 1629, el Oratorio tuvo que elegir rápidamente superior general, con el fin de evitar que los recelos de Richelieu hacia estas sociedades de vida apostólica acabaran en la supresión del propio Oratorio. El famoso primer ministro de Luis XIII temía las relaciones entre este movimiento de reforma religiosa y el llamado en Francia parti des dévots , opuesto este partido a una política sistemáticamente hostil y de tensión del país galo con el resto de potencias católicas de Europa (concretamente la de los Habsburgo). Para Richelieu, Bérulle era uno de los referentes de este partido y por ello recelaba de él.
Mazarino, sucesor de Richelieu (+1642) como ministro principal de Luís XIII y del primer Luis XIV, intentará suprimir no los Oratorios pero sí la Compañía del Santísimo Sacramento –acusada de sociedad secreta-, extendida ya entonces por toda Francia. Para Mazarino era una “cábala” de dévots . Pero aquí dévot pasa a tener un significado que va mas allá de la práctica de la piedad, significa la existencia de una sensibilidad no antimonárquica en el orden social, pero contraria a la progresiva concentración del poder en manos del rey (el origen del absolutismo monárquico moderno, un proceso acelerado por Richelieu-Mazarino-Colbert que crece en detrimento del contrapoder de parlamentos y fueros regionales).
Los dévots fueron acusados de: (1) antiregalistas en la guerra civil francesa de la Fronda (1648-1653) que enfrontó las dos concepciones políticas (Equilibrio de poderes con contrapesos versus Absolutismo); (2) de estar infeudados o ser partidarios del rey de España, pues dicho conflicto tuvo lugar en plena fase antiespañola de la Guerra de los Treinta; (3) de “ultra” católicos; (4) de ser un Estado dentro del Estado; y (5) de tomar iniciativas sin dar cuenta al Rey. Muerta la reina madre Ana de Austria (+1666), una de las principales valedoras, seria Luis XIV quien suprimiría de un plumazo en 1666 la Compañía del Santísimo Sacramento.
Quedaban tocados los diques de contención al avance de una potencial Iglesia Nacional, una tentación para todo gobernante absolutista que desea hacer y deshacer también en el ámbito eclesial. En 1682 llegarían la famosa Declaration des Quatre articles gallicans de Jacques-Bénigne Bossuet (1627-1704), el mas ilustre representante del galicanismo del siglo XVII, documento avalado por la asamblea de obispos de Luis XIV de Francia. Un galicanismo que obtendría el favor, no solo de los eclesiásticos que no querían incomodar a la Corona , si no también a los que sí la querían importunar en materia religiosa: los jansenistas.
Los dos opuestos convergerían en eclesiología por su desapego a la Sede Apostólica , al Papa. Los dos opuestos (absolutismo y jansenismo) convergerían también en su desapego a escuchar, dar voz y dar participación activa en el Gobierno de las cosas de todos, al Pueblo, tratándolo de minusválido social. Las intuiciones de la democracia medieval cristiana se marchitaban. Las ideas tenían e iban a tener sus consecuencias. El peligro de la concentración del poder aumentaba. Se debilitaban los diques contenedores del avance, en el orden político-social, de los mesianismos dictatoriales o de las oligarquías del elitismo intelectual. Amordazado el pensamiento social cristiano tradicional y el asociacionismo seglar católico dévot que lo vivía y promovía, pudo el absolutismo de los monarcas católicos europeos deshacerse de este gran dique de contención para su avance.
Guilhem de Maiança