Capítulo 2 º: Sobre la relación Iglesia-Absolutismo (parte 2 ª)
5-¿Antes del Concilio Vaticano II se menospreciaban los modernos instrumentos que se podían utilizar para facilitar la Evangelización?
Diessach llega a su nueva Fe cuando una parte de la elite intelectual europea intenta desligarse del catolicismo. Su futura idea de publicar libros que combatieran el proceso de secularización que comenzaba a ser patente en la sociedad europea del siglo XVIII, que saliesen en defensa de la Fe, su moral y su dogma, se encuentra ya en el tercer volumen de su Il Cristiano Cattolico inviolabilmente attaccato alla Religione dalla considerazione di alcune prove che ne confermano la credibilità publicado en Turín en 1771. Publicación de “buenos” libros, el gran medio de difusión de la época junto a la predicación oral (el mismo era reconocido como un gran predicador de misiones tanto en el norte de Italia, Suiza o Austria), pues la tecnología de fabricación de papel aún no permitía la publicación masiva de periódicos, la cual sería posible ya en el siglo XIX con la introducción de la celulosa y el rodillo de prensar continuo.
Diessbach parece que sacó su intuición de la Bibliotheca selecta de ratione studiorum in Historia, In Disciplinis, in salute omnium procuranda o compendio de obras indispensables para el hombre de la Contrarreforma y que en dos volúmenes hizo publicar en 1593 el jesuita Antonio Passevino (1534-1611).
Se pasó de la idea a la concreción hacia 1776 cuando junto a unos amigos y discípulos de Turín se fundó la Pia Associazione tra cattolici italiani per favorire la pubblicazione e la diffusione dei Libri Buoni . El historiador Roberto de Mattei, en su “ La biblioteca delle “Amicizie”. Repertorio critico della cultura cattolica nell’epoca della Rivoluzione 1770-1830”
(Bibliopolis, Nápoles, 2005) ha estudiado los libros que formaron parte del catálogo de la Biblioteca (como se conocía a la editorial) de la Amicizie Cristiane el cual fue enriquecido y actualizado continuamente hasta llegar a abarcar mil títulos de teología, filosofía, espiritualidad, historia, literatura, teatro y directorios de devoción. Los libros estaban clasificados por categorías según las necesidades de las almas , y se difundieron a miles entre todas las clases sociales, incluso del otro lado del Atlántico. Se incluyeron varias obras de San Ignacio, San Francisco de Sales y de san Alfonso María de Liguori, que gracias a ello consiguieron una mayor difusión popular. La Biblioteca de la Amistad contenía además un fondo de textos polémicos para ayudar a rebatir las tesis de los protestantes, jansenistas, febronianos o simplemente de los volterianos.
6-¿Antes del Concilio Vaticano II se menospreciaba a los laicos como apóstoles para la Evangelización?
Dicha asociación para la edición de buenos libros fue la base desde donde se creó la primera Amicizie cristiane o círculos Diessbach, donde católicos fervientes, algunos aristócratas, añadían a la práctica de ejercicios de devoción y la lectura espiritual, el discutir y formarse sobre cuestiones de defensa de la Fe católica, entre las cuales la candente sobre la autoridad del Papa y los ataques y objeciones jurisdiccionalistas, jansenistas o como hemos dicho directamente, del descreído sarcasmo volteriano.
Este apostolado de los laicos fue complementado con la constitución de un grupo específico para los sacerdotes y otro para los estudiantes de teología, víctimas de los estudios jurisdiccionalistas y el ambiente jansenista de la capital del Piamonte. De dichas amistades, saldrá unos de sus discípulos más destacados, el beato Bruno Lanteri quien conoció a Diessbach en 1788 en su etapa de estudiante en Turín. Ese mismo año, el segundo publicaría Le solitaire chrétienne et catholique , 2v., 1788, en Friburgo (Suiza).
Los círculos Diessbach estuvieron marcados por la espiritualidad ignaciana de su fundador y la fidelidad a la Santa Sede. Cabe recordar aquí el cuarto voto de los jesuitas. También recibieron la influencia de la ternura espiritual de San Francisco de Sales gracias a la lectura de sus obras. Por lo que se refiere a la moral, Diessbach y su discípulo Lanteri seguirán las sabias enseñanzas de San Alfonso Maria de Liguori (1696-1787) contrarias al rigorismo jansenista.
7-¿La descristianización se da cuando las naciones y gobiernos dejan de ser confesionales y más aún después de la Revolución francesa?
Así pues, las Amicizie cristiane pueden considerarse como los primeros ejemplos de la contemporánea Acción Católica, actuación:
a) llevada a cabo por laicos activos y emprendedores en cooperación con sacerdotes. Eran círculos de seglares católicos (él los llama Amigos de la Religión católica) que se propusieron combatir el proceso de secularización que comenzaba a ser patente en la sociedad europea del siglo XVIII, que salieron en defensa de la Fe, el dogma y la moral católicas;
b) que utilizaba modernos medios de propaganda –el libro de bajo coste-;
c) para la defensa de la integridad de la Fe atacada, como hemos dicho, desde el interior mismo de lo que se suponían naciones católicas, en las cuales, ya en el siglo XVIII se dan crecientes muestras de descristianización.
Niklaus Joseph Albert von Diessbach murió en Viena en 22 de diciembre de 1798 después de formar círculos o Amicizie en Turín, Milán, Chambery, París, Friburgo de Brisgovia y Viena. En este última conoció a quien seria su discípulo en Austria, San Clemens Maria Hofbauer. Europa estaba dividida por la Guerra entre Francia revolucionaria y los Aliados absolutistas. Pese a no poder comunicarse entre ellas, las Amicizie de los dos bandos se mantuvieron en comunión, mutua y con el Papa Pío VI en aquel momento prisionero de Napoleón en Valencia del Delfinado. En jaula de oro o prisión de barrotes, Absolutismo y Revolución compartieron las mismas ganas de no dar libertad a la Iglesia. Extremismos que no siempre acabarían trayendo la paz a los pueblos.
Guilhem de Maiança