La batalla contra Munilla también se libra en Cataluña
El progresismo y el nacionalismo eclesial se están jugando mucho con el nombramiento de Don José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián. Saben que es la pieza clave que va a decidir el futuro de la Iglesia en comunidades como Vascongadas y Cataluña. Si la carta Munilla sale bien, no sólo habrán perdido una batalla, sino que habrán perdido la guerra, desde ese momento las cosas van a cambiar totalmente. Desde Roma ya no se amedrentarán más, y el modelo de obispo condescendiente con los abusos del progresismo y de linea más nacionalista que pastoral habrá pasado a la historia. Después de Don José Ignacio vendrán otros como él y poco a poco va a quedar atrás una etapa oscura de la Iglesia en estos territorios históricos que ha dejado al catolicismo en sus niveles más bajos.
Por eso la batalla contra Munilla no sólo se juega en tierras vascas, donde han puesto toda la carne en el asador, sinó también aquí, porque la sombra de Munilla es alargada y la imagen de un “Munilla catalán” está planando sobre las preocupadas cabezas de los progresistas-nacionalistas catalanes. Por aquello de “cuando veas las barbas de tu vecino…” algunos se están empezando a poner muy nerviosos.
Por eso los escasos pero subvencionados medios con los que cuenta el progresismo eclesial en Cataluña ya se han puesto en marcha para participar en la “Guerra contra Munilla” que consiste en crear un ambiente general, no sólo en Vascongadas, que este nombramiento es una barbaridad, desprestigiando en todo lo que puedan al pobre Don José Ignacio.
Nuestro amigo Jordi Llisterri se ha puesto al frente del ejercito libertador, no ha reparado en medios, ha enviado nada menos que a tres periodistas a cubrir el hecho, a entrevistar a todo aquel que esté en contra de Munilla, y a publicar videos en su pagina web “Catalunyareligio”, con los resultados de este ingente trabajo desprestigiador.
Pero claro, aquí nos conocemos todos, y sabemos de que perfil son los miembros del batallón enviado por Llisterri a tierras vascas. Los tres miembros integrantes del equipo comen gracias a sus partidos políticos (de izquierdas, por supuesto). En cabeza está Joan Salicrú, a sueldo del PSC de la sección local de Barcelona, donde ejerce como asesor de marketing al servicio de Jordi William Carnes, luego nos encontramos con Eloi Aymerich Casas, un licenciado en comunicación audiovisual, director de campaña del PSC en las últimas elecciones municipales de Mataró. El tercero en discordia es Ramon Radó, que trabaja en la televisión pública del tripartito (TV3), y que es el encargado de elaborar el boletín local de Mataró de Esquerra Republicana de Catalunya.
Como ven, máxima pluralidad, esa de la que tanto presume Llisterri.
Sin duda que el efecto Munilla ha sido una bomba en los diezmados campos del progresismo-nacionalista, pero si sale bien (y yo confío plenamente en ello), será la puntilla definitiva. En Cataluña ya tenemos pruebas de ello: Don José Angel Saiz, es compañero de Munilla en el fructífero seminario de Toledo del gran Don Marcelo y ya ven que resultados más espléndidos. A Don Romà Casanovas, como a Munilla, le amargaron su entrada como obispo en Vic, pero va saliéndose con coraje y tenacidad. Y Don Francesc Pardo ya plantó cara a sus antiguos compañeros de la U (Unió Sacedotal) de Barcelona, y ahora tiene bien a raya a los protestones del “Forum Alsina". La “Fórmula Munilla” funciona sin duda, sólo hace falta que nos envíen unos cuantos más. Sobre todo en Barcelona.
Antoninus Pius