Lo peor de Sistach no es Sistach
Cuando alguien me dice que n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach es un "obispo progresista" yo me rebelo, porque creo que es un completo disparate. Nuestro arzobispo no es ni progresista ni conservador, ni moderado ni aperturista, ni cualquier otro calificativo ideológico, porque sencillamente no tiene ideología. Nuestro pastor es simplemente un buen "botiguer" (tendero), con dos prioridades en la vida: vender bien su producto y conseguir los máximos beneficios económicos. Esto traducido al lenguaje eclesial significa vender bien su acción pastoral y alcanzar las máximas cuotas de poder eclesial.
Estoy convencido de que si hoy nuestro cardenal fuera un joven sacerdote de la diócesis de Terrassa, vestiría de sacerdote y haría la pelota contínuamente a Don José Angel Saiz para conseguir algún "carguito". Pero cuando nuestro arzobispo era realmente un joven sacerdote en Barcelona, el obispo era el cardenal Jubany y los que mandaban eran los de la "U" (Unió Sacerdotal) por eso entonces él vestia como seglar y presidía absoluciones colectivas.
El cardenal Sistach se adapta a lo que haga falta con tal de conseguir sus objetivos. Pero cometió un terrible error cuando regresó a Barcelona, su objetivo era la "pax sistachiana" (acabar con las revueltas anti-Carles) y para conseguirlo tenía que tener contentos a los sectores más progresistas de la diócesis, los que habían hecho la vida imposible a su antecesor.
Para ello tuvo que poner en su gobierno diocesano a personajes como el Rvdo. Antoni Román en la delegación de Juventud (del que hemos hablado recientemente por el tema de la cruz de la JMJ) alguien que despotricaba de las JMJ, o el Rvdo. Manuel Claret en la delegación de la Familia (alguien que públicamente pone en duda la doctrina moral pontifica), o el Rvdo. Enric Termes en la Delegación de Catequesis (uno de los firmantes de manifiestos contra Don Ricardo) o el Rvdo. Josep Maria Jubany en la Pastoral Social…
Pero sabía que tenía que jugar la doble baraja, mientras tenía contento al progresismo barcelonés, tenía que dar una imagen de ortodoxia en Roma, por eso a sus más estrechos colaboradores les mandó que vistieran de sacerdote (aunque antes jamás lo hubieran hecho). Entonces vimos al Rvdo. Turull, el chico del megáfono en mano (y al resto de formadores del Seminario), o al canciller Rvdo. Gordo, o incluso a su primer secretario "Boby" Baró vistiendo sacerdotalmente, aunque algunos habían jurado y perjurado que jamás lo harían. Estos colaboradores debían ser obedientes, discretos y fieles totalmente a su persona. El pobre Boby no pensó que tenía que pagar un precio tan alto por ser secretario particular y acabó deprimido y pidiendo su relevo.
En la cabeza de nuestro cardenal Sistach todo cuadraba, pero la realidad ha sido muy distinta. Primero porque los progresistas revolucionarios anti-Carles cada día son menos (algunos se van muriendo y otros pierden facultades por su avanzada edad), y los que realmente son activos y valientes son el clero ortodoxo, que no ha dudado en rebelarse contra el giro suicida que ha dado el cardenal, con iniciativas como esta humilde página web. (quien nos iba a decir que acabaríamos provocando tanto revuelo mediático). Y segundo porque la alta cuota de poder concedida al progresismo (como un impuesto revolucionario por no atacar al arzobispo) ha dejado nuestra diócesis hecha unos zorros
Y es que lo peor de la "Era Sistach" no es el propio Sistach, sino esos miembros del desgobierno diocesano que están llevando a la ruina la pastoral barcelonesa. Es increíble comprobar como la delegación de juventud organiza mamarrachadas, mientras que los jóvenes verdaderamente católicos tienen que buscarse la vida para colmar sus inquietudes espirituales o para ir a las JMJ, porque el Rvdo. Toni Román viaja sólo a las Jornadas sin ningún joven de la diócesis que le acompañe (Artículo de ayer en Germinans Germinabit). O es triste comprobar como todo un vicario episcopal como el Rvdo. Segis Garcia promueve actos en favor de la independencia de Cataluña en los locales parroquiales (Artículo del Domingo) o permite que en su parroquia de una charla la religiosa abortera Teresa Forcades, después de recibir un "monitum" desde Roma.
Pero parece que a nuestro cardenal no le preocupa que todo se hunda mientras que la IMAGEN aparentemente sea buena, por eso ha nombrado a un buen prestidigitador de la imagen el P. Enric Puig para que organice la visita papal y parezca que nuestra diócesis es una maravilla. Él ya tiene experiencia en estos menesteres en el gobierno de la Generalitat. Esperemos que el Santo Padre, que es mucho más listo de lo que algunos se creen, no se deje llevar por las apariencias y decida rescatarnos lo antes posible de esta etapa tan triste y negra para la Iglesia que peregrina en Barcelona.
Antoninus Pius