Un poco de sentido común
El actual presidente del Patronato de la Sagrada Familia (nombrado por el Cardenal Sistach) en nombre propio y de los expresidentes Maragall, Pujol y Barrera anima a los catalanes a manifestarse en contra del recorte del Estatut |
Ante el cúmulo de despropósitos que han seguido a todo el proceso de elaboración del nuevo Estatut catalán; su aprobación en referéndum de menguada participación; la declaración de inconstitucionalidad por parte del alto Tribunal, con cuatro años de inexplicable demora; la reacción del Presidente Montilla llamando a la rebelión y la manifestación convocada para el próximo sábado; se echa en falta que los cristianos aportemos algo de cordura, sensatez y sentido común. Humildemente, vamos a intentarlo desde este portal, en base a los siguientes puntos:
1.- El término "católico" proviene del griego "katholikós", entendido comúnmente como universal. La universalidad del catolicismo tiene su origen en la frase de Jesús: "Vayan y prediquen el evangelio a toda criatura". Mc. 16,15.
2.- Consecuentemente es necesario recordar que no es el nacionalismo (sea cual sea) una postura que merezca la simpatía de la iglesia católica. Tampoco su condena. El Papa Juan Pablo II solo alertó que el racismo y el nacionalismo agresivo eran pecado contra Dios.
3.- Pasando al terreno catalán, tan católico y respetable es aquel que considera que Cataluña es una nación como el que lo niega. Igual de católico y respetable puede ser el partidario del Estatut como el que se opone a él, por la causa que sea. Es una obviedad, pero es preciso recordarlo.
4.- Por ello tanto nuestros prelados, como sacerdotes, laicos y medios de comunicación confesionales deberían tener especial cuidado en respetar ambas posturas. Es cierto que, salvo la nota discordante del Abad de Montserrat, nuestros obispos (salvo sorpresa de última hora) están manteniendo una aceptable neutralidad. No se puede decir igual de mucho sacerdotes relevantes y de los medios de comunicación confesionales, en especial del periodista de La Vanguardia , Oriol Domingo, cuya tendenciosidad desmedida merecería el reproche, no solo de los católicos, sino de toda persona decente. Desde aquí nos unimos a las peticiones de cese que se han hecho llegar a La Vanguardia.
5.- No debemos olvidar el patético y bochornoso espectáculo que está dando la clase política catalana. Los casos de corrupción afectan a todos los partidos gobernantes. La reacción de los políticos a la sentencia del Estatut (encabezados por el Presidente Montilla) ha sido lamentable. La aprobación del texto por referéndum (con una participación inferior al 50%) no imposibilita su examen posterior por el Tribunal Constitucional. Multitud de leyes son aprobadas en referéndum en Estados Unidos y después invalidadas por el Tribunal Supremo, sin que los gobernantes se rasguen las vestiduras. Engañar al pueblo y explotar sus instintos más primarios, en base a esta falacia, debe ser calificado cuanto menos de una irresponsabilidad absoluta.
6.- Es cierto que en los últimos cuarenta años (jamás con anterioridad), el nacionalismo catalán ha ido unido a una visión progresista de la Iglesia. Sin embargo, en la actualidad ese progresismo eclesial se halla en caída libre. Las actuales corrientes renovadoras en la Iglesia Católica y en especial los nuevos movimientos, pueden admitir posturas nacionalistas, siempre y cuando respeten las otras posturas. Somos hijos de un mismo Dios. Las opiniones políticas no deben ser causa de rencillas, ni de alejamiento.
7.- Con todo, creemos que es mucho más cristiano tender puentes que derruirlos, especialmente con quienes venimos conviviendo durante muchos siglos. Por eso hacemos una llamada al sentido común, a la cordura y a la sensatez. Esta debe ser nuestra mayor contribución .
El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit