2.01.11

Louis Bouyer: Santo Tomás Moro y el clericalismo del cardenal Gasquet

Hay que subrayar, finalmente, que nos ofrece, en nuestra Iglesia posterior al Vaticano II así como en su Iglesia anterior a Trento, el ejemplo perfecto del laico consciente de su lugar en la Iglesia de los derechos inseparables de las obligaciones que dicho lugar implica. En cierta ocasión le preguntaron al cardenal Gasquet cuál era la posición de los laicos en la Iglesia católica de su tiempo. Y respondió: «¿Los laicos? ¿Su posición? De ordinario deben permanecer de rodillas; pero pueden ponerse en pie para el Evangelio. Sin embargo, es necesario que conserven su mano junto al portamonedas».

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31.12.10

La fiesta de la circuncisión del Señor: ejemplo de cómo actúa el arqueologismo litúrgico

El día uno de enero, según el calendario vigente, se celebra la fiesta de Santa María, Madre de Dios. Esta fiesta es uno de los ejemplos con lo que los arqueólogos bugninistas procedieron en la Sagrada Liturgia.

En los Misales anteriores a la reforma de Juan XXIII, el día uno de enero se celebraba la fiesta de la Circuncisión del Señor, por lo menos desde el siglo VI.

En la liturgia de dicho día confluían tres fiestas a la vez:

1º.- Era la que se denominaba en los Sacramentarios antiguos con el título de «En la Octava del Señor», ya que hace ocho días que nació el Señor. Muchos de los textos de la liturgia del día son de hecho las de Navidad.

2º.- Una fiesta dedicada a la Santísima Virgen. Una segunda misa se celebraba antiguamente este día en Santa María de la Antigua, en el foro, cuya dedicación, posiblemente fuese el día de hoy. Un recuerdo de dicha fiesta subsiste en la fiesta, por ejemplo en las oraciones de la misa, los salmos y las antífonas de vísperas. En las anteriores se canta la maternidad de la Virgen y son muy bellas. Un ejemplo es la tercera antífona del salmo de vísperas que dice así:

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29.12.10

El signo de la Iglesia es siempre el signo de la sangre

Mi pueblo ha estado siete años privado de mi presencia,
siete años de miseria y dolor.
Siete años he mendigado la caridad extranjera,
languideciendo en el Continente. Siete años no es un breve periodo.
Jamás podré recuperar esos años.
Jamás, no os quepa duda,
se extenderá el mar entre el pastor y el rebaño.

No soy yo quien insulta al rey.
Alguien está más alto que yo o el rey.
No es Becket de Cheapside,
no soy yo, Becket, contra quien lucháis.
No es Becket quien pronuncia el anatema,
Sino la ley de la Iglesia de Cristo, el juicio de Roma.

Me creéis temerario, desesperado y loco.
Razonáis según los resultados, como hace el mundo
para afirmar si tal acción es buena o mala.
Pero diferís el hecho. Para cada vida y cada acto
se puede mostrar la consecuencia de lo bueno y lo malo,
y con el tiempo se mezclan los efectos de distintas acciones.
También de igual forma se confunden al fin lo bueno y lo malo.
No es el tiempo en que será conocida mi muerte.
Fuera del tiempo ha sido tomada mi decisión,
si llamáis decisión
a lo que todo mi ser da completo consentimiento.
Entrego mi vida
a la Ley de mi Dios, por encima de la Ley del Hombre.
¡Desatrancad la puerta! ¡Desatrancad la puerta!
No estamos aquí para triunfar con la lucha, la estratagema o la resistencia.
Ni luchar con bestias, como hombres. Con la bestia luchamos ya
y fue conquistada. Sólo podemos conquistar
ahora con el sufrimiento. Es la victoria más fácil.
Ahora es cuando llega el triunfo de la Cruz. Ahora
abrid la puerta. ¡Lo mando! ¡ABRID LA PUERTA!

Aquí estoy.
No soy traidor al rey. Soy sacerdote.
Un cristiano salvado por la sangre de Cristo,
dispuesto a sufrir con mi sangre.
El signo de la Iglesia es siempre
el signo de la sangre. Sangre por sangre.
Su sangre fue dada para rescatar mi vida,
mi sangre es dada en pago de su muerte.
Mi muerte por su muerte.

Por mi Señor estoy dispuesto ahora a morir,
Para que su Iglesia tenga paz y libertad.

T.S. Eliot. Asesinato en la Catedra. Ed. Encuentro.

Hoy es la festividad de Santo Tomás Becket.

Oremos por nuestros obispos para que, siguiendo el ejemplo de Santo Tomás, sean testigos de Cristo.

Antes: Rorate Caeli

28.12.10

Los Santos Inocentes, mártires

¡Oh Dios!, cuyo testimonio dieron en este día los Inocentes Mártires, no hablando sino muriendo, mortifica en nosotros todas las malas pasiones, para que profesemos con nuestras costumbres la fe que confiesa nuestra lengua.

Así dice la oración colecta de la Misa del día de los Santos Inocentes, mártires.

La matanza de los niños de Belén por el rey Herodes es un testimonio de la realeza de Cristo. A este Dios – Rey, confiesan los inocentes de Belén con su muerte, no con su lengua, porque «eran de dos años para abajo», sino con su muerte.

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27.12.10

¿Fin de la comunión en la mano?


En la pasada celebración de la Misa del Gallo por el Romano Pontífice ocurrió, durante la administración de la Sagrada Comunión, un hecho que me llamó poderosamente la atención. Los que fueron a recibir la comunión del Papa, lo hicieron de rodillas, como es habitual. Hubo un momento especialmente emotivo, cuando una persona de edad provecta, que se desplazaba ayudado de un bastón se arrodilló para recibir al Señor, siendo auxiliado para recobrar la posición vertical: cuando se quiere, se puede.

Esta imagen, contrasta con la cantidad de reumáticos que tenemos en España – aunque supongo que pasará igual en otros lugares -, que impide a tantas y tantas personas arrodillarse durante la Consagración.

De escuchar el canon de rodillas, ni hablamos. Tantos años hollando la liturgia, tiene sus consecuencias, ¡ay!

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