Cómo conocí a San Juan Bosco
Conocí a San Juan Bosco las tardes de Enero, cuando acercándose la fecha de su festividad en el colegio nos pasaban las diapositivas de su vida. Recuerdo el viejo proyector manual y la cinta de cassette que año tras año nos hacía recorrer la historia de aquél hombre cuyo sonriente retrato presidía nuestra clase, junto a la Cruz y María Auxiliadora.
Solía ser a la hora de la siesta, la luz apagada tentaba a echarse una cabezadita, pero la atenta vigilancia del profesor y el crujido al avanzar de cada diapositiva nos mantenían más o menos atentos a la pantalla.
”La central catequística salesiana presenta… Vida de San Juan Bosco” Lo cierto es que aquella tecnología hoy resultaría prehistórica (y solo han pasado diez años), pero sin embargo nos gustaba. Me gustó lo suficiente como para años después todavía recordar vivamente la voz femenina que iniciaba cada capítulo, el formato de ilustración a mano de cada diapositiva, la “voz en off” de Juanito Bosco hablando sobre una imagen inanimada. Un recorrido profundo por la biografía de aquél de quien nos sentíamos fruto como alumnos de un colegio salesiano.
San Juan Bosco era un niño ejemplar, con carisma, sabía ser referente de alegría y liderazgo entre los chicos de su edad y así presentarles a Dios. Desde su infancia vivió para la vocación que María le había encomendado en un sueño, pastor de almas entre los más jóvenes. La dureza de su vida nos impresionaba a los chavaless de la cómoda generación de los “pokemon”, y bajando por unos minutos la cabeza de las nubes aprendimos – a veces inconscientemente- a intentar plantearnos una actitud frente a la vida.
El 31 de Enero fue la festividad de San Juan Bosco, tal día como ese cada año los alumnos llenan la iglesia del colegio por la mañana en la gran Misa. La constancia, la perseverancia, la fe frente a la adversidad, su férrea voluntad y la providencia, hacían que aquél quien tantas dificultades había encontrado en su vida, se encontrase ahora en los altares. Y que su obra, nosotros, le cantaba entre gallos de adolescencia himnos que todavía recuerdo a la perfección, y que no creo que olvide nunca.
Javier Tebas
[email protected]
6 comentarios
Te veo en "Facebook" el fin de semana.
Ya te elevas, victorioso,
ya tus sueños terminaron,
y en un eco esplendoroso,
para el mundo se trocaron...
Don Bosco, te aclaman...
Los comentarios están cerrados para esta publicación.