Se acerca el momento del adiós
Ha llegado la hora. No puedo ni imaginar lo que te esta pasando por tu cabeza en estas ultimas horas antes de embarcar rumbo a Afganistán.
Se que tienes que cumplir la misión más peligrosa en la que te has encontrado nunca y que estas preparado para ello. Tienes las cualidades necesarias para esta misión (fortaleza, audacia, compañerismo, autodisciplina, honorabilidad, idealismo…), y has recibido el entrenamiento adecuado para una misión de paz compleja, se empeñan en recalcar nuestros responsables políticos, en la que parece que nadie puede ganar.
Las extremas condiciones de vida en las que te vas a encontrar son duras y difíciles. No solo porque una vez pises tierras afganas te vas a encontrar con un ambiente hostil en el que te juegas la vida cada segundo, sino porque los momentos de soledad y añoranza agazapado en la arena a temperaturas que oscilan entre los 60 grados de calor y los 15 bajo cero, el miedo, la desazón, la incomprensión e impotencia hacia las injusticias, serán sentimientos de los que no te vas a librar tan fácilmente.
Vas a necesitar más de 8 litros de agua diarios, como os han recomendado, para digerir todo lo que veas, oigas y sientas.
Como ya te escribí en ¡Pide el cambio! Cartas a los jóvenes que sueñan con cambiar el mundo , tengo que confesarte que la noticia me produce cierto desasosiego, y no es para menos.
¡Hay que tener mucho valor, mucha entrega y grandes dosis de valentía para jugarse la vida en esta guerra! Y parece ser que tú tienes de todo ello, y a raudales.
No sé muy bien porque te digo esto. Tal vez sea porque me entristece ver las fotos de los soldados fallecidos y me avergüenzo del comportamiento fariseo de nuestro gobierno. O quizás sea porque han saltado las alarmas de mi conciencia pidiéndome que reaccione ante las lágrimas de unos padres, de unos abuelos, de unos compañeros que exigen justicia y paz ante la muerte de un joven que no dudó, como tú en estos momentos, en gastar su vida en misiones humanitarias por la paz, por los derechos humanos. En definitiva, un soldado que se sacrificó por lograr un mundo mejor. No lo sé.
Pero ten siempre presente que la situación bélica que te encontraras te obligará a trabajar por el bien de los pueblos de la forma más pacífica que sepas y tengas a tu alcance. Es más, las víctimas inocentes te exigen, nos exigen, que no nos resignemos a la guerra como si fuera algo que no se puede evitar.
Para ello, todos, y aquí me incluyo yo también, deberemos encontrar el mejor camino para erradicar las injusticias, la codicia, los egoísmos, el odio, las envidias y las incomprensiones, que son, en definitiva, la semilla de la guerra absurda y de las tragedias de la humanidad.
¿Quién se atreve a decir, mirando a los ojos de un joven soldado, que no puede trabajar por la paz, por la esperanza y la concordia entre los pueblos, que corresponde a otros, que no sabe? “Es ingrato el que niega el beneficio recibido; ingrato es quien lo disimula; más ingrato quien no lo descubre y el más ingrato de todos quien se olvida de él”, decía Séneca.
Por cierto, tu primo, que siente una gran admiración y respeto por ti, te manda esta historia que te puede servir de estímulo en los momentos difíciles. Grábatela en el corazón y reléela a menudo.
“Cuentan que durante la Segunda Guerra Mundial cayó una bomba cerca de la iglesia de la ciudad alemana de Münster. Al explotar, le arrancó los dos brazos a la figura de Cristo crucificado.
Una vez acabada la guerra, quisieron restaurarlo, pero alguien sugirió dejarlo como estaba, sin brazos. Se aceptó la propuesta pero no sin incluir una leyenda que decía así: ‘Vosotros sois mis brazos’. De esta manera, todo el pueblo recordaría siempre que Jesucristo tiene necesidad de nuestros brazos para continuar su misión en la tierra.”
Pues bien: dichosos los que usan sus brazos para, en palabras de Benedicto XVI, “abrir el corazón y el mundo a Dios”. Dichosos los que usan sus brazos para aliviar el dolor. Dichosos los que usan sus brazos para sembrar esperanza. Dichosos los que usan sus brazos para llenar el mundo de paz y de alegría porque “sólo de la paz en las conciencias puede nacer la paz en los pueblos y entre los pueblos”.
Que Dios te bendiga. Cuídate mucho.
20 comentarios
Vuelve pronto, sano y salvo!
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Programa "Lágrimas en al Lluvia" en Intereconomía tv.
Tema que abordarán: La persecusión religiosa española
Por la profundidad y rigor de este programa, por la calidad de los contertulios que lleva y por el tema a tratar, no deje de verlo.
Saludos y perdón por salirme del post .
No me parece muy cristiano considerar héroe o víctima a un miserable asesino.
La invasión a Irak y a Afganistán es como el aborto: un crimen social cometido por España, y la crisis económica no es más que un claro castigo divino, igual que lo fue el 11M.
Pero los soldados, españoles, americanos,… que van allí para luchar por la justicia, ajenos a razones políticas de fondo, son unos guerreros nobles que luchan al lado de una población indefensa a la que no les une, en principio, nada directo. Eso es muy loable, porque en nuestra sociedad materialista, mucha gente no es que no arriesgue la vida por los demás, es que no dedica un euro a aliviar las carencias ¡de su vecino!
Saludo a los soldados que ejercen su oficio con valor, justicia y temor de Dios.
Dios bendiga mucho a tu sobrino y a su familia, Remedios!!
He leído recientemente el libro de Ramon Rius Mosoll "El Crist sense braços" (Ed. Claret), 31 meditaciones con un soneto-epílogo escrito por Eulàlia Vernet. En la portada y en el interior está la foto de la imagen, a la que un trozo de metralla agujereó el corazón. Ante este Cristo-Majestad de la iglesia de san Ludgerio de Münster, santa Edith Stein sintió la llamada a entrar en el Carmelo en 1933.
Son muchos los soldados, si son buenos cristianos y van a Afganistan, ante todo, y no es por cobardía cuando dedican un tiempo a la oración.
Cuando por aquellos años, yo dije que quería continuar mi vida en el servicio militar, estaba equivocado, pues me habían preguntado el primer día que estuve en el cuartel, y claro, ¡yo qué sabía!, la corrupción y los vicios, que horrible, esas malignas conductas no lo hacen más hombre como he referido. Pero sí qué es posible, romper con las malas compañías, con la ayuda del Señor nuestro Dios.
Los momentos que más disfrutaba, era en el coro de la iglesia, pues allí aprendía los cánticos religiosos, y siempre que podía, me iba como voluntario, para alguna actividad de la Iglesia Católica, incluso, estando con mucha fiebre, por causa de la gripe, no podía quedarme sin hacer nada, y salí en procesión en Semana Santa.
Ciertamente, que si oramos por los soldados, es para que se mantengan limpios y puros ante el Señor, con el alma limpia y su mente.
Hermana no faltarán las oraciones, por la libertad de las almas, de los soldados, para que regresen sanos y salvos a sus hogares, pero no hay que olvidar, el mayor peligro del soldado, no es una herida física, sino lo que mancha al alma, como se sabe, que es el pecado nuestro peor enemigo, el demonio que nos tienta.
No puedo estar de acuerdo que los intereses de España se defiendan "allí donde se encuentren". Los soldados están para defender sólo "nuestras fronteras" y nada más, el resto es colonialismo o imperialismo (no creo en las "misiones de paz", son una mentira).
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