Joven Stepinac. Cartas a la novia (I). Presentación
No se trata de ninguna sensación. Lo que referiremos aquí fue emitido por la Radio Vaticano en el intervalo desde el 27 de enero hasta el 13 de marzo de 1975.
Sabemos quién era el Beato Cardenal Stepinac, héroe de la fe y de la Iglesia, mártir por Cristo y por la Iglesia. Este gigante se tuvo que enfrentar con la tramposa oferta de crear la Iglesia Patriótica Croata, que le ofrecía el presidente-fiera Tito.
Tito no era de bromas, especialmente en los primeros años después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando en el 1948 se enfrenta a Stalin, por discrepancias respecto a la visión del socialismo que quería para Yugoslavia, Stalin intentó matarlo varias veces, utilizando sus agentes. Tito se había conseguido un círculo impenetrable de guardaespaldas fanáticos que hacían imposible tales cometidos. Tenía un gran apoyo de amplias bases comunistas de Yugoslavia, y de esas filas podía elegir gente que daría su vida por él sin pestañear. De allí su contundente respuesta a Stalin: “Camarada Stalin, has mandado siete hombres para eliminarme, pero si yo mando a uno, no tendré que mandar a otro.” Y el supersticioso y maniático, pero conocedor de las capacidades de Tito, camarada Stalin lo tuvo que dejar en paz.
Ahora está nuestro héroe delante de este chiquitín para él, que le ofrece la primacía de la Iglesia Patriótica Croata, e intenta convencerle y halagarle. La respuesta del gigante no podía ser otra, debido a su carácter, su santidad, su forjado: ¡Cristo y Roma! Porque a los que han entregado la vida a Cristo, no payaso, no les metes miedo. A Stalin sí, a él no. Ni la tortura, ni la muerte lo podrán. Y Stepinac con su vida le repite las palabras de Pablo en los Romanos 8, 35-39: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada? Como dice la escritura: ‘Por tu causa somos llevados a la muerte todo el día, somos considerados como ovejas destinadas al matadero’. Pero en todas estas cosas vencemos con creces gracias a aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Los grandes no nacen, se forjan, se forman, se moldean con el cincel de Dios que los esculpe durante toda su vida. Aquí veremos una etapa importante de la vida de nuestro cardenal, y veremos que era ya grande antes de que el mundo lo conociera. Puro, casto, con ideales que le sobresalen del corazón, el luminoso ejemplo de siempre para los jóvenes, novios, padres, patriotas, ¡cardenales, el clero y personas consagradas!
Los hechos que describiremos datan de la época en la cual Alojzije tenía 25 años. Volvía de la Primera Guerra Mundial, hecho prisionero en el frente de Tesalonica. La guerra le llevó tres años de su vida y por suerte sobrevivió. Ya antes era el seminarista, pero con la guerra se alista como voluntario.
¿Por qué no continuó con el seminario al volver? Se estaba planteando qué hacer con su vida, en eso topa con el “movimiento amarillo”, un movimiento en el que 250 sacerdotes católicos croatas pidieron, inclusive su párroco, en el 1919, la abolición del celibato. ¿Seré yo capaz de ser fiel al Señor?, se pregunta Alojzije. No me fío de mi mismo, yo no valgo para el sacerdocio, se dice a sí mismo. Decide casarse y gestionar la tierra de su padre. Y aquí empieza nuestra historia, cuyo final sabemos, porque “no me habéis elegido vosotros a mí, sino yo a vosotros”. Pero os aseguro que merecerá la pena penetrar en los sentimientos de esta pareja de novios. Se han conservado un total de 18 cartas entre Alojzije Stepinac y su novia, Marija Horvat. Doce de ella y seis de él. ¡Una maravilla que no os defraudará, hermanos! Pero seguimos dentro de unos días.
P.D. La sería podrá ser interrumpida por algún que otro post.
19 comentarios
http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17556
En el vídeo es cristalino que la línea oficial romana parece ser ya clara. Ni siquiera se habla de "supuestas", sino directamente de "apariciones".
Perdón por el offtopic, pero la forma de dar la noticia, viniendo de donde viene, es relevante.
Sobre las persecuciones de los comunistas en mis post los he nombrado, pero precisamente como una de las causas del auge. Eso hizo que del monte se baje a la iglesia, lo cual reforzó el fenómeno.
Lo del libro del periodista croata mejor no comentar.
¿Sabías (este agosto me enteré) que le pedían a Mirjana entregar el pergamino para el análisis y no lo quiso dar? Pues tienes otra primicia, pero sobre el tema he escrito de momento bastante.
Hombre Milenko, si de verdad crees que Roma habla de "apariciones" como si incluyese al mismo demonio...bah, no te lo crees ni tu hermano.
Repito lo último: la CDF jamás sacará un documento que "afirme" que Juan Pablo II se pasaba las noches rezándole al demonio. Es fácil de entender.
Si Mirjana tiene órdenes de Dios de no dárselo a nadie, eso significa nadie. Visto lo visto con Fátima es muy fácil comprender a Dios.... :-)
allí está el fallo Catholicus, Dios no actúa en contra de los apóstoles, él mismo les ha dado esa potestad de atar y desatar, y Dios no se contradice.
Tendrás que buscar en el Derecho Canónico para demostrar lo que dices, o lo que insinúas.
Yo no puedo decir que la Virgen me ha dado un pergamino, y luego no querer someterme al juicio y exigencia de la Iglesia al respecto, por muy laico que sea.
Ni te cuento si encima me dice que no se lo enseñe a nadie.
Vamos, lo mismo ha pasado en apariciones aprobadas, que detrminados secretos eran solo para el receptor.
Consulta con cualquier Director espiritual medio docto, y verás que te dice.
Lo que puede pasar es que algún Obispo se "mosquee" y se sienta ninguneado. Ya, claro que sí... ya lo dice el Evangelio. El problema será del Obispo.
Si no, puede mandar cualquier espíritu. Hasta el mormón.
me encanta tu artículo sobre el Beato Stepinac, ya era hora de reivindicar su figura.
gracias
un abrazo desde Pucela
Pablo Sagarra Renedo
escríbeme a mi email cuando quieras
Si pudiera, me gustaría traducir el libro y publicarlo, pero aparte de tener trabajos en cola, debería pedir el permiso a la editorial.
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