Ponerse la careta de la tibieza
Una de las primeras actividades que se nos ha planteado en la universidad, es realizar en clase un debate sobre la prostitución. Con la especial peculiaridad de no defender la posición en la que realmente creamos, sino que nos hemos situado en una postura u otra de forma aleatoria, según el sector del aula en el que estemos sentados. Así que me ha tocado defender la prostitución, y preparar unos argumentos para introducir el debate.
Defender lo que uno NO cree es complicado, mucho más de lo que parece. Y sin embargo vivimos en una sociedad que ha hecho de ello su modus vivendi. Las conveniencias y los tópicos de la corrección política y social, impiden que mucha gente con una convicción la defienda, abrumados quizás por el miedo a salirse del rebaño de ésta sociedad gregaria donde cada vez más Dios, religión, y los valores morales que van con ello, parecen evocar más bien términos como aburrido o carca.
Aceptar la imposición inducida por el pensamiento único de lo políticamente correcto, a día de hoy implica renunciar a la actitud que Cristo transmitió a sus apóstoles. Si por defender la justicia y la verdad vamos a tener que renunciar a conveniencias de confortabilidad personal, deberíamos ser conscientes y estar dispuestos a este sacrificio.
Una cosa es la actividad pedagógica de la universidad, en la cual voy a defender aquello en lo que no creo, con un fin meramente académico y dialéctico. Otra cosa es lo que por desgracia están comenzando a hacer muchos católicos con respecto por ejemplo al asunto de Educación para la Ciudadanía. Y no me refiero a aquellos católicos que perdidos en la ignorancia creen que esa asignatura es compatible con nuestra doctrina y la defienden (sorprendentemente los hay), sino a aquellos que agachan un poquito la cabeza, se ponen la careta, y toman el papel de defensor de aquello en lo que no creen.
Parece que los obispos van a dar otro paso atrás, apagándose su ímpetu en la oposición a ésta asignatura. La educación, pilar básico y fundamento de la sociedad y de las personas no estaba ya bastante pervertida, como para que la educación moral y familiar, sea tomada por la imposición de una ideología, en esencia directa e indiscutiblemente contradictoria con los valores fundamentales cristianos.
Quizás yo no sea quién a mi edad, para recriminar a católicos que en más años y experiencia me superan seguro en conocimiento, pero me basta para ver que hay todavía muchos seglares valientes, dispuestos a luchar por la educación de sus hijos hasta el final y sin tapujos, a los que es indignante y vergonzoso dejar tirados desde la tibieza.
Por cuanto eres tibio y no frío ni caliente te vomitaré de mi boca (Ap 3:16)
21 comentarios
Aprovecho el lugar y su espíritu. Para algo nos tiene que servir esta aldea global.
Tenemos a un peque de 27 días en una situación de peligro grave. El viernes le tienen que intervenir para intentar cortar una hemorragia en el cerebro.
Al mismo tiempo, una hija con un embarazo recientisimo con gran riesgo de que se malogre.
Os pedimos vuestras oraciones para que, si es la voluntad de Dios, vaya todo según nuestros deseos.
Muchas gracias
Bien se vale que con tu sabiduría defenderás muy bien el tema que te toca en la universidad. Y recuerda el pasaje del Evangelio que dice : "Os precederán en el Reino de los Cielos".
Pues nada, hay católicos que dejan tirados a sus hijos desde la tibieza. Si no fuera tan conmovedor, lo indignante sería que un niñoo de 17 ó 18 años se atreviera a escribir esto de los padres católicos que a él no le han enseñado a odiar.
Por otra parte me cansa el tema de que desacredites lo que escribo por mi edad, de acuerdo que mi palabra no es "magister dixit", pero pese a eso no es razón para denostar todo lo que publique.
Mi sentimiento maternal se escandaliza ante vosostros y vuestra manera de embadurnar la fe mucho más que ante la EpC. Siendo como soy contrraia a esa basurilla de asignatura, me asusta mucho menos que vosotros, los perseguidores, los torquemadas, los rigoristas, los ritualistas, los normativistas, los acríticos, los excluyentes, los inmisericordes, los de la ley del embudo (ay que ver cómo permites que en el post de hace unos días me insulte salvajemente un sujeto con modos que si los hubiera usado yo, ya me estaríais bufando y, sobre todo, borrando) . Mis hijos estudian en un isntituto público, en el mismo en el que yo imparto clases y estamos encantados. Son chavales sanos, altruistas, buenos estudiantes, buenos chicos, buenos hijos y tienen fe. Evito que traten con cierto tipo de jóvenes. De los drogatas, botelloneros, etc. ya se apartan ellos. De la telebasura también, del exceso de play-station también. Pero de gente como vosotros, los protejo yo. A mis hijos que si se acerquen ciertos "católicos".
Yo expreso mi opinión sin creerme mejor que nadie, y usted no para de llamarme arrogante, arrogante, oiga, lo último que busco es la arrogancia, lee usted con ganas de ver arrogancia donde humildemente le digo que no la hay.
Educar a un hijo no sólo es estar pendiente de si hace los debers, va a clase, aprende mucho, no juega mucho a la "play" y no se junta con ciertos "jóvenes" ni hace botellón ni consume drogas (ésto último sólo se puede saber con un detective privado, o poniéndole una cámara oculta; en otro caso siempre será una incógnita por mucho que pueda parecer). Lo que más peligra de los hijos de hoy es la falta de valores, moral, y sobre todo FE.
Si desde aquí los católicos seguimos con nuestra tibieza, el tiempo nos dirá, y nos pondrá a todos en su sitio.
Si alguien me puede definir con exactitud el término "arrogancia"; porque según la mía yo aquí no lo encuentro.
Un saludo, sin acritud.
Respecto a lo que dice RNA sobre los centros públicos... Intenta hacer ver que el ambiente no es malo allí, cuando realmente es peor que malo. Y se lo digo yo, también desde la más absoluta humildad, que he sido alumno hasta hace cuatro años de un instituto público. No digo que no pueda haber buenas personas y buenos católicos en un centro público, pero desde luego el entorno es de lo más hostil que se puede encontrar un creyente.
Desde luego,"hija" se nota que no tienes abuela...¡¡Que manera de tomar el botafumeiro e "inciensarte."....!!.En vista de lo buenísima madre y educadora de tus hijos que ,por lo leido, eres,yo,si fuera "zETAp" ,te nombraría Ministro de Educación y,de propina también te concederia el Ministerio de "Igual da...."
Y hablando sin ironías,me parece que la arrogancia que destila su escrito,descalificando lo dicho por Javier -
diz que en la forma,pero aprovechando que el Pisuerga....,-sin disimulo,también, en el contenido del mismo.
Ánimo,Javier,"ladran....luego cabalgamos"
Bueno, venga, adiós, quedaós con vuestra ley del embudo. Permite insultos como los que permites contra mí y quéjate de bobaditas, hijito.
Qué bueno sería que se trataran de moderar en otros blogs. Me refiero en especial a quien por que supuestamente tiene una edad provecta, que es (o fue) la mejor madre. la mejor educadora, la mejor de todo), se permite el lujo de desautorizar a quienes escriben, simplemente por su edad.
Personalmente puedo estar de acuerdo o no con lo escrito pero me parece de una arrogancia insufrible que alguien descalifique a oro por su edad.
No trato de equiparar pero recuerdo que un niño, un tal Jesus, daba lecciones en su tierna infancia a los sacerdotes del templo (sí cuando supuestamente se perdió). Claro podríuamos buscar otros ejemplos de personas que en su juventud han sido más sabios que otros con mucha edad. No se es más sabio por ser más viejo.
Sin embargo a quien esto escribe, que tiene más años de los que le gustaría la vida sí le ha enseñado algo, se llama respeto, respeto a los demás, respeto a sí mismo, y sobre todo no desautorizar a nadie por que ha nacido años después.
Claramente, por tus comentarios, estás a favor de un catolicismo a la carta, permisivo, en el que cada uno pueda hacer lo que quiera siempre que hable mucho de amor al prójimo (el altruismo no es precisamente caridad). Gritas que hay que aceptar al distinto, al que no tiene las mismas ideas.
Y llamas a todo el que no piensa como tú, porque defiende la doctrina de la Iglesia: "perseguidor, torquemada, rigorista, ritualista, normativista, acrítico, excluyente, inmisericorde, de la ley del embudo". Lamento repetirte el refrán: "Dime de qué presumes, te diré de lo que careces".
Además, insisto en lo que te dije en otro post. No digo que no estés bautizada en la Iglesia católica, que vayas a una parroquia e incluso que aceptes parte de la doctrina católica. Pero eres protestante: sigues la doctrina de Lutero, justificación plena por la fe, porque nada podemos hacer que añada nada o desvirtúe un ápice la salvación a la que se nos ha predestinado en Cristo, o sea, "Cree mucho, peca más, y te salvarás".
Gracias a todos nuestros hermanos desconocidos por tantas oraciones y cercanía.
Os cuento:
Al peque, tras las últimas pruebas (TAC y demás) han decidido no intervenirle. Parece ser que la situación había mejorado un poco con respecto a anteayer, cuando decidiero operar. Siendo tan pequeño, ayer cumplió un mes, prefieren no llevarlo al quirófano y esperar. Seguirá en la UCI, ya os iré contando.
La embarazada no ha vuelto a sangrar, el 9 volverá al médico.
El Señor os bendiga y os guarde.
"Creemos en la Comunión de los Santos"
También decir que no es lo mismo un alumno católico que acude a un instituto público sin tener apoyo dentro, que aquél cuya madre es profesora del centro. Conozco padres que, por circunstancias económicas, deben llevar a sus hijos a colegios públicos y no están tan a gusto. En primer lugar no les permiten la presentación de su legítima objeción, obligan a los alumnos a realizar paros y bajar al patio a manifestarse contra lo que considera el centro (siempre por cuestiones políticas) y conozco casos (no voy a dar nombres ni centros, ni nada) que los alumnos que se niegan son apuntados en una lista. Asimismo, son vigilados para que en horas de descanso no hablen en castellano y llaman la atención al alumno que así lo hace. En las tutorías con los padres, no es respetada la lengua materna, si es el castellano. Y ya no hablo de la tolerancia que existe en el comportamiento de los alumnos hacia el profesorado y entre sí. Pueden existir excepciones, claro que sí, pero en general ésta es la situación.
Gracias a una observación de un contertulio, partir de ahora me identificaré en los foros con mi nombre (Enrique), ¡que menos!
El pequeño está estabilizado, desde hoy le permiten a su madre darle el pecho tres veces al día.
Gracias y seguid rezando
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