Entonces, el perro es…
El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, ha tenido el detalle de llamarnos garrapatas a los católicos, ¡qué delicadeza! ¡No todos los días nos llaman insectos!
Sinceramente, lo que ocurre en España es astracanesco. Que los cargos públicos, insulten a sus administrados, es un caso claro de abuso de poder; sin embargo, siendo esto malo, ¿qué decir de un pueblo que aguanta, impávido, las embestidas dialécticas de aquellos a los que les paga el sueldo? Para echarse a llorar.
La chulería de la que hacen gala políticos como Joan Ridao, es un síntoma claro del virus que infecta al organismo social: los políticos no caen del cielo, sino que salen de la sociedad y ésta es la que es. No hay más. Si a esto le sumamos unas instituciones ruinosas, la consecuencia lógica que se sigue es que no son los mejores los que acceden a los puestos rectores de la nación , sino personas sin oficio ni beneficio que usan la política como forma de vida, es decir, los demagogos.