Las parroquias de los dos últimos rectores del Seminario
Con anterioridad al advenimiento de Turull al frente del Seminario barcelonés, fueron sus rectores el Doctor Ramón Corts Blay (1997-1998) y Mossèn Francisco Prieto Rodríguez (1998-2005). No es motivo de este artículo analizar sus mandatos al frente de aquella institución, aunque un día les explicaré, con calma y tranquilidad, la repugnante maniobra que la alianza U-progresía urdió para apartar al doctor Corts del Seminario. Traigo a colación a estos dos sacerdotes, que en su día fueron bestias negras de las huestes que hoy mandan en la archidiócesis, para significar la extraordinaria labor que desempeñan en sus actuales parroquias.
El Doctor Ramón Corts es rector de la Parroquia de la Purísima Concepción desde el mes de Octubre de 1998. No se trata de un sacerdote cualquiera. Además de sus cargos de delegado episcopal de enseñanza y arcipreste de la Concepción, es un eminente historiador, que se ha sumergido en los archivos secretos del Vaticano y que ha publicado numerosísimas obras de historia eclesiástica. Entre ellas merece destacarse “L’arquebisbe Fèlix Amat (1750-1824) i l’última il.lustració española” y, como co-autor, el Diccionari d’història eclesiàstica de Catalunya. Pero su talento no va asociado a una indolencia pastoral. Al revés, la parroquia que regenta es una de las parroquias más vivas de Barcelona. En el barrio del Ensanche existen dos parroquias emblemáticas, las que, además, dan nombre a cada uno de sus arciprestados. La de la Concepción para la derecha del ensanche y la de San José Oriol para su izquierda. No me gusta el maniqueísmo, pero comparar una con la otra arroja un balance brutal a favor de la Concepción. No en vano muchos la denominan la Catedral del Eixample. Y es que el eminente historiador saca tiempo de donde sea para atender su parroquia. Famosas son sus conferencias cuaresmales, en las que siempre se anota el tanto de invitar a algún prelado de alto nivel. Por citar las de los últimos años, ha tenido a Fray Raniero Cantalamessa o a Monseñor Blázquez entre otros. Con no menos celo y brillantez, se dedica a hacer la novena de la Inmaculada o la procesión del Corpus o una de las Semanas Santas más participadas de Barcelona. En un barrio en el que hoy en día casi todo son oficinas, cuenta con numerosos niños, jóvenes y matrimonios que no se ven en otros pagos. Igual podemos decir del culto diario, la dignidad de sus celebraciones o la categoría de los sacerdotes que le ayudan. Debo destacar entre ellos a otro célebre historiador eclesiástico: Fra Valentí Serra de Manresa. Que nadie piense que están en la parroquia como “patums”. Celebran diariamente en ella, no tienen rubor en dedicar horas al confesionario y tienen tiempo más que suficiente para atender su actividad investigadora y docente. ¡Qué maravilla!
Mayor mérito sí cabe tiene la parroquia de San Isidro Labrador, a cuyo frente se halla Mossèn Francisco Prieto. Sí la parroquia de la Concepción es un templo histórico de Barcelona, la de San Isidre es una parroquia moderna. Fue erigida en el año 1946 y se halla entre el barrio barcelonés de Sants-La Bordeta y el de Santa Eulalia de L’Hospitalet de Llobregat. Entre los rectores que ha tenido en su corta historia (tan solo cuatro) debe significarse especialmente a nuestro querido Obispo Carrera, que lo fue entre los años 1976 y 2001. Esta parroquia es otro ejemplo de vitalidad eclesial, pero especialmente debo destacarla porque me atrevería a decir que es la iglesia más limpia y luminosa de Barcelona. Es un templo que no solo da gozo verlo, sino pasar un rato en él. Se lo recomiendo. Cuantas iglesias vemos oscuras, sucias, hediondas, con las paredes desvencijadas, normalmente pintadas de un color “de gos como fuig”. La de San Isidro es blanca, límpida, clara y recoleta.
Además esta parroquia ha tenido una enorme suerte. Detrás de ella se ha construido la actual Ciudad de la Justicia de Barcelona. Han de pasar por delante de ella todos los que acuden a los tribunales, ya sean imputados, declarantes, testigos, jueces, letrados, procuradores o funcionarios. Siempre está abierta la iglesia y siempre se encuentra a alguien rezando en ella. Creo que se trata de una verdadera recompensa a la excelente labor de Mossèn Prieto.
Son dos ejemplos más de cómo suelen tener sus parroquias los sacerdotes más denostados por la progresía barcelonesa. Al contrario de los curas militantes en esa socialdemocracia gandul que normalmente no tienen tiempo de atender su parroquia, delegando en algún pobre diácono, que incluso tiene que celebrar la misa diaria, en aquello que denominan “celebració de la paraula”. Otros dos sacerdotes que no se verán reconocidos por este magma aprisionador en el que están los de siempre. Aquellos de los que habla Oriol Domingo en La Vanguardia dominical y que ahora han descubierto internet. Qué gracia tenía la última información de Domingo: nos hablaba de todas las webs religiosas de Cataluña y obviaba la que más repercusión ha tenido. ¿Te han obligado a silenciarnos nuevamente, Oriol?
Oriolt