Catalunya Religió da por muerto al obispo Malla

Después del último verano se anunció, con pompa y circunstancia, la nueva web Catalunya Religió, que debía revolucionar la información religiosa catalana, bajo la dirección del esforzado periodista Jordi Llisterri. Cuando vio la luz supo aprovechar hábilmente el tirón de la monja mediática y encontró un hueco fugaz en la audiencia. Agotada la novedad- aunque quieran estirarla como un chiclé-  el medio pasa sin pena ni gloria. No ayuda mucho el diseño poco agradable, con una portada sin gancho, que invita a no seguir leyendo. No llega a ser más que un albergue de blogs, que hasta entonces campaban libremente y una recopilación de noticias, sin otro criterio de selección que dar pábulo a los comunicadores que son de la cuerda del director. Unan a ello algunos videos, paupérrimamente caseros, como el de las reacciones fóbicas al nombramiento de Monseñor Munilla.

Pero una cosa es la inanidad y otra la torpeza. Esta se halla clamorosamente presente en uno de sus últimos artículos, titulado “¿Què pensen els bisbes d’avui d’Arrels Crstianes de Catalunya?”  (artículo que aparece sin firma, suponemos que no será anónimo … ). La pieza nos habla de los 25 años de la publicación de aquel documento por los obispos catalanes. Hoy en día este texto pasaría por una proclama moderada y autonomista, que no sería asumida ni por el partido más tibiamente nacionalista. Pero como se trata de enredar el patio episcopal catalán, se tira de aquel pronunciamiento con la finalidad de enfrentar las huestes catalanistas con sus obispos. Mero tacticismo. Sin embargo, el artículo lleva una perla escondida. La perla de la torpeza. Se lo transcribo textualmente:

“Arrels Cristianes de Catalunya es va publicar el 1985 quan era arquebisbe de Barcelona el cardenal Narcís Jubany i de Tarragona Ramón Torrella, la resta de bisbes signants van ser Guix, Martí Alanís, Malla, Moncadas, Camprodón i Carles (tots ja jubilats i només els dos darrers son vius)”

Independientemente de la tortura sintáctica que admite una categoría de jubilados-muertos y jubilados-vivos, la sorpresa surge cuando entre los jubilados-muertos incluyen al obispo emérito de Lerida, Monseñor Ramón Malla. No voy a recordarles aquello de que “los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, porque el obispo Malla se halla ya muy anciano y cada vez se prodiga menos. Cosa comprensible a sus 87 años de edad. Pero de ahí a darlo por muerto… ¿Qué no repasan los artículos? ¿Nadie se los relee y les avisa de sus pifias? Suerte que, de paso, no han liquidado también al Cardenal Carles, que, tan reaccionario él, puso su firma en aquel texto, sin reserva alguna.

La anécdota evidencia que en Catalunya Religió no se enteran absolutamente de nada. Su falta de rigor informativo les lleva a desconocer siquiera cuales son los obispos catalanes vivos. Eso que su director Llisterri, al igual que plantó un árbol, perpetró un libro denominado “Les ferides de l’Església catalana”, en el cual desgranaba a todos y cada uno de los obispos, aunque la única intención del mismo fuere soltar porquería respecto al pontificado del Cardenal Carles. Uno de los firmantes del documento que ahora enarbolan como representativo de la arcadia feliz.

Este es el triste y desolador panorama de la información religiosa en Cataluña. Un periodismo de tercera regional, que no ha evolucionado ni en el ámbito periodístico, ni en el religioso, sin otra estrategia de comunicación que constituir la correa de transmisión del pensamiento más progremente correcto. Tan progre como baldío y ausente de rigor.  Su ejemplo patente está en la web Catalunya Religió. Que no sabe ni que obispos están vivos. Periodistas se hacen llamar.

Oriolt