Ideas que afloran
Verdaderamente hay ideas que afloran en la tupida selva de la información religiosa. Voy a remarcar sólo dos: una, referida a mosén Francisco Romeu, la otra, al rechazo de un nutrido número de curas al nombramiento de Munilla.
Don Francisco Romeu es el “periodista” y sacerdote de Barcelona que, junto con otros dos presbíteros, escribió defendiendo entre otras cosa las uniones homosexuales. Ahora, en el último número de la revista “Foc Nou”, dedicado al sacerdocio, acaba de pedir – no se sabe a quién – que el sacerdote pueda serlo sólo “por un tiempo”, dejando a parte todas esas cosas de la consagración y de la ontología del presbítero, para los religiosos. El cura secular, pues, debería serlo ad tempus y que pueda volver luego, si así lo desea, a la vida seglar. Y en esta revista escriben un vicario general, José M. Domingo, de San Feliu, y el rector del Seminario de Barcelona, José M. Turull.
Claro que Romeu no puede expresar ésta y otras peregrinas ideas suyas si no es desde la más profunda ignorancia de la teología sacerdotal. La verdad es que la demuestra a cada paso. Pero él y otros lanzan estas ideas sin que nadie se las rebata. Me gustaría saber cómo anda la teología de don Jaime Fonbona, profesor de la asignatura Orden Sacerdotal en la Facultad de Teología de Cataluña, sobre la dimensión ontológica del sacerdocio católico. He leído algunos de sus libritos, todos van a parar al mismo concepto de “comunión” – que vete a saber qué significa eso para él. En el prólogo de uno de ellos, el mismo mentor de Fonbona, monseñor Pedro Tena tiene que echarle un capote e insistir en el tema de la ontología del sacerdocio, que Fonbona, lo dice el mismo Tena, no lo toca de manera correcta desde el punto de vista de la teología católica. Mírenlo y se convencerán.
He leído en la prensa la carta enviada al obispo preconizado de San Sebastián por más de un centenar de sacerdotes protestando por su elección para esta silla. Algunas de las palabras de la mencionada carta me hacen recordar otras que oí expresar de boca de mi rector del Seminario de Barcelona, monseñor Juan Enrique Vives. Él decía: «los obispos pasan, la diócesis permanece». Las pronunciaba entonces aplicándolas al cardenal Carles y a cómo debía ser también nuestra formación sacerdotal; es decir, si teniendo en cuenta, las que propone la Iglesia universal, las mismas de Carles, o, y esto es lo principal, según lo que pide el “taranà” (talante, el gusto) de lo que el clero de Barcelona: una mayoría que no está en la línea del sacerdocio que propone Benedicto XVI en su carta sobre el Año Sacerdotal, como ya lo dijo José M. Totosaus en El Pregó .
Dejando la cuestión de la auténtica autoría de la frase que utilizaba Vives , constituye ésta una de las banderas de la Unión Sacerdotal de Barcelona, una asociación de presbíteros barceloneses que, nacida para su propia santificación, deriva pronto en un grupo activista de pensamiento y de presión, y que está a la base de la guerra que hicieron a don Marcelo y a don Ricardo M. Los sacerdotes guipuzcoanos, pues, salen ahora con expresiones si no iguales, a lo menos parecidas: A Munilla no le quieren porque no seguirá “las líneas diocesanas” - dadas por ellos mismos -, su elección por el Papa es una “clara desautorización de la vida eclesial” de Guipúzcoa, de “cambio de rumbo”, Munilla tiene que seguir “las opciones pastorales” de la diócesis y él no lo hará; es decir, tiene que continuar el “estilo” pastoral y de formación sacerdotal de la diócesis. Bueno sobre eso último no tienen ningún problema puesto que en el seminario tienen ¡un 0 patatero de alumnos!, que no se preocupen pues por eso.
Y es que los sacerdotes contestatarios vascos, que también protestan allí -como los de aquí cuando la división de la diócesis, con Turull megáfono en mano- quieren seguir “caminando en coherencia con las opciones pastorales” que ellos mismos se han dado. ¿No se parece todo esto a la ideología que subyace en el fondo del pensamiento de Vives?
Y ya que hablamos de formación sacerdotal y del clero, permítanme que me refiera al rector del Seminario de Barcelona. El infatigable Turull escribe en todas partes: con los “progres” de Foc Nou y los “carcas-progres de ahora” de Cataluña Cristiana . En esta última revista nos acaba de deleitar con un artículo sobre la humildad y la austeridad sacerdotal. Bueno, austeridad la que sigue él, uniformando a los trabajadores de su seminario con elegantes trajes– claro que él habla de que la estética no está reñida con la austeridad- obligándoles a lucir enseñas de diseño en la solapa y llenando el suelo de mármoles y de escudos institucionales. ¡Mosén Turull sea discreto! ¡Descanse usted!
Viriato Pastor Lusitano