¿Se acabó la "solución valenciana" para Cataluña?
El nombramiento de Don Salvador Cristau como obispo auxiliar de Terrassa refuerza la "linea toledana" a la hora de nombrar obispos tanto a nivel estatal como catalán. En cambio la "linea valenciana" hasta ahora muy poderosa se encuentra en horas bajas, y parece que desde Roma ya no apuestan demasiado por esa cantera de futuros obispos.
Pero es que en Cataluña "la linea valenciana" se vendió como "la solución valenciana", era la forma de arreglar la catastrófica situación del episcopado catalán de hace unas décadas. Desde Roma creyeron que hacía falta obispos que no tuvieran el "virus catalán", un virus tremendamente peligroso porque contenía conjuntamente importantes dosis de nacionalismo y de progresismo. Pero el fracaso del nombramiento para Barcelona de Don Marcelo (uno de los mejores obispos españoles del siglo XX), demostró que no podían enviarse obispos que no hablaran en catalán, así que enviando obispos valencianos se ganaban las dos batallas: obispos no nacionalistas (porque no eran catalanes) pero hablaban catalán (valenciano) y además de aparente buena linea doctrinal.
De esta manera han aterrizado diversos obispos capitaneados por Don Ricardo Carles (cardenal y arzobispo de Barcelona durante 14 años), y seguidos por otros como Don Javier Salinas, Don Agustín Cortés o Don Juan Piris. Curiosamente estos tres últimos se foguearon en las islas baleares como prueba piloto para ver si podían venir a Cataluña. Por su parte el cardenal Carles promocionó un sucedaneo de la "linea valenciana" al avalar a varios obispos de la zona tortosina (mitad valenciana, mitad catalana) como Don Romà Casanovas o Don Francesc Xavier Ciuraneta.
Pero la "solución valenciana" se demostró que no era tal solución, los obispos valencianos llegaban a Cataluña desbordados por una situación que les superaba, eran conscientes de que no eran bien recibidos e intentaban hacerse perdonar su condición de valencianos, procuraron no crearse problemas y tragaron muchas cosas que eran conscientes que no debían tragar. Sólo hace falta recordar como el pobre Don Ricardo nombró como obispos auxiliares a Perdigó, Carrera, Tena, Traserra y Vives pensando ingenuamente que así podía tener un pontificado tranquilo.
Después de muchos palos de ciego Don Ricardo decidió ser él mismo y aceptó morir mártir, con decisiones como el nombramiento de Don José Ángel Saiz o la "expulsión" de tres de sus auxiliares a otras diócesis. Desde Roma y desde Madrid se aplaudía esa actitud, incluso se premió con una inédita prórroga oficial de dos años tras presentar la renuncia. La linea valenciana aún contaba con muchos apoyos, por eso se pensó en la persona de Don Manuel Ureña, otro valenciano fogueado en las Baleares, para sustituir a Don Ricardo. Pero las últimas revueltas (una de ellas la capitaneada por Turull con megáfono en mano), las amenazas a Don Manuel desde Barcelona, crearon un ambiente de tanta tensión que Roma se asustó y apostó por una solución que calmara los ánimos del exaltado progresismo barcelonés y esa solución fue n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach.
Allí murió la "solución valenciana", y empezaron a buscarse otras soluciones, pero aún ha habido un epílogo que desde mi punto de vista la ha acabado de enterrar. Se trata del valenciano Don Juan Piris que ha acabado siendo aún más nacionalista que el propio Don Francesc Ciuraneta (que ya es mucho decir) en el tema del patrimonio artístico. Las continuas desobediencias tanto eclesiásticas como civiles del obispo Piris son un verdadero escándalo para la Iglesia.
Todo indica que la "linea valenciana" ya no tiene ningún futuro en Cataluña, en la sucesión de Solsona figuran muchos nombres, pero ninguno valenciano. (no olvidemos que el valenciano Vicente E. Tarancón fue obispo de Solsona). El candidato de Don Jaume Traserra es el jovencito Rvdo. Xavier Novell, mientras que nuestro cardenal Sistach quiere colocar a toda costa a su pupilo, el Rvdo. Josep Maria Turull, ya sea directamente en Solsona o matando dos pájaros de un tiro, deshaciéndose del incómodo Don Sebastián Taltavull, facturándolo para Solsona y quedándose él como auxiliar a su amadísimo Turull. Aún hay una tercera vía en la que nosotros confiamos, con muy buenos candidatos, que lógicamente no vamos a decir para que no les hagan la vida imposible y eviten su nombramiento.
En la caída de la "linea valenciana", se ha quedado un eslabón por el camino, que es el actual obispo de Ibiza, el valenciano Don Vicente Juan, él había hecho el camino de otros de sus antecesores con posibilidades de recaer en Cataluña (incluso sonó su nombre para Girona), pero vistas las cosas, todo indica que Don Vicente cuando deje Ibiza difícilmente será para venir a Cataluña.
El gran error de la "solución valenciana" fue pensar que en Cataluña no había eclesiásticos que podían ser buenos obispos y que debían importarse de Valencia. ¡Gran error!. En Cataluña hay muy buenos candidatos pero no puede mirarse en los candidatos que se proponen desde la antigua escuela como los que propone el cardenal Sistach, o en otro tiempo Jubany, Camprodon, Deig, Guix… El gran acierto del nombramiento de Don Romà Casanova fue que cuando se le dijo el nombre a su antecesor Don Josep Maria Guix, con gran disgusto explotó: "No el conec!" (¡No lo conozco!). Entre los sacerdotes catalanes hay muy buenos candidatos, algunos no demasiado conocidos, pero si desde Roma investigan un poco y buscan nuevas fuentes de información, los van a encontrar y abundantes.
Antoninus Pius