La cara oculta de Medjugorje (VI). La "producción"
Creo que con la expresión “fabricación de lo sobrenatural” exalté los ánimos y por eso conviene que me detenga ahora en ese punto, que iba dejarlo para el final. Volveremos al tema de los mensajes, signo, secretos, etc. Pero este concepto necesariamente pasa por la figura del entonces fra Tomislav Vlasic, principalmente. Empero, no se trata de una “producción” intencionadamente hecha con el fin de ganar dinero, sino de aportación de las capacidades humanas que manejan los conceptos espirituales en la creación efectiva de un fenómeno. Sencillamente, para el obispo Zanic, fue fra Tomislav el que promovió o de alguna manera construyó Medjugorje. Creo que no lo falta razón en lo que dijo. De alguna manera, como ya lo dije, ahora hay un mercedes construido con acero robado. ¿Qué hacer ahora con este coche? ¿Quemarlo? ¿O se podrá conducir aclarando la situación de su construcción reconstruyendo el daño? Creo que el cometido de la comisión actual va a ir por allí, porque el origen sobrenatural no se soporta, a mi parecer y de muchos. De acuerdo, esperaremos el juicio definitivo de la Iglesia, pero hay que recordar que la Iglesia ya habló y bastante.
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Volvamos pues a la “fabricación”. Hay que decir, sin embargo, que a algunos videntes no le ha salido la cosa tan mal desde la perspectiva material. Escribe un amigo al obispo Peric en el 1997: “Este verano el vidente Ivan ha venido al encuentro con los peregrinos en un BMW deportivo, fuera de serie, plateado, ruedas anchas. Vale por lo menos 150.000 marcos alemanes (unos 80.000 euros, obs. Mil).” Ivan viene así a la edad de 32 años. Siempre me ha parecido un chico con pocas luces, lo que confirmó con los estudios. Empezó ir al seminario menor en septiembre del 1981, pero suspendió dos años consecutivos, en distintos seminarios, con bastante notas negativas. Para ganar dinero parece que ha sido más “listo”, pero sigue siendo torpe y no lo esconde, por lo menos. En una entrevista responde a preguntas sobre cosas por el estilo, con un lacónico: “El dinero es necesario para vivir. ¿Es eso pecado? Yo en eso no veo pecado.”
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Vamos a analizar un poco la situación de fra Tomislav Vlasic. Era capellán en Capljina, a unos quince km de Medjugorje. Parece que tenía siempre una vena ascética o espiritual, pero a su manera. Es obvio, por lo que pasó, que tenía obsesión con el sexo femenino, no en el sentido de lujuria o de buscar mujeres, que no ha sido el caso, sino en cuanto a una especie de complemento que parece que perseguía, diría yo, le llamaba la atención el ser de la mujer. En Capljina llevaba un grupo carismático, en el cual aplicaba una espiritualidad que ya reflejaba sus rasgos posteriores. En resumen, como yo lo veo, espiritualidad tipo terapia. Por ejemplo, decía a los miembros de ese grupo que se perdonen sus pecados mutuamente en público. Un hombre le pidió perdón a su mujer por haberla engañado. Y se armó… Un mes antes de las apariciones, asiste con el padre Emiliano Tardiff a un encuentro en Roma. Fra Tomislav había pedido por su tierra. Allí, en una “profecía”, se le dice que no se preocupe, que el Señor le mandará a su madre a consolarlo. Él creía firmemente en ese tipo de afirmaciones, “profecías”, aunque no la podía entender como en este caso (creía que se trataba de su madre). Al tener lugar las apariciones, “entendió” esa profecía. Era la Madre de Dios que venía a socorrer la Iglesia en su tierra. Por eso, enseguida pidió traslado a Medjugorje.
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Era un asceta, ayunaba estrictamente a pan y agua un día a la semana, luego dos y luego tres. Tenía un porte con cierto tinte de un santón indio y arrasaba, provocaba la admiración de muchas personas que pasaban por allí. El arzobispo Franic de Split (Croacia), diócesis limítrofe con Mostar, decía de él que le dejó muy buena impresión, todavía a mediados de los ochenta (el trigo y la cizaña son unas plantas muy parecidas al principio). Su espiritualidad era sostenida por mucha oración, rosario meditado que dirigía muchas veces en la iglesia, confesión, sacramentos, penitencia. De allí que, externamente, los “peregrinos” lo admiraban. Sobre todo los extranjeros, procedentes de países en los cuales las prácticas religiosas iban camino o a desaparecer, o a ser muy tibias, por decir algo. Recuerdo sus homilías, eran muy espiritualistas, diría ahora. Había algo que no me convencía, entonces no podía deducir qué. Lo voy a explicar mediante la adoración de Magdalena a Cristo narrada en el Evangelio, por la que le reprochó Marta. En esa adoración, Magdalena ama al Amor, lo consuela porque el Amor no es amado. Es la contemplación cristiana, Dios es el centro. Magdalena también recibe, pero como consecuencia. Sin embargo, en la espiritualidad de Tomislav Vlasic, el centro es, de facto, la persona, Magdalena. Es ella la que va a estar a gusto porque recibe el amor de Dios. Es decir, Dios es necesario para que yo sane. Eso es cierto, pero si el centro de la contemplación cristiana no gira enseguida y fundamentalmente hacia Dios, se produce un ensimismarse, que por cierto es tan agradable. Veo yo esa “espiritualidad” como enfermiza.
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Luego, abreviamos, funda una comunidad religiosa mixta, con la alemana Agnes Heupel (curada en Medjugorje), a ejemplo de san Francisco y santa Clara. Escuchaba en una cinta el anuncio de su intención, que provocó mucho revuelo y, es justo decir, rechazo por muchos partidarios de Medjugorje (pero no de todos). En resumen, tenían que contarse sus inquietudes, debilidades, etc., unos a otros, en fin, un rollo de mucho cuidado.
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Se fueron a Italia (1987, Parma), con la vidente Marija Pavlovic. Marija conoce en Italia a un italiano, con el que se casará más adelante. Tomislav fue recomendado como director espiritual al vidente Ivan en una aparición de 5 de marzo de 1984.
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Ya antes de eso recoge el timón de Medjugorje fra Slavko Barbaric. Aparte de teólogo, era psicólogo, especializado en logoterapia. Él se da cuenta que con esos mensajes disparatados no se va a ningún lugar. Me parece que, por ejemplo, habéis pasado totalmente por alto del primer mensaje mandado al obispo que cité en el post anterior. Allí se pedía al obispo que acompañe a los videntes en sus manifestaciones públicas. Vamos, lo que le faltaba es que le pongan un collarín al obispo y que lo lleven por allí como a un perrito, por donde indique la “Virgen”, o sea, los videntes. En el 1991 después de la declaración de Zadar, dirá “ya tenemos el santuario y los peregrinos. ¿Para qué queremos a los videntes?” (E.M.Jones, The Medjugorje Deception, South Bend, 1998, pág. 194). Por eso refuerza totalmente la espiritualidad clásica, rosario meditado, eucaristía, adoración, sacramentos,… Lo hacía bien, y creo sinceramente. Creía en las apariciones, pero no era fanático como fra Tomislav. El trabajo en Medjugorje lo asentaba sobre la base católica de toda la vida, y de allí el éxito de Medjugorje. La gente venía porque le decían algunos que la Virgen se había aparecido en Medjugorje, o por lo que sea. Allí se encontraba con una vida espiritual estructurada, y como Dios actúa por canales ordinarios, se producen muchas conversiones. Eso es cierto. Él empieza a utilizar otra estrategia, decía: “a la Virgen no le importa si creéis o no en sus apariciones, sino lo que le importa es que viváis sus mensajes.” Realmente, no estaba mal encaminado del todo. Y por allí le queda la única salida al fenómeno de Medjugorje, pero del todo católica: no hay que mencionar los mensajes para nada. Tal y como lo pide la declaración de la CE de Yugoslavia del 1991, que se promueva sana devoción a la Madre de Dios. Previamente se ha dicho que no consta la sobrenaturalidad, es decir, nadie, desde ningún altar de la Iglesia Católica, puede afirmar que la Virgen se aparece en Medjugorje.
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¿Por qué? Porque a lo mejor se ha aparecido o el diablo, o ha sido una alucinación, o lo que sea. La única opción que le queda a Medjugorje es ser, a mi modo de ver, un centro de oración, encuentros, etc., total y absolutamente desvinculado de las apariciones. No creo que el obispo de Mostar les pida otra cosa respecto a esto punto.
Volveré otra vez a los problemas teológicos.