La expulsión del Arzobispo: origen de nuestra mala conciencia
Mañana, 25 de agosto de 2009 se cumplen 5 años del piadoso traspaso del que fuera Arzobispo de Barcelona, el Cardenal D. Marcelo González Martín. Para hacer un minúsculo acto de justicia a un arzobispo expulsado por su propio clero, hagamos una sencilla crónica de algunos hechos que tuvieron lugar en nuestra diócesis hace 40 años, y de los cuales, aún pagamos las consecuencias.
Abril de 1966: Se recogen firmas para una carta dirigida a la Santa Sede:
“Emmo. Sr. Cardenal Aniceto Cicognani. Secretario de Estado de S.S.
Emmo. Sr. : Los firmantes de la presente carta componen la Comisión Rectora de la ‘Asociación de Sacerdotes y Religiosos de S. Antonio Mª. Claret’, recientemente instalada en la archidiócesis de Barcelona. Nos ha movido a escribir a V.E. el rumor difundido de la posible suspensión del nombramiento hecho a favor del Dr. Marcelo González Martín como arzobispo-coadjutor con derecho a sucesión de esta Archidiócesis. Aunque tenemos por absolutamente infundado dicho rumor, pero no deja de inquietarnos se dilate tanto su entrada que tan vivísimamente anhelamos; y con este motivo queremos hacer patente a V.E. los siguientes puntos:
a) La campaña indignísima que se está llevando a cabo en contra del nombramiento del Dr. González y que procede de una pequeña minoría que nada representa la archidiócesis y movidos muchos de ellos por motivos políticos.
b) Que la mayor parte de sacerdotes y católicos de la Archidiócesis no queremos a otro prelado sino el que nos designe la Santa Sede. Y es que en el caso presente no podemos tener sino palabras de agradecimiento a S.S. por haber nombrado para nuestra Archidiócesis al hombre que parece ser el más indicado por sus grandes cualidades sobrenaturales y naturales par ayudar a nuestro querido Dr. Modrego en su difícil labor pastoral y sucederle si llega el caso.
c) Que no quisiéramos que la campaña que artificialmente está desarrollando dicho grupo limitase en adelante en lo más mínimo la libertad de la Santa Sede en el nombramiento de los pastores de nuestras diócesis. La Santa Sede sabrá quienes son los hombres más a propósito para regirnos y recordamos con agradecimiento los nombres -por hablar de los que viven- de Urquinaona, López Peláez, Irurita y otros que buscando el servicio de Dios y bien de sus diocesanos se han sabido adaptar a nuestras circunstancias.
Besan reverente su Sagrada Púrpura: Mariano Vilaseca (Canónigo arcipreste), Lorenzo Garriga (Párroco), Francisco de A. Camps (Párroco), José Solé C.M.F (Viceprovincial), Antonio Lleusa (Párroco), Jaime Piulachs, S.J. (Director de la obra de Ejercicios Parroquiales), Pedro Muñoz (Coadjutor), José Coma (Coadjutor).” Y una larga lista más de sacerdotes y religiosos firmantes.”
Miércoles, 11 de mayo de 1966: Siguiendo la campaña Volem bisbes catalans (queremos obispos catalanes), unos 80 sacerdotes y religiosos se reúnen en la Catedral de Barcelona para hacer una oración, y, acto seguido, se dirigen a la Jefatura de Policía de la Vía Laietana para entregar un escrito de protesta por las torturas de la policía al joven estudiante socialista Joaquim Boix Lluch, y que después se supo por sus familiares que lo de las torturas fue una exageración. De la Catedral a la Jefatura de Policía, los manifestantes estuvieron acompañados por periodistas y reporteros gráficos especialmente de la revista alemana Stern. Al llegar a la Jefatura, el Rvdo. Pedrol, luego secularizado como tantos otros sacerdotes de la manifestación, le dio un puñetazo a un policía. Entonces los compañeros del agredido disolvieron la manifestación clerical con violencia.
Sábado, 14 de mayo de 1966: Un grupo de sacerdotes y religiosos se ha reunido en el patio del Arzobispado en plan tumultuario. El arzobispo Gregorio Modrego los recibe. Éstos exigen del prelado la excomunión para los policías que disolvieron la manifestación del día 12 de mayo. El Dr. Modrego se niega. Todo esto merece los máximos elogios del órgano oficial del Partido Comunista Español Mundo Obrero, que en su nº 9 de 1966 dice: “Lo ocurrido en Barcelona ha proporcionado una nueva demostración de la amplitud del movimiento en pro de las libertades. En primer lugar nos encontramos con el asilo en el convento de capuchinos de Sarriá. Los comunistas nos felicitamos de estas actitudes de sacerdotes exigiendo libertad. El Partido Comunista se infiltra en los medios católicos. Por otra parte la Secretaría de Estado del Vaticano reacciona y lamenta por escrito ante la Embajada de España la manifestación sacerdotal ocurrida en Barcelona el 11-V.”
Domingo, 15 de mayo de 1966: En casi todas las iglesias del Arzobispado de Barcelona se lee el texto mandado por el Arzobispo Dr. Modrego con el que desaprueba los hechos de aquellos días en Barcelona: “Lo que debe evitarse a todo trance es que las divergencias de mentalidad, se quieran resolver por medios violentos, injuriosos o dañosos a personas y cosas, ya sea de palabra o por escrito o de obra especialmente cuando se trata de personas sagradas.”
El cardenal Quiroga, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, manifiesta a la agencia Cifra: “Lo que todos lamentamos es esta forma tumultuosa de manifestarse tan contraria al espíritu sacerdotal. Si su conciencia les exigía hacer alguna declaración, debieron dirigirse a su prelado. Todos los obispos reconocemos la autoridad del Papa y a ella nos sometemos. Si un sacerdote o un fiel cree que los obispos no cumplimos con nuestro deber, debe poner la cuestión en manos de la Santa Sede.”
Jueves, 19 de mayo de 1966: D. Marcelo toma posesión como arzobispo-coadjutor con derecho a sucesión. Por la mañana comienza a llover sobre Barcelona. Corren rumores de que se preparan diferentes incidentes públicos, pero una hora antes de la ceremonia de toma de posesión, en los alrededores de la Catedral hay más de cien mil personas, y dentro no cabe ni una aguja. Televisión Española hace una gran cobertura del acto para toda España, y en ella se pueden contemplar las dos Barcelonas: la del día 11 y la del día de hoy.
Cuando el nuncio Riberi empieza a leer el Nombramiento del Papa, 5 personas empiezan a entonar el Virolai con la pretensión de que la gran masa de gente entonase el Himno Espiritual de Cataluña. La reacción es fulminante: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Papa! ¡Viva D. Marcelo! ¡Viva España Católica! Los 5 que entonaron fueron detenidos para esclarecer quienes eran y de quien recibían órdenes. Seguidamente, la palabra, limpia, clara, pulcra, rica, apostólica, ungida de caridad de D. Marcelo, resuena en la Catedral, mostrándose en ésta, los sentimientos de D. Marcelo, sus lágrimas, su programa e intenciones para su tarea en Barcelona. Digna de ser escuchada como un impresionante documento histórico, y testimonio de una situación difícil de comprender. De regreso al arzobispado, D. Marcelo hizo notar al secretario del Dr. Modrego, Rvdo. Francisco Muñoz: “¿Se ha fijado usted, que los seminaristas no aplaudían?”
5 de mayo de 1967: Carta Pastoral Acción pastoral del sacerdote en Barcelona: “Hago ahora una aplicación dolorosa, pero con el alma llena de caridad hacia quienes se han dejado llevar de recta y generosa intención. Delicada es la actitud del sacerdote en el interior del templo, y lo es igualmente en la calle. Participar en manifestaciones públicas, que además de estar prohibidas por la autoridad, versan sobre problemas que no son de su competencia y además dividen los ánimos, nunca deben hacerlo. Repudio y prohíbo tales situaciones. ¿Qué iglesia sería aquélla en que nos fuese dado contemplar unos sacerdotes manifestándose en la calle fuera de su misión sagrada? No pongo en duda el generoso impulso que a muchos mueve, pero ordeno con humilde seguridad y firmeza a los que son ministros de Dios que no se muevan en la calle entre las discusiones de los hombres.”
10 de marzo de 1967: D. Marcelo crea por decreto la “Comisión Diocesana Coordinadora” anunciada por su carta Pastores del Pueblo de Dios. No deja de ser una mezcla de amigos y enemigos. De los que lo quieres y de los que sólo quieren obispos catalanes. Como si la guardia Civil y los delincuentes tuvieran que actuar en plan de igualdad. Un viejo y experimentado sacerdote del obispado, ya difunto, dijo, hablando del gobierno del Arzobispado: “Si quieres que una cosa quede parada y no funcione, forma una comisión…”
18 de mayo de 1967: Justo un año después de su toma de posesión en Barcelona, el grupo Volem bisbes catalans organizan por la tarde, una manifestación en protesta contra D. Marcelo cerca de su residencia en la Institución Teresiana, de la calle Ganduxer. Aquella tarde el Colegio de las Teresianas cerró más pronto sus puertas. Minutos después de la hora anunciada, 70 personas salieron cantando el Virolai. La presencia de la policía los ahuyentó. Al cabo de un rato, apareció otro grupo de 30 también cantando el Virolai. Unas docenas de niños y niñas pequeños intentaron provocar a la policía con gritos de “Marcelo, Marcelo, vete… No te queremos… Vete” “Volem bisbes catalans”. Por la noche, unos activistas lanzan pintura roja en las pareces del palacio episcopal y escriben: “Anás, Caifás, Judas”.
9 de julio de 1967: Por la noche secuestran la imagen de la Virgen de Núria, patrona de la diócesis de Urgell, que tenia que ser coronada solemnemente por el cardenal arzobispo de Tarragona, Dr. Arriba y Castro, con sermón de D. Marcelo. Después de unos días de incertidumbre y de rumores se confirma que a pesar de todo, la coronación tendrá lugar el día 13 con una copia de la imagen auténtica. La Misa se celebra en la plaza exterior. D. Marcelo hace un gran sermón. Mientras predica, muchos ojos miraban fijamente al vicario de Ribes, Rvdo. De la Hoz, (secularizado más tarde) como uno de los cómplices del secuestro. Al final de la ceremonia, los comentarios versan sobre las exigencias de los secuestradores: “Queremos obispos catalanes”, la expulsión de D. Marcelo, la del cardenal de Tarragona, el retorno del abad Aurelio Escarré…
Años más tarde, el 3-IX-1992, el semanario Catalunya Cristiana publica lo siguiente:
“Hace 25 años que secuestraron la imagen de al Virgen de Núria.
Los secuestradores eran cristianos que reclamaban obispos catalanes. Este verano se han cumplido 25 años del secuestro pacífico de la imagen de la Virgen de Nuria, consumado por un grupo de patriotas catalanes entre los que se encontraban algunos escoltas de agrupaciones de Barcelona, animados por sus consiliarios. El objetivo principal de aquella acción fue difundido posteriormente por medio de unas hojas clandestinas que se repartieron en muchas parroquias del Principado en las cuales se decía que se quería evitar “la profanación de la imagen que había de ser coronada el domingo siguiente en un acto de propaganda por un régimen que imponía obispos de ocupación castellanos y persigue nuestra lengua y cultura, y combate la personalidad de Cataluña”. El secuestro de la imagen tuvo lugar exactamente el 9 de julio por la noche, aprovechando que había una puerta que permitía el acceso desde el hotel hasta el camarín de la Virgen. Uno de los secuestradores era carpintero y le fue relativamente fácil superar este obstáculo. Entonces cogieron la imagen, la pusieron dentro de una mochila envuelta con ropa y un caso para protegerla y abandonaron el hotel a medianoche.
Fueron a pié por los caminos de montaña hasta Queralbs y de aquí en coche y por carreteras secundarias hacia Girona. Finalmente al cabo de unos días trasladaron la imagen a una casa rural del Vallès y de aquí hasta un piso de Barcelona.
Mientras, los diarios dieron la noticia de la desaparición de la imagen calificándola de “robo sacrílego”. El entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, dio la consigna de no hablar más del hecho hasta que se detuvieran a los autores, pero a pesar de sus intensas pesquisas, ni la policía ni la Guardia Civil no consiguieron nunca encontrarlos.
Por otra parte, se hubo de coronar una reproducción de la imagen original, no asistió el nuncio del Papa como estaba previsto y la fiesta resultó insípida. Unos años más tarde, exactamente el 29 de enero de 1972 el abogado barcelonés y luego senador Josep Benet devolvió la imagen al obispo de Urgell, que era Joan Martí Alanís, bajo secreto de confesión. Se habían cumplido buena parte de las condiciones que habían puesto los secuestradores. El obispo castellano Marcelo González había dejado la sede de Barcelona unas semanas antes, el Abad Escarré había vuelto de su exilio, aunque ya difunto, y el general Franco había renunciado al privilegio de presentar candidatos al Vaticano para nombrar nuevos prelados, de acuerdo con la doctrina del Concilio…
Por último los supervivientes de la operación piden que el actual Capellán del Santuario de Núria explique siempre a los visitantes este episodio de su historia reciente.
M. Caballé.”
4 de diciembre de 1971: Se nombra a D. Marcelo como arzobispo de Toledo y Primado. Lo sucederá el Dr. Narcís Jubany, obispo de Girona.
15 de enero de 1972: Acto de despedida de D. Marcelo en la Catedral de Barcelona. Documento testimonial de alto valor. Refleja la serenidad de D. Marcelo ante la tarea hecha. Expone todo un programa de trabajo de cara al futuro, con una mirada muy esperanzada para el clero barcelonés, si se une y canaliza correctamente sus fuerzas. Representa una valiosa reflexión, que sirve también para hoy.
16 de enero de 1972: Fallece el arzobispo emérito D. Gregorio Modrego.
Años más tarde, el propio D. Marcelo reconocería muchas veces, con lagrimas en los ojos, que recibió muchas cartas –algunas muy ofensivas- para que renunciara a venir a Barcelona, enviándolas puntualmente a la Santa Sede, para que fuera el Santo Padre quien, bien documentado, decidiera, manifestando que él, a pesar de todo, obedecería y seria dócil a la decisión final del Papa. Pablo VI dijo al nuncio Mons. Riberi: “Teniendo estos sacerdotes, don Marcelo que vaya a Barcelona.”
El Directorio de Mayo Floreal