Sistach vuelve a la carga por Turull
Como ayer nos recordaba mi buen amigo Oriolt, la sucesión de Don Jaume Traserra en Solsona ha abierto la carrera de candidatos para ocupar esa pequeña sede episcopal catalana. Por una parte está el candidato del obispo cesante que es el Rvdo. Xavier Novell, un joven sacerdote que representa una nueva generación y una ruptura total y definitiva con la Solsona del obispo más independentista y progresista de los últimos años, Don Antoni Deig. Por otra parte está el candidato de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, que lógicamente no es otro que el Rvdo. Josep Maria Turull, él único candidato que tiene, el único que cree que puede ser obispo, el único válido para él, como se ha demostrado en los cientos de cargos y responsabilidades que le ha encomendado en Barcelona obviando al resto del clero barcelonés. Para nuestro arzobispo todavía habría una carambola mejor, quitarse de encima a Don Sebastià Taltavull, enviándolo a Solsona y quedándose con su querido discípulo amado Turull como su auxiliar fiel.
Pero hay más candidatos, que desde mi punto de vista serían mejores, porque no vienen avalados ni por los obispos Trassera o Sistach, tampoco por Don Ricardo (ya comenté en mi último artículo el fiasco de Don Juan Piris en Lleida). No vamos a citarlos para que la maquinaria pesada del progresismo mediático no vaya en tromba contra ellos, como sucedió en el caso de Don Manuel Ureña cuando su nombre sonó para Barcelona. De la misma manera que en las Vascongadas se ha optado por Don José Ignacio Munilla para San Sebastián y probablemente Don Manuel Iceta como obispo residencial de Bilbao (en sustitución de Don Ricardo Blázquez), algo parecido podría suceder en Solsona, rompiendo la espiral de obispos recomendados por otros obispos que acaban siendo más de lo mismo. Al menos ese es mi deseo, pero ya sabemos que hasta ahora en Cataluña las cosas han salido bastante torcidas.
Seguramente muchos de nuestros lectores se preguntan como es posible que nuestro cardenal Sistach siga erre que erre con la candidatura del Rvdo. Turull, cuando desde Roma se le ha dicho que no continuamente. Pues probablemente por aquello de “quien la sigue la consigue", nuestro arzobispo no va a parar nunca hasta ver a su lamentable pupilo vestido de obispo.
Lo intentó al poco tiempo de llegar a Barcelona, junto a otros candidatos que casí hacían al Rvdo. Turull el mejor de ellos (imagínense como serían los demás). La negativa romana fue total, lo que propició la dramática continuación de Don Joan Carrera (R.I.P.) como único obispo auxiliar. Enfadado el arzobispo no quiso a ningún otro candidato que no fuera Turull, y eso que desde Roma le ofrecían excelentes candidatos. “¡O Turull o nadie!” fue su grito de guerra y se mantuvo en sus trece.
Cuando fue creado Cardenal, se dijo: “ahora sí que no me podrán decir que no". Y volvió a la carga por Turull, pero aunque fuera vestido de rojo, la respuesta en Roma fue la misma, e incluso con un cierto enfado se le dijo que “Ya le habían dicho que Turull no".
Y así fue el estira y afloja hasta que el cuerpo del obispo Joan no aguntó más. Entonces tuvo que haber una difícil solución de consenso que fue Don Sebastià Taltavull, un obispo bien visto desde Madrid y Roma, e incluso por Don Ricardo ("yo no le conozco pero si Juan (Piris) dice que es bueno, pues adelante"). El cardenal Sistach lo aceptó como “un mal menor” ya que no podía quedarse sin auxiliar, pero el tiempo ha demostrado que por mucho que lo haya intentado marginar Don Sebastià le incomoda, le hace sombra, y además es mucho más popular que él. Por eso sueña con tener al chico de sus sueños (Turull) como obispo, ese sí que sería el obispo auxiliar perfecto e ideal para él.
La sucesión de Solsona abre una nueva posibilidad, además la beatificación del Dr. Samsó, le ha dado alas para pensar que desde Roma han cambiado la imagen de Barcelona y de su obispo y que ahora ya le miran con mejores ojos. Si a ello unimos la próxima beatificación del P. Josep Tous en Barcelona en la que participará nada menos que S.E.R. el cardenal Tarcisio Bertone, pues todo ello hace pensar a nuestro arzobispo que sus acciones eclesiales en la bolsa romana han subido y que ahora es el momento de intentarlo de nuevo (quizá la última) para colocar a Turull en Solsona o en Barcelona.
Antoninus Pius