Capítulo 26: 1965 El año del gran paso litúrgico
Sondeo de opiniones positivas realizadas aquel año
“13 de septiembre: Si hoy tomamos el pulso de las impresiones de la Iglesia a través de las pastorales e informes de los obispos, a través de la opinión de las revistas católicas, en todas partes nos tropezaremos con un signo unánime: satisfacción y alegría”. (P. José Luis Martín Descalzo).
Y prosigue:
Sean algunos ejemplos:
MEXICO: “Las reformas litúrgicas –escribe uno de sus semanarios católicos- son las que el pueblo ha aceptado y comprendido mejor y con más agrado”
PORTUGAL: “Hemos podido constatar un gran entusiasmo por la reforma litúrgica. También sobre este aspecto es sobre el que más se había trabajado y el que se preparó mejor”
BOLIVIA: “Por todas partes, en pueblos y ciudades, las reformas litúrgicas han sido recibidas con verdadero entusiasmo”
BRASIL: “Estamos comprobando –escriben los obispos del país- un interés creciente por la Palabra de Dios, a la que las nuevas ceremonias han devuelto su lugar de honor”
ESTADOS UNIDOS: “Nuestro pueblo -escribe el cardenal Ritter- ha recibido con entusiasmo la evolución litúrgica en camino.”
“La celebración parcial de la liturgia en la lengua del pueblo –escribe el cardenal Cushing- es ya un éxito”
INGLATERRA: Aquí se esperaba con una cierta tensión la reforma. Durante siglos, lo único que diferenciaba la liturgia católica de la anglicana era el latín que se había convertido en un signo de fidelidad a Roma. Y varias grupos intelectuales del país habían presentado esta reforma como una especie de protestantización del catolicismo: “ Una fecha trágica” decían.
Pero según escribía el “Catholic Herald, los hechos no les dieron la razón
“La experiencia litúrgica del pasado domingo ha causado mucho menos confusión de lo que muchos preveían. El pueblo ha demostrado que el cambio no le chocaba en absoluto. Los simples fieles han demostrado ser mucho más responsables y estar mucho más maduros de lo que los pesimistas calculaban”. Y el paso de los meses no ha hecho sino confirmar esta impresión.
MARRUECOS: “Reconozco con alegría –escribe el arzobispo de Tánger- que la realidad sobrepasa todas las esperanzas. Tres resultados son ya claros: ha aumentado la asistencia a la misa diaria, ha crecido el número de los que comulgan y se comprueba una pronta y espontánea participación de todos. En una palabra: yo diría que aquí está el dedo de Dios”
YUGOSLAVIA: La opinión del episcopado yugoslavo pone el dedo en el mismo centro del problema: “Se puede establecer como norma general que allí donde los sacerdotes han tomado los nuevos ritos con amor, celo y prudencia, los fieles han respondido con interés y alegría”
CANADÁ: “Aquí –escribe Mons. Panet, obispo de Nicolet- los sacerdotes han sido generalmente muy favorables al movimiento de renovación litúrgica, y gracias a esto todo ha ido muy bien aquí. Los fieles no sólo rezan ya juntos, sino que también cantan acordes con las lenguas vulgares”.
UNION SUDAFRICANA: Menos optimista, a la corta, es Mons. Hurley, quien con su habitual humor escribe: “Aquí tenemos algunos sacerdotes aferrados al viejo rubricismo. Pero no vamos a perseguirles por eso. Como conjunto, el clero ha recogido bien la técnica de la nueva liturgia, pero le falta espíritu nuevo. Esto proviene de su formación, que fue demasiado teórica e individualista. Por eso la verdadera reforma litúrgica la tendremos que hacer en los Seminarios de cara al futuro.”
GUINEA: Aquí en cambio, Mons. Tchidimbo escribe con alegría que encuentra un verdadero entusiasmo por la reforma litúrgica entre los misioneros.
COSTA DE MARFIL: Y este mismo optimismo refleja la carta con que Mons. Bernard Yago presenta la nueva liturgia a sus diocesanos: “Dios nos pide que cantemos sus alabanzas, le honremos y recemos según nuestra alma africana. Hasta ahora lo hemos hecho según una tradición latina, y los misioneros que nos han traído la buena nueva no podían trasmitírnoslo de otro modo. No significa ingratus hacia nuestros padres en la fe el querer permanecer africanos en nuestras relaciones con Dios, ya que la Iglesia nos recomienda que unamos las riquezas de nuestra tradición a las alabanzas que subren hacia nuestro Padre celestial de todos los pueblos de la tierra”
JAPON: También los países asiáticos reflejan entusiasmo en sus primeras impresiones: “Los primeros pasos de la reforma –escriben los obispos japoneses- han sido acogidos favorable y generalmente con una gran alegría, como un verdadero progreso hacia la participación activa”.
FRANCIA: El país vecino ha sido tal vez el que con mayores tensiones recibió estos primeros pasos. Algunas revistas del extremismo conservador se empeñaron en ver en la nueva liturgia una especie de palanqueta del ateismo para derribar a la Iglesia. Pero estas protestas –como dicen un documento episcopal colectivo- han sido “más espectaculares y escandalosas que numerosas y representativas”.
De hecho el balance de la Comisión Episcopal de Liturgia es plenamente optismista: “La participación activa crece: el pueblo es mucho más que antes un pueblo orante. La satisfacción se registra en un dato significativo: una mayor presencia del pueblo en la primera parte de la misa, habiéndose conseguido una puntualidad que demuestra el interés por la Liturgia de la Palabra, que es escuchada con placer en la lengua viva. El sentido de la Iglesia renace y crece porque se ha comenzado a comprender que la misa es acción de toda la Iglesia y del pueblo. La atadura entra la vida litúrgica y vida cristiana es más consciente y eficaz. La dignidad y verdad de la celebración refulgen con un nuevo esplendor”
BÉLGICA Y HOLANDA: Aquí los problemas han venido más bien de un excesivo afán de innovaciones que ha obligado a los obispos a poner la mano en el freno en alguna ocasión. Pero estos abusos han sido mucho menos comunes de lo que cierta prensa ha tenido interés en decir. Así lo puntualizaba Mons. Bekkers: “Sí, alguna vez algún laico o algún sacerdote ha perdido la medida. Luego viene la prensa y hace de ello un motivo de sensacionalismo. Y sale de ahí una visión falsa del catolicismo holandés. Una información que acudiera a fuentes más serias y competentes daría una panorámica mucho menos alarmante”
Y EN ESPAÑA: En pocos países habrá recibido el pueblo con más normalidad y alegría esta renovación. Ha habido sí, pequeños chispazos de polémicas y discusiones. Ha habido diversos niveles de aplicación en tales o cuales parroquias y diócesis. No han faltado algunos grupos reticentes. Más como conjunto el pueblo ha entendido desde el primer momento la reforma y la ha recibido con absoluta normalidad, como si fuese algo simplemente “de cajón”. La revista “Ecclesia” lo reflejaba así:
“Visto el fenómeno en su conjunto, la reacción de nuestro pueblo no puede ser más alentadora. Siendo como somos, una cristiandad de corte tradicional, rígida en sus costumbres religiosas por un patrón no siempre coincidente con el que ahora nos pide la Iglesia, era de esperar, en principio una cierta reserva colectiva en la asimilación de los nuevos módulos. Todo lo contrario. Los católicos españoles acogen con visible júbilo la renovación litúrgica en lo que tiene de dinamismo comunitario y de uso de la lengua viva” “Esta reacción que irá en aumento y tenderá a consolidarse en las progresivas etapas de la reforma cultual, es un constante refrendo de la bondad intrínseca de las orientaciones conciliares, que antes lograron la unanimidad de los Padres y ahora obtienen el Plebiscito del pueblo cristiano”
Concluye Martín Descalzo:
“Balance amplísimamente positivo: las conquistas fueron muchas, los riesgos no fueron demasiados, los atascos surgieron sólo en pequeñas minorias. Y el camino está abierto…La renovación conciliar está ganando abiertamente “la batalla litúrgica”…
Dom Gregori Maria