Crónica de un viaje a Roma (y V)
Al día siguiente, miércoles, volví de nuevo a misa a San Francesco a Ripa. A pesar de la hora, siete y media de la mañana, dos sacerdotes concelebraban. No éramos mucho, sin embargo, cinco hermanas dedicaron sus cantos al Señor: fue un verdadero regalo del cielo escuchar esas voces.
Por la tarde me encaminé a la zona del Aventino, donde pude contemplar San Giorgio in Velabro - Iglesia castigada por un atentado terrorista en 1.993 que le destrozó el pórtico y el frontón, hoy se encuentra felizmente restaurada -, el arco de Jano, y los templos del Forum Boarium. Hay dos templos, uno dedicado a Portuno, con forma rectangular (se está restaurando) y otro circular dedicado a Hércules. Son los mejores conservados de la Roma Republicana, quizás a que ambos se convirtieron en Iglesias cristianas.
Rápidamente me dirigí al Foro, pero ya estaba cerrado. Sin embargo pude contemplar la belleza del Coliseo, y la de los arcos de Tito y Constantino. También entré en la Iglesia de San Cosme y Damián, que se encuentra pared con pared con el Templo de Rómulo. En el interior un bellísimo mosaico bizantino nos muestra a Cristo sobre nubes naranjas.