La paradoja del DOMUND
El día de hoy “Domingo Mundial de las Misiones” se nos presenta como una paradoja ante el futuro - que ya roza lo presente- donde los países occidentales, vamos a pasar por el cambio necesario de ser misioneros a misionados. Además misionados por los mismos a los que años atrás hemos llevado la Fe, y que ahora en Hispanoamérica, e incluso en África, fructifican con muchas más vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio que en occidente.
En una dimensión espiritual España está más necesitada de una evangelización misionera que muchos países subdesarrollados, los cuales por tradición han sido misionados por sacerdotes precisamente españoles. Así lo ha recordado el Papa en muchas ocasiones, insistiendo fehacientemente en que occidente está olvidado de forma progresiva a Dios, y consecuencia de ello está vendiendo su moral humana a las sensaciones más banales e inmediatas.
Los jóvenes, en nuestros pueblos y ciudades, han perdido en muchos casos la más remota oportunidad de conocer el Evangelio, y han sido alejados de la religión por una sociedad que desde los grandes medios de comunicación y de las modas masivas les ha apartado de Cristo de una forma -se podría decir- forzosa, aunque esa fuerza no sea explícita, al no ser a base de maltrato físico, sino implícita, jugando con el subconsciente.
A pesar de todo esto, no podemos quitar el sentido lógico a la celebración del DOMUND, porque en la pobreza extrema enraizada en las desigualdades que padecen tantos países, las ayudas que enviamos, por pequeñas que sean, con las diferencias de divisa, allí son un tesoro para desempeñar las humildes obras, que los todavía 20.000 españoles están llevando a cabo día a día con gente muy necesitada. Además, más allá de Hispanoamérica , nuestro apoyo, que hoy se eleva tanto de forma espiritual como en segundo plano en sentido económico, va también para aquellos que desempeñan su misión en condiciones tan difíciles como las que se presentan en China, India o según que países de África. Ellos lo necesitan y agradecen sumamente.
Quizás cuando se analicen las cifras de aportación de los españoles - si se han reducido con respecto a otros años- algunos lo relacionen con la crisis económica. Sin embargo una pequeña aportación como la que se pide no iba a desestructurar ninguna economía familiar en España a día de hoy. Por mucha crisis financiera que nos rodee, si las huchas del DOMUND van pesando cada vez menos, será porque es la traducción de la crisis espiritual la que nos inunda.
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