Sistach, por lo de la Peiró ya tiene dos amigos (I)
Antes de empezar, decirle a Don Emmanuel Cuyàs que un servidor también estuvo en la beatificación del Dr. Samsó junto a más de una decena de GG que por allí vi. Pegándome un madrugón pude penetrar en la Basílica de Santa María después de sortear la cola que se formó a la entrada. Una celebración que para nada fue diocesana ni archidiocesana (salvo la presencia sacerdotal): ni un autobús organizado se acercó con feligreses a Mataró, advertidos por esta página web que no iban a caber. Ello posibilitó que los parroquianos de Santa María pudieran acceder con normalidad a la beatificación. Las milongas de Sistach no pasaron de la fase dos (ver el artículo de Leo Messius en la sección Omnibus rebus de 21/I/2010). Perspicaz para la simbiosis con la demagogia y en el “quedar bien” con todo lo mediático, ni mencionó que era un acto que superaba el ámbito local como se había hartado de hacerlo en los dos meses previos. Su discurso modulable a las circunstancias es magistral.
Premio Naranja para Monseñor Angelo Amato quien arrancó los aplausos emotivos de la asamblea cuando glosó al final de la ceremonia la vida del nuevo beato. No eran palabras huecas. Él sí que se creía lo que estaba haciendo y diciendo.
Premio Limón para Eduard Subirà i Rocamora, ex jefe de protocolo de la Generalitat (Pujol) (un enchufado de CiU), ahora heredado por el obispado, que no le sometió a beneficio de inventario. Iba pasando por los bancos mofándose de los presentes diciendo con tono irónico, “así que todos ustedes son familiares del Dr. Samsó”, “doncs sí que n’han sortit!” (¡pues vaya, sí que hay!)”, cuando eran las personas que habían colaborado con la Causa. Alguien le tendría que decir a este esperpéntico personaje que, si se aburre o ya chochea, vaya a cuidar a sus nietos y deje ya de tocar las narices al personal. A lo mejor es que a su esposa –que es la quien manda en su casa- le estorba a la hora de fregar el piso. ¡Que metafórica es la imagen de un ex jefe de protocolo de la Generalitat pujoliana mandando sobre donde y cómo debían de situarse los sacerdotes!
Peiró-1936, un paranoico anarquista incendiario y totalitario –terror jacobino-, y su relación con los derechos humanos. Una demostración de esta afirmación a partir de sus propios textos
Extractos del libro “ Perill a la reraguarda” , publicado en 1936, colección de dieciséis artículos y siete textos más, escritos todos por Joan Peiró.
Del prólogo:
El verdadero revolucionario no se para delante del derramamiento de sangre . Avanza por el camino de la revolución, y todo aquello que se opone a su paso, sea individuos o cosas, es inmolado y arrasado inexorablemente. Es la ley inmutable de las revoluciones. El verdadero revolucionario, pero, no vierte una gota de sangre más de la precisa , no mata por matar, porque la sangre le repugna (p. XXI).
Cuando los individuos no se adaptan a los imperativos de la revolución, o se rebelan contra la ley de esta, el verdadero revolucionario cae encima de los rebeldes y los juzga y los castiga, según la gravedad de la falta. Y los mata, si es preciso (p. XXII).
Porque estos “paseos”, son un sarcasmo, un asesinato, jamás justicia revolucionaria, ya que el verdadero revolucionario no asesina; y si mata, lo hace de acuerdo con la justicia revolucionaria, que reconoce a los inculpados el derecho de defensa (p. XXIII).
El 18 de abril de 1936, afirmaba:
La Iglesia , prototipo de la reacción y del oscurantismo , mantiene intactas sus organizaciones antiliberales y terroríficas (p. 6).
La democracia está muy bien para los pueblos donde las clases sociales mas logradas saben darle el debido acatamiento. En España es a la inversa… ¿Por qué esta insistencia a hacer prevaler los principios de la democracia como medio terapéutico para sanar las llagas morales y espirituales de los que rehúsan su curación? ¿Por qué este encabezonamiento en querer que las ostras – ¡y qué ostras, nuestros cavernícolas! – se abran por medio de la persuasión? (p. 6).
Es en la Iglesia y en los centros cavernícolas donde se conspira contra las libertades populares y contra la vida de los hombres de avanzada (p. 7).
La Cruz y todo lo que en España significa privilegio, hasta ahora intangible, ha buscado la ayuda de las pistolas mercenarias para ahogar en sangre las voces que claman por las libertades populares y para abrir nuevos horizontes al futuro de España. Y si no son los gobernantes los que ponen freno a los desatadas turbas terroristas agrupadas en torno al Fascio –organización infame alimentada e impulsada por la Iglesia , por la aristocracia y por el alto capitalismo-, tendrán que ser las masas populares las que se tomen la justicia por su cuenta.
Nosotros afirmamos que esto último sería la forma más rápida y completa, y afirmamos, incluso, que delante de las pistolas asociadas con la Cruz , los métodos jacobinos son los más apropiados para ir contra la Cruz y contra las pistolas (p.8).
Todos los ciudadanos que se alzaran frente a los secularismos feudales y contra la supervivencia de la esclavitud económica, política, moral y social, que quieren mantener la Iglesia y los reaccionarios (p. 12).
El poder temporal de la Iglesia , que es un poder exactamente igual al de los bandoleros y asesinos (p.13)
Las reuniones que casi diariamente se celebran en las iglesias mataronesas ¿Conocen las Autoridades populares de Mataró, las finalidades de estas reuniones de estas reuniones en las iglesias? No, señores. Son reuniones políticas, son unas juntas de conspiradores que minan los fundamentos del régimen y unas conjuras contra todos los principios de libertad (p.13).
Ahora no es la hora de teorizaciones doctrinales, ni lo es de palabras más o menos ecuánimes y tolerantes. Es el momento de actuar con hechos, de repartir leña a diestro y siniestro, de pegar fuerte donde haga daño (p.14).
Las masas populares de Mataró deben decidirse a actuar firmemente, implacablemente, y desde ya, sentir la sana intolerancia de no permitir a los reaccionarios y su mesnada, las actividades a las cuales hasta ahora se han dedicado libre e impunemente (p.14).
27 de agosto de 1936, cinco días antes del asesinato del Dr. Samsó:
La revolución es la revolución, y es de sentido lógico que la revolución comporte derramamiento de sangre . El sistema capitalista, el poder temporal de la Iglesia y el imperio de todos los caciquismos han estado sostenidos y alimentados con el dolor y la sangre del pueblo (p. 40)
Matar al mismo Dios, si existiese, en el fragor de la revuelta, cuando el pueblo enardecido por la justa ira se desborda, es una medida natural y muy humana (p. 41).
5 de septiembre de 1936, cuatro días después del asesinato del Dr. Samsó:
La Iglesia , en el transcurso de los siglos, ha sido la aliada de todos los tiranos, ha sido actora de todos los hechos criminales , y es ella, en manos de los privilegiados, quien predica e impone a los pobres de espíritu la sumisión a los poderosos y acomodados… La destrucción de la Iglesia es un hecho de justicia, porque la Iglesia representa un poder político la finalidad de la cual es la esclavización espiritual y social del pueblo (p. 56)
11 de septiembre de 1936, diez días después del asesinato del Dr. Samsó:
Mi llamada humanista , contraria a todo exceso, tiene menos de humano que de especulación revolucionaria. He creído siempre que, en plena revolución, el enemigo tiene que ser abatido sin compasión, exterminado inexorablemente (p. 62).
15 de septiembre de 1936, cuatro días después del asesinato del Dr. Samsó:
La vieja democracia [se refiere a la existente durante la II República ], último reducto del individualismo económico, tiene que dejar ahora la vía libre a las aspiraciones colectivistas y socializantes del proletariado, con la sangre del cual serán salvados los valores de la moderna civilización y su contenido moral y humano (p.75).
24 de septiembre de 1936:
Nuestra lucha es contra el fascismo, y todo aquel que no sea un fascista comprobado, sean quienes sean sus ideas, para los antifascistas, para los verdaderos revolucionarios, tiene que ser una persona sagrada (p. 93)
De la parte de Perill a la reraguarda no proveniente de artículos previos:
Matar, sí, matar a quien convenga , es un imperativo de la Revolución … Y si la Revolución puede y debe matar, tiene que hacerlo bajo el imperativo de la Justicia (p. 165)
Matar lo que convenga, es el principio que siempre ha tenido mi conformidad . Matar por sistema, porque sí, es cosa que me repugna, porque matando de esta manera, incuestionablemente, se matan cosas que pueden ser útiles a la colectividad. Y ahora, se ha matado por sistema y sin tener en cuenta el interés de la colectividad (p.174).
Caius Marius Cuias