Sistach, fuera del mercado
Una muestra más del estado catatónico de la Iglesia diocesana de Barcelona es el silencio desconcertado y preocupante de Sistach y del nacional progresismo eclesial sobre las causas de la crisis económica. Mas chocante resulta cuando es el progresismo eclesial quien lleva décadas pretendiendo apropiarse de la imagen que solo eren ellos lo que se preocupan de “lo social”, pues los “carcas” solo hacen beneficencia. ¿Se acuerdan de esta “cantarella” (ritornello)?
La crisis económica ha dejado perpleja a la progresía de Justicia i Pau ; Cristianisme i Justicia de González Faus; y a la Casa de Santiago y su lobby de profesores universitarios agazapados en la URL (la Ramon Llull), universidad “católica” donde resulta imposible encontrar algún rincón académico dedicado a la Doctrina Social de la Iglesia.
Matabosch y su Fundació Joan Maragall solo tocan temas culturales, no se enfangan las manos con temas tan prosaicos como la Economía. Vives sigue entestado en el Estatut, víctima de este gran teatro de sombras chinescas en que se ha convertido su reforma. Incapaz de desmarcarse y de discernir lo real de lo mediático y lo gestual, actúa de vasallo preocupado porque denota un descosido en el traje del emperador desnudo. Otro que se ha apuntado a la comedia.
Por lo que se refiere a Sistach, sus escritos sobre la crisis son de una pobreza abrumadora, a lo sumo un llamamiento a la beneficencia (vestida con el vocablo solidaridad) vía Caritas. Ni lectura de los documentos sobre el tema realizados por Benedicto XVI (en mi opinión hay un problema de repelús por el tema atribuible al cléricocentrismo que destila –todo un tema para un futuro artículo). Un desierto de ideas, un páramo analítico, un erial de pensamiento.
Gente mas seria, como el letárgico SEDASE de Antoni Maria Oriol Tataret, Joan Costa Bou o Antoni Babra duerme el sueño de los justos, descorazonados y desmoralizados con una diócesis que no despierta, por despertar algo, el mas mínimo interés por el pensamiento social cristiano.
Del jesuítico ESADE solo un detalle de cómo esta el patio. El pasado jueves 27 de mayo, Miquel Trias Sagnier, catedrático de Derecho Mercantil de dicho centro afirmaba en La Vanguardia en su artículo “Las sorpresas de Cajasur” que la testarudez de los canónigos (de Córdoba, herederos del socialcatolicismo del gran obispo Zeferino González) de Cajasur (sus propietarios) en salvar los máximos puestos de trabajo de sus empleados ante los distintos procesos de fusión que se les planteaba no estaba “exenta de apriorismos propios de otros tiempos”. Hemos de suponer que dichos “apriorismos” para dicho catedrático de ESADE deben ser la voluntad de los adustos canónigos cordobeses de actuar de forma coherente con el punto 344 (párrafo segundo) del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia que dice “ Los empresarios y los dirigentes no pueden tener en cuenta exclusivamente el objetivo económico de la empresa, los criterios de la eficiencia económica, las exigencias del cuidado del « capital » como conjunto de medios de producción: el respeto concreto de la dignidad humana de los trabajadores que laboran en la empresa, es también su deber preciso . 719 Las personas constituyen « el patrimonio más valioso de la empresa », 720 el factor decisivo de la producción. 721 En las grandes decisiones estratégicas y financieras, de adquisición o de venta, de reajuste o cierre de instalaciones, en la política de fusiones, los criterios no pueden ser exclusivamente de naturaleza financiera o comercial ”.
Del marasmo barcelonés solo se salva tímidamente la Universidad Abad Oliva, con su un tanto desconcertante Centre de recerca Thomas Becket, y sobretodo por su contundente apoyo a las iniciativas de Josep Miró y Ardèvol y su Forum Libertas. Este grupo eminentemente seglar es al día de hoy lo único equiparable a algo parecido a un centro de pensamiento social cristiano en Cataluña. Y como vamos sobrados de elementos, va el indocumentado de Sistach y los ignora por “carcas” y por vivir una sana y ortodoxa autonomía laical.
Simple y llanamente: estamos en otra dimensión más de la mediocridad abisal del pontificado Sistach. Nos lo endosaron para acallar a los que querían obispos que hicieran la corte a CiU. Y aquí lo tenemos. Ni mu de Estatut para que Germinans, Infocatólica y la Cigüeña de la Torre no se le tire a la yugular, enterado, por fin, que ya no es posible, como hacia, mantener simultáneamente dos discursos a la vez, uno nacionalista en Cataluña, otro neutro en Madrid. Cosas de Internet. Pero tampoco ni mu de las causas de la crisis económica, ¡ que tema tan secular e impropio para un prelado como yo !, debe pensar.
Las raíces de esta crisis se encuentran en la vulneración sistemática de algo tan “carca” y de moral tradicional católica como las virtudes cardinales, aquí aplicadas al ámbito de lo económico.
En un principio algunos llegaron a la conclusión que de esta crisis saldríamos refundando el capitalismo y que nos dirigíamos hacia una era de neointervencionismo estatal, superada la fase neoliberal que nos había llevado al desastre. Entonces la izquierda aplaudía con las orejas. Al carro se sumaron algunos progre eclesiales –tipo Arcadi Oliveras de Justicía i Pau-, confiados de ver confirmadas sus categorías de análisis: “¡ Ya lo decíamos nosotros ”. Confiados, en su delirante análisis maniqueo, que habíamos llegado, por fin, a una parausía secularizada, la hora de vengarse del moloc capitalista.
Y pasaron los meses. Del efímero neointervencionismo, que nos vendieron (TV3 a la cabeza) –otra vez la incapacidad de discernir entre lo real y lo mediático-gestual-, hemos aterrizado al recorte mas colosal de gasto público que se recuerda en la Historia de Occidente (ya veran). Reducir el oceánico déficit público se ha convertido para las grandes potencias occidentales en la única manera de reactivar la Economía. Un Keynes violentado volviendo sobre sus pasos y borrando sus propias huellas. En España este recorte pasará por un gran proceso de desregulación económica que afectará también, pese a mis deseos, al mundo laboral. Que curioso es observar como el FROB (fondo salva bancos) se alimenta de dinero público mientras se recorta el gasto social y se sube un impuesto indirecto casi regresivo como el IVA para garantizar un menor déficit. Vivir para ver. Refundación del capitalismo, ! y tanto ¡
No es de extrañar que el progresismo eclesial perplejo y zarandeado por tanto viaje ya no sepa qué decir. No entiende nada. Silencio que se ha unido al del nacionalismo eclesial catalán el cual, digámoslo claro, los temas de economía social mas bien le traen al pairo. Pregúntele a Matabosch.
¿Que virtudes se han sido ignorado impunemente cuando los Estados y las economías particulares (familias y empresas) occidentales han acumulado una deuda que en el caso español el McKinsey Global Institute ha calculado en el 366% del PIB (necesitaríamos aprox. tres años y medio dedicando toda la riqueza anual para pagar todas las deudas)?
¿Y los bancos españoles (y en menor medida los de EE.UU.) cuando financiaron el boom inmobiliario dando hipotecas a diestro y siniestro al primero que pasaba por el umbral de la puerta?
¿Y los miles de familias que quisieron vivir subidos a un tren de vida solo financiable por un endeudamiento muy superior sus posibilidades?
¿Y los Estados sociales y del Bienestar, ultrareguladores en temas sobre la vida y la educación, que no intervinieron para salvar las economías domésticas más sencillas y precarias del sobreendeudamiento, la asfixia del precio de la vivienda y el círculo vicioso entre ambos procesos?
¿Y los Estados y Consejos de administración que no se atrevieron a marcar un terreno de juego a los bancos y inmobiliarias que les hubieran salvado de unos comportamientos que se han revelado auto-lesivos, cuando no de la autodestrucción?
Las abuelas de Germinans, analfabetas en temas de Economía, sabían cuales eran las cuatro virtudes cardinales. Estas cuatro “carcas” prudencia, templanza, justicia y fortaleza (en la fotografía), que como patas de una silla tanto valen para el hogar como para la moral que debe regir en el mundo económico. De la misma manera que se me hace difícil imaginar a Sistach predicando el cultivo de la contención y la castidad entre los jóvenes como preparación al matrimonio, me ocurre lo mismo con las virtudes cardinales cuando habla de la crisis económica. Que imagen tan vetusta y cavernícola que daría. Este como dije es el problema de la elección de Sistach, nos lo colaron porque primaba ante todo el tema nacional y ahora recogemos los frutos de esta obsesión: Ni chicha ni limoná .
Cathalaunicus Allii Cepa