A Sistach, en Mataró, ya lo llaman el Ferrero Rocher
Capilla salesiana en 1905 |
Antes de entrar en materia vamos a exponer primero un caso que no atañe directamente a Sistach, para entrar posteriormente al meollo de la cuestión.
El colegio salesiano Sant Antoni de Pàdua de Mataró va a cargarse su espaciosa capilla colegial para convertirla en salón multiusos. Para ello se ha deshecho de todos los bancos con reclinatorio, confesionario incluido, y se los ha encajado a la Basílica de Santa Maria.
Es muy curioso observar como también en este caso se cumple la alta correlación directa que existe entre las ganas de cargarse la
La misma capilla en 1963 |
capilla colegial y la disminución de la comunidad religiosa encargada de la escuela en cuestión. Cuando la capilla ya no es el centro espiritual y físico de un colegio católico, todo es posible.
En este caso, gracias a ser hospital militar, la Guerra no destruyó ni la magnífica capilla neogótica de este colegio de 1905 ni el retablo del mismo estilo obra de los talleres salesianos de Sarriá. Fueron los mismos salesianos, que en 1963, aprovechando el fin del Concilio, los que se cargaron media capilla, en este caso la mitad del vuelo, y facturaron el retablo a Mallorca. Eran tiempo de liberación, del régimen paramilitar del antiguo internado, se pasó al otro extremo, la manga ancha. El punto medio se ve que no hay manera. A partir de aquí la comunidad ha ido quedando reducida hasta los cinco canosos miembros actuales, nacidos todos en época pre-conciliar, incluido el actual superior más peligroso en Teología que la picada de una avispa. En esta foto de 2005 aún eran siete.
Salesianos Mataró 1950 |
Salesianos Mataró 2005 |
Hoy llega el segundo recorte. Esta vez, funcional y preparatorio de la próxima extinción de la comunidad en Mataró. Si una capilla debe ser sala de actos multifuncional, ¿para que tener religiosos en el colegio? Se pueden ocupar de todo los mismos seglares, ¿no? Un magnífico caso de autoliquidación. ¿Qué piensa hacer Turín?
Si muere el alma original, solo quedará la nómina de fin de mes (que para eso la paga, con exceso de peaje normativo, la Generalitat). Y si no, al tiempo.
La verdadera preocupación de Sistach por la Iglesia en Mataró le aboca a la liquidación progresiva.
Muchos feligreses de Mataró se preguntan por qué el cardenal viene tantas veces a la Basílica de Santa Maria (Fiestas de las Santas, del Beato Samsó…) y no arregla la escandalosa situación de decrepitud progresiva en que se encuentra la parroquia, centro de la vida espiritual de la capital del Maresme por mas de mil años. Porque tolera la continuidad de un párroco de 78 años que ha acabado de vaciar, por no decir rematar, una parroquia muy maltratada por la Curia de Barcelona desde la llegada del cardenal Jubany a Barcelona.
Algunos han detectado con preocupación que lo que preocupa realmente a Sistach es aprovechar las grandes fiestas locales para hacerse la foto, para ser él el protagonista de unos oficios religiosos que deslumbran por su concurrencia pero que no son representativos de la realidad diaria de la exigua vida parroquial. “A éste solo le interesa la foto”, se le escapado a más de uno, observando este talante arrogante que gasta el purpurado. Otros, más agudos, bromean diciendo que Sistach es como el Ferrero Rocher, que “siempre está en las grandes recepciones”.
Mucha visita a la ciudad por la Misa de las Santes, mucho aparente interés por el Dr. Samsó asistiendo a la celebración del pasado 1 de septiembre (festividad del nuevo Beato), mucha visita relámpago y un tanto cómica (una blitz visit ) al final de la última procesión general de Viernes Santo (dio inicio a una procesión fuera de Mataró y la dejó a medias para desplazarse a la de la capital del Maresme para estar al final de la misma, cuando el gentío llega a la Plaza Santa Anna), una especie de bilocación que desespera al pobre chófer Mn. Alfred Sabater. Allá donde haya gentío, allí estará Sistach.
Otra cosa es el día a día de unas parroquias que se apagan por momentos. En Santa María el párroco Barat por fin ha reconocido que ya no tiene fuerzas para tirar de la parroquia y que todo le desborda. Rogándole a Sistach que lo jubile, la respuesta fue contundente y sin remilgos: “Tú aguanta, que también aguanto yo”.
La neo-desarmotización de la Iglesia en Mataró
Capilla Llar Cabanelles |
Todo este desgobierno y arrogancia del purpurado, que no delega en nadie y que ha metido al obispo auxiliar Taltavull en el congelador, pasa factura. Vamos a poner dos ejemplos.
La Llar Cabanelles es un antiguo asilo de ancianos pobres creado por un “indiano” (un lugareño que hizo las “américas” en las colonias de ultramar) en 1874 que ocupaba un complejo compuesto por un gran edificio con capilla y unos extensos solares (12.000m2) en pleno centro de la ciudad. Todo puesto bajo la última decisión del párroco de Santa Maria como albacea testamentario de los deseos del benefactor Cabanellas: Poner su herencia al servicio de los pobres de la Ciudad. Y como dice su testamento jamás deje de cumplirse la voluntad de éste (el Sr. Cabanellas), y sin que en ningún caso puedan pasar a ser ni reputarse nunca bienes del Estado, Provincia, Municipio, comunidad, cuerpo, corporación o colectividad de clase alguna, sino particulares del albaceazgo.. ”.
En 1981 marchan las Hermanitas de los Pobres, quienes habían llevado el asilo desde la fundación de 1874. En 2000 cierra el asilo, gestionado entonces por el Ayuntamiento, traslado a un centro de propiedad municipal.
Barat, bastante fallido para rodearse de gente con criterio, se dejó aconsejar por individuos como Pere Vilaseca, mente pensante de la pedagogía de la Escuela Pía catalana, y quien en las últimas elecciones municipales pidió el voto públicamente para el alcalde del PSC, Joan Antoni Baron, miembro del lobby socialista de la parroquia de Sant Josep.
Solución Barat (siempre sensible con lo autóctono): sacarse de encima el muerto y firmar un convenio con el Consorcio Sanitario del Maresme (del que forma parte el Ayuntamiento) quien piensa dedicar el inmueble, en pleno centro de la ciudad, a Hospital Psiquiátrico. De momento todo parado por la crisis.
Este nefasto párroco desvincula el legado Cabanellas de la Iglesia, ignorando las voces de Caritas Interparroquial de concretar, hoy, el deseo del testador (destinar sus bienes a los pobres) en la propia Caritas con la cesión del uso del inmueble a esta entidad de Iglesia. Otra oportunidad perdida, otra institución perdida.
Barat, psicológicamente vencido por un futuro de la Iglesia que ve desplomarse –su modelo de Iglesia nacional, su formulación siempre ha sido nacional, nunca local-, y siempre seducido por las mas ineptos, le importó un pepino una solución endógena. En el fondo, encerrado en su casa rectoral y con un universo mental tan desordenado como su despacho, se malfió de una Caritas Interparroquial que, si bien no pasaba ni pasa por su mejor momento, con el consejo de gente preparada de corazón y mente, podría haber encontrado soluciones imaginativas pero respetuosas con lo que en último término movió a Cabanellas a hacer, del párroco de Santa Maria, su albacea.
Para rematar la faena, ni pensó en la capilla, una iglesia neogótica donde hasta el año 2000 se celebraba Misa cada domingo. Preguntado por el incierto futuro de la misma en la TV local, respondió: “Ya tenemos muchas iglesias en Mataró”. Que se preparen los de Mataró porque van a tener otra sala multifuncional.
Este proceso de neo-desamortización avalado por el lobby PSC de Mataró de cesión de patrimonio eclesial para usos sociales no eclesiales (con el consecuente ahorro por parte del Ayuntamiento que tendría que proveer, de no ser así, el inmueble y no solo el gasto corriente) está también tras la decisión de ceder los locales parroquiales de la parroquia de la Mare de Déu de Montserrat para el Centro de Menores previo contrato de alquiler extra-blando de…¡ 35 años!. Toda una hipoteca para el párroco que venga detrás de este fenómeno de la capacidad de trabajo llamado Socias, párroco de una parroquia donde no se celebra Misa los días laborables. De todo ello informábamos en esta misma sección “De ómnibus rebus” el pasado 9 de septiembre.
Tal decisión ha provocado una gran indignación en este barrio, que ya de por sí padece no pocos problemas, y más al ver como el presidente de la Asociación de Vecinos del barrio del Pla d’en Boet y el propio párroco –que no reside en el barrio- no se ponían al frente de la reivindicación de los vecinos contra tal centro. Acusado de paniaguado del Ayuntamiento y de tener el silencio comprado, los vecinos llegaron a increpar a dicho presidente y han creado una nueva asociación de vecinos, ahora llamada del “Barri de Torre Llauder”. Del párroco, no nos atrevemos a trascribir lo que se ha dicho de él. Lo mas fino ha sido la pregunta, ¿como puede un individuo que no vive en el barrio y que no se le ve casi el pelo en la parroquia puede tomar una decisión como esta que afecta tanto a los que sí viven en él?
Por último no podemos olvidar el lacerante caso de El Foment , actualmente presidido por el militante histórico del PSC local, Ramon Salicrú, presidente de Cristianisme Segle XXI de Mataró y miembro del lobby progre de Sant Josep y de su Consejo Pastoral (la parroquia donde es párroco el vicario episcopal Segis).
El Foment , un edificio entero en el centro histórico de Mataró, fue cedido por Jaume Carrau en 1910 a las Congregaciones Marianas de Santa Maria con la condición de albergar la Acción católica de la parroquia. Y así fue hasta el postconcilio. Si los herederos Carrau supieran de la secularización de la entidad El Foment –cursos de yoga, de masajes con piedras en los pies y otros no menos extravagantes- tendrían derecho a reclamar la propiedad del céntrico y espacioso local que para incluir, incluye hasta un cine, donde en no pocas ocasiones se han pasado películas colindantes con la pornografía. Y mientras el párroco de Santa Maria aislado en su mundo interior, como si Mataró fuera el rústico pueblo pirenaico de Sant Jaume de Frontanyà (32 habitantes). Ahora, eso sí, a nuestro Lluís, que ha acabado abonándose a la magnificencia de las Misa de las Santas del 27 de julio de cada año, para resolver estos temas, les aseguro que los de Mataró no le verán el pelo.
John Chep