Louis Bouyer: Santo Tomás Moro y el clericalismo del cardenal Gasquet
Hay que subrayar, finalmente, que nos ofrece, en nuestra Iglesia posterior al Vaticano II así como en su Iglesia anterior a Trento, el ejemplo perfecto del laico consciente de su lugar en la Iglesia de los derechos inseparables de las obligaciones que dicho lugar implica. En cierta ocasión le preguntaron al cardenal Gasquet cuál era la posición de los laicos en la Iglesia católica de su tiempo. Y respondió: «¿Los laicos? ¿Su posición? De ordinario deben permanecer de rodillas; pero pueden ponerse en pie para el Evangelio. Sin embargo, es necesario que conserven su mano junto al portamonedas».