Gran Dios y Salvador nuestro Jesu-Cristo
Porque se manifestó la gracia salvadora de Dios
a todos los hombres,
enseñándonos que, dando de mano a la impiedad
y a las conscupicencias mundanas,
vivamos moderada, justa y piadosamente
en el presente siglo,
aguardando la bienaventurada esperanza
y manifestación de la gloria
del gran Dios y Salvador nuestro, Jesu-Cristo;
quien se entregó a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad
y purificar para sí de un pueblo que fuese suyo,
zelador de obras buenas.
Habla tales cosas, y exhorta y reprende con autoridad.
Que nadie te menosprecie.
Tit 2, 11-15