Fui al cine a ver Bella

Una butaca en la fila cuatro, las palomitas más grandes, y yo la mar de contento el sábado por la tarde en el cine, para ver en la versión original subtitulada de Bella. Esa película que tanto ha dado que hablar por ser excepción y mostrar unos valores morales tras la trama.

La sala estaba llena, y había mucha gente joven, lo cual es muy significativo. No sé todavía si habrá sido un éxito en la taquilla de los cines españoles, pero la labor de apostolado que han realizado los impulsores de esta película en favor de la cultura de la vida ha sido excepcional. Sobre todo en una sociedad de medios donde es tan difícil transmitir un mensaje de valores, a todos en general y a la juventud en particular, por eso decía que es muy significativo que hubiera muchos jóvenes en el cine. Una juventud que no es receptiva a este tipo de mensajes si no están por ejemplo presentados en películas, formato que su (o nuestra) conciencia - digámoslo así- digiere mejor.

Cuando veía la película, creí que el tema del aborto iba a ser más tratado, y sin embargo me dio la sensación de que no era así, la historia se desarrolla sin que los protagonistas hablen apenas del tema. Superficialmente podría parecer que el aborto en concreto no es tan protagonista de la película como se ha dicho, sin embargo en un análisis profundo es el eje principal, alrededor del cual se desarrollan todas las actitudes de amistad, confianza o esperanza ante las dificultades que giran en torno a José y Nina, protagonistas de una entrañable historia en un momento amargo de la vida de ambos, que sin embargo se verá iluminado y fortalecido por una profunda y sincera amistad.

Mi recomendación para todos es que vayáis a verla, y al cine, así además del sonido estéreo y la gran pantalla, contribuimos con nuestro granito de arena a que se sigan realizando este tipo de películas.

Javier Tebas