Sistach enerva a todos con la Beatificación
Luís XIV Martínez-Sistach, el Escenógrafo
A solo tres días de la beatificación podemos hacer ya una breve síntesis de lo que ha sucedido hasta ahora.
La organización de la beatificación primero ha estado paralizada y posteriormente hipotecada y obstaculizada por Sistach. Su aportación ha sido en todo momento una rémora que ha disgustado enormemente a los parroquianos de la Basílica de Santa Maria de Mataró, quienes cada vez más se manifiestan con palabras más y más duras a medida que conocen al interfecto.
Han importunado enormemente, hasta el enfado general, su retraso en el inicio de la organización de los actos, su mala planificación posterior, sus elecciones poco meditadas y alejadas de todo contacto con la realidad local, sus miedos y intereses personales, sus palos a las ruedas constantes cada vez se le proponía una iniciativa, su tardanza en dar respuestas, la supeditación de todo –hasta los detalles mas nimios- a su última palabra y decisión, su voluntad de convertirla en un escenario artificial de una normalidad eclesial diocesana que no existe en Barcelona(como por ejemplo la colocación de los contados jóvenes en puestos muy visibles para que el nuncio los vea) la centralización enfermiza de decisiones en su persona y su nula capacidad de delegación, su elección de colaboradores en personas generalmente incompetentes como el egocéntrico vicetiple Arenas -personaje capaz de poner un yo en el sujeto, verbo y predicado de la misma oración- o en el vicario episcopal-florero Segis, (silenciado con las ayudas del obispado a la restauración de su templo parroquial), su rechazo a tener en la comisión de organización a eclesiásticos diligentes y de reconocido prestigio, residentes ahora en Barcelona pero naturales de Mataró –para que no le hagan sombra-,como el párroco de la Inmaculada Concepción, o el de Santa María Reina, hombres de brillante formación y capacidad, su trato mal educado, su patológica y servil tendencia a buscar la aquiescencia de las autoridades civiles públicas y medios de comunicación, su desprecio hacia los colaboradores seglares pencaires (los currantes), su insultante sentido de superioridad, su pretensión de pretender sentarse sobre las gradas que conducen al altar que a modo de tarima lo eleva del nivel del presbiterio para que la asamblea lo vea mejor, sus impertinentes chascarrillos y comentarios frivolizando la beatificación ( como por ejemplo “que la próxima sería la suya propia” o que nadie vendrá a rezar a la tumba del beato) en una palabra, sencilla y llanamente: su incapacidad para elevar hacia un plano más sobrenatural el sentido de la beatificación.
Si algo sale bien de dicha beatificación no se va a deber a Sistach sino mas bien a los feligreses que han preferido no enviarlo a “quel paese” y se han quedado para salvar los muebles de esta celebración. Han sido fieles y grupos parroquiales no-progresistas de esa arrasada parroquia –tratados siempre como de segundas, cuando no como si fueran transparentes durante el actual rectorado- quienes han perseverado: “Causa y Amigos del Dr. Samsó” –quienes han aportado el grueso de la financiación e ideas-, Cofradía del Cautivo –quienes aportan el grueso de la gente de vigilancia y orden, Franciscanas de los Sagrados Corazones –quienes aportaron el grueso de jóvenes a la vigilia de oración-y finalmente los del Museo Archivo de Santa María, quienes han aportado el grueso de la difusión histórica….
Todos ellos, pese a todas las dificultades, han buscado financiación y organizado lo que han podido, muchas veces ya sin consultar para nada al cardenal y tirar pel dret (ir por libre), para que no entorpeciera más la beatificación. Todas estas instituciones y grupos parroquiales donde apenas ha puesto los pies el ínclito y ultraseptuagenario párroco Barat durante sus ya doce años de rectorado. Total ¿para qué?: Tots són una colla de carques! (Son todos unos “carcas")
Es muy significativo que mientras estos grupos se han buscado la vida para buscar y encontrar apoyos y dineros, la cuenta corriente que el obispado ha abierto para financiar es una pura telaraña, si descontamos la pingüe aportación del compromiso cautivo de la Caja de Ahorros más arraigada de la ciudad. Una vez más, como frecuentemente nos recuerda Oriolt, los católicos menos progresistas son los que más ayudan a la Iglesia. Van a ser los católicos no progresistas de Barcelona y Cataluña –salvo el plasta de Llisterri- los que se van a trasladar a Mataró, no otros.
Las premisas
El origen de todos los errores de Sistach, mas allá de ser un mediocre organizador, ha sido el de partir de una premisa previa: Nadie vendrá a la beatificación del Dr. Samsó. ¿Pero como llegó el interfecto purpurado a este conclusión?
Sistach ha proyectado su fracaso y el de la Iglesia Catalana , el modelo de Iglesia de la Unió Sacerdotal de Barcelona, a la beatificación. A esta conclusión ha llegado por la confluencia de dos elementos, la constatación del fracaso por pura observación –todo es decadente en su mundo-; y su egocentrismo –no puede haber nada mejor que nosotros que somos los mas sabios e inteligentes-. Si nosotros no movilizamos, que somos los mejores, menos aún lo va hacer un párroco de quien casi nadie se acuerda y cuya memoria ha sido mantenida por un grupo de feligreses cada vez mas reducido y discreto. Estas son sus presupuestos de análisis.
Hay que añadir otro elemento. La incomodidad del Dr. Samsó, como modelo sacerdotal, para el clero de la llamada Iglesia Catalana , sea nacionalista, sea progresista. Hay que recordar que fue un párroco tallado por el modelo del Papa Santo (San Pío X) y que estaba muy compenetrado con los obispos Reig y Irurita. Todo lo que odia la mitología de la Unió Sacerdotal.
El Dr. Samsó les recuerda, incomodándolos, a estos sacerdotes que no pueden enfangarse en la lucha político-partidista como lo han hecho;
- que tienen que fomentar las vocaciones religiosas y la dirección espiritual;
- que tienen que educar en una sexualidad sana y no destructiva;
- que tienen que ir vestidos con prendas que los identifiquen como la Iglesia recomienda y amarlas, como el veneraba su sotana;
- que el sacerdocio no es una profesión que se ejerce como quien ejerce un trabajo solo durante unas horas determinadas;
- que hay que trabajar y no ser gandules;
- que hay que rezar el breviario como se les obliga y no hacen;
- que hay que ser muy cuidadoso con la liturgia;
- que el sacerdote tiene que ser por encima de todo un hombre de oración;
- que los seglares no hay que clericalizarlos ni tratarlos como catetos incapaces de dirigir cualquier iniciativa parroquial.
- que hay que tener al Santísimo Sacramento como centro privilegiado de la vida parroquial;
- que hay que entender que un párroco lo es de todos, de los nacionalistas y de los no nacionalistas;
- que hay que amar a Cataluña como el Dr. Samsó hizo sin comprometerse con ideologías nacionalistas que ponen a Cataluña por encima del Evangelio como le sucede al actual párroco de Santa María de Mataró, Mn. Joan Barat, un enchufado por el bueno de su amigo obispo Carrera, quien adolecía del mismo mal.
El sucesor del párroco mártir de Santa María de Mataró ha ignorado intencionadamente (porque le incomodaba) la figura del Dr. Samsó durante sus doce años de rectorado. Por ello no se le ha visto el pelo en ningún acto organizado con motivo de la celebración en que no esté el cardenal, y solo para hacerle la corte. Por ello acusó de fanatismo a las personas que mantenían la llama de la Causa. Hay que recordar que dicho Barat, cuando se ha visto presionado por su feligresía para que ponga un poco de racionalidad en la organización, responde que no puede oponerse a Sistach, porque es su obispo. Él, Barat, que animaba hace unos años a sus feligreses a firmar en aquellas recogidas de firmas contra el cardenal Carles, -que quien se ve no debía ser su obispo-. Él, que se pasó de Vic a Barcelona, porque Monseñor Ramon Masnou no era suficientemente nacionalista. Él, que tan contento estuvo que nombraran a Sistach y no a Ureña o Jaume Pujol para la sede de Barcelona. Por eso callan en público porque en el fondo fueron corresponsables de su venida.
Las elecciones
Todos estos elementos puestos en la cabeza termo-mix de Sistach, solo daban un resultado: no podía venir nadie a la beatificación. Para desgracia suya, el párroco de Santa Maria, le corroboró el análisis. Hay que recordar que este último personaje intentó cargarse el rosario vespertino porque solo iban cuatro “velles” (viejas). Más o menos las mismas en cantidad que han mantenido la llama vacilante de la causa del Dr. Samsó.
El análisis de la beatificación del Dr. Samsó con ojos de la Unió Sacerdotal es el origen de haber escogido Sistach, como marco de la celebración, la Iglesia de Santa María de Mataró (mil quinientos asientos a tope). Un espacio controlable, fácilmente rellenable donde no se pudiera poner de manifiesto la falta de asistencia. Y para asegurarse el tiro, hacer organizar la Jornada Sacerdotal del Año Sacerdotal para al menos asegurarse la asistencia de 400 sacerdotes.
La elección de este marco y de un día climatológicamente tan potencialmente adverso ( la setmana dels sants barbuts , la mas fría del año) ha hipotecado lo que tenia que ser una gran fiesta y oportunidad de reforma y de revitalización de la Iglesia local animadas por el testimonio del nuevo beato.
El mismo Taltavull, muy dulce él, lo dijo alto y claro : no se puede pensar la beatificación en términos de Cristiandad (literal). El melifluo Taltavull, sin darse cuenta, ofreció la clave hermenéutica con la que entender la actuación del obispado en el planteo y organización de la beatificación. No se puede pensar la beatificación en términos de cristiandad porque la Iglesia es un espacio para escogidos, pocos, pero escogidos. La gran justificación de porqué son cuatro.
Hay en todo el planteamiento de la beatificación por parte del obispado una gravísima falta de dimensión sobrenatural y una preocupante y enfermiza eclesiología.
La beatificación del Dr. Samsó es una oportunidad para que el Señor hable a los corazones de la multitud, de toda raza y condición. En vez de ello, los organizadores diocesanos encierran la ceremonia en los muros de una iglesia manifiestamente pequeña para un acto como este, con el mismo encogimiento de espíritu en que ellos mismos se encuentran.
Mas protestantes que católicos, nuestros dirigentes de la Iglesia diocesana, tienen miedo que se hubiese manifestado públicamente su fracaso eclesial al ver vacía una ceremonia a campo abierto. Sistach tiene miedo a exponerse. Que alguien, el Nuncio, hubiera equiparado dicho fracaso al su modelo eclesial.
La evolución de las milongas de Sistach: las consecuencias
Fase 1 o localis : Una guinda al Milenario
En una primera etapa, la moto de Sistach a vender fue –y lo repitió por activa y por pasiva-: YO os he conseguido la beatificación como broche final a las celebraciones del Milenario de existencia de la parroquia de Santa María de Mataró (1008-2008). En aquel momento, la beatificación era pues una acto local, puramente local, una coletilla a los actos del Milenario.
Un amor basilical muy de última hora pues mientras la milenaria y descuidada Basílica de Mataró sigue sin recibir un duro del arzobispado, Sistach, compra el silencio y los servicios de su vicario episcopal florero Segis con ayudas económicas a la restauración de su respectivo y menos necesitado templo parroquial. Y que conste que nos criticamos que las reciba si las necesita, pero ya es sintomático que nadie obtenga nada y justo la de Segis sí.
Hay en esta fase una mentira y una confusión. El hecho de ligar los dos eventos fue del padre postulador Ramon Julià, escolapio, el mismo de Telepace. Pero Sistach no mentó este detalle para poder ponerse la medalla. Por ello escogió una fecha tan mala, climatológicamente hablando, para la beatificación, para no alejarla demasiado del año de clausura de dicho Milenario. Y un espacio equivocado, no un estadio o un descampado, sino el interior de una Iglesia que siempre pensó entonces en clave local, mas aún, en clave estrictamente de aquella parroquia milenaria.
Otro error se ha arrastrado desde entonces: la falta de tiempo de preparación de los actos, de tiempo para la difusión de la figura del Dr. Samsó. Todo ha sido desde entonces precipitación e improvisión. Tan minúsculo como el cartel anunciador que nos ha llegado a las parroquias barcelonesas, ha sido el calendario de actos organizados. Nulos a nivel diocesano, de 13 días a nivel local.
Fase 2 o sacerdotalis : Una guinda al Año Sacerdotal
Pero pasaron los días. Sistach acabó dándose cuenta finalmente – aunque no lo ha pillado del todo- que el Santo Padre lo que le interesaba era proponer un modelo de sacerdote próximo al presbiterio de Barcelona en el marco del Año Sacerdotal. No es por casualidad que se anunciara, junto con la beatificación del Dr. Samsó, la del cardenal Newman. Fue entonces cuando tuvo la obtusa idea de hacer coincidir la Jornada Sacerdotal del Año Sacerdotal con la beatificación. Matamos dos pájaros de un tiro, pensó. Liderar un acto multitudinario sacerdotal a nivel catalán y asegurarse el lleno en la beatificación. Todo delante del nuncio y de monseñor Amato. Una guinda al Año sacerdotal sin preparación previa, con un presbiterio desanimado y desmoralizado por el absolutismo absorbente de un Sistach que trata al presbiterio como un jefe de negociado a sus funcionarios.
Fase 3 o archiepiscopalis : Una guinda a su arzobispado
Poco a poco, debido a las iniciativas y noticias que le iban llegando desde Mataró comenzó a ver que el lleno estaría asegurado, que la gente estaba muy animada, que todo podría ser un éxito, que en muchas partes fuera de Mataró la gente preguntaba y se interesaba por la beatificación y el ejemplo del Dr. Samsó.
Entonces, ¿por qué encerrar la beatificación al estricto ámbito local? se preguntó. Empezó a partir de ese momento el discurso que la beatificación era una celebración de carácter diocesano, más aún, de carácter archidiocesano. Y él liderándola, con el nuncio a su izquierda y el prelado de Tarragona ahora a su derecha, y el resto del episcopado postergado a los fondos (si no es que, lector de GG, lo cambia para no darnos la razón). Empezaron entonces las llamadas a la participación por doquier. Venid a Mataró , venid a Mataró repetía como desbocada vaca sin cencerro.
Pero era demasiado tarde para cambiar la fecha y el lugar. Era demasiado tarde para organizar nada consistente a nivel diocesano. Hasta que se dio cuenta, solo hubo una conferencia de Mn. Josep Colomer a un círculo reducido de sacerdotes de la Ciudad Condal y un artículo en la revista del Seminario, Portal Obert . Fue solo cuando cambió el chip que se iniciaron los artículos en la Hoja Diocesana. No hay pues nada parecido a un programa de actos de carácter diocesano simple y llanamente porque no hubo tiempo para organizarlos porque nunca se planteó en términos de celebración diocesana hasta hace poco más de un mes.
Superada la fase primera y segunda, comenzó entonces Sistach a poner palos a las ruedas a los organizadores locales y a los que promotores y actores que han movido la Causa durante una verdadera travesía en el desierto, a restringirles la ceremonia, llegando incluso a prohibirles a anunciar primero y a organizar después una Misa de Acción de Gracias al día siguiente a la beatificación. A día de hoy siguen los de Santa María de Mataró sin saber si pueden o no pueden celebrarla, motivo que hipoteca y paraliza cualquier organización (incluso la simple cartelería de aviso). Hartos, va corriéndose la voz (incluso SMS) de convertir la Misa de 12h del día siguiente, la del domingo 24 de enero en una verdadera Misa de acción de gracias pero sin decir que lo es, para que Sistach no se meta, los deje en paz y la puedan celebrar como se hace en todo el mundo sin el dogal de todas estas hipotecas.
Aunque Sistach se haya propuesto boicotear lo que tenía que ser una fiesta, no lo va a lograr. No conoce a los capgrossos (“cabezudos” es el mote con que se conoce a los mataronenses). Lo que empezó siendo el acto que tenia que culminar el Milenario, se ha convertido en una ceremonia donde se ha excluido a los propios feligreses rasos de la parroquia, especialmente los de más edad, los que conocieron al Dr. Samsó. Son viejos , debe pensar. Le afean su escenografía. Pese a ello, es previsible que Sistach se pegue un batacazo en la capital del Maresme y a la vez “fabril capital del genero de punto”. Ha comprado demasiados números.
Leo Messius