Segundo domingo de Adviento
Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Is 30,30; Salm 79,2
Pópulus Sion, ecce Dóminus véniet ad salvándas gentes : et audítam fáciet Dóminus glóriam vocis suae in laetitia cordis verstri. Ps. Qui regis Israel, inténde: qui dedúcis, velut ovem, Joseph. Glória Patri..
Pueblo de Sión, he ahí que viene el Señor a salvar a las naciones; el Señor hará brillar la majestad de su voz para alegría de vuestro corazón. Salm. Tú que gobiernas a Israel, atiende; tú que guías a José como a una oveja. Gloria al Padre…
Colecta.
Éxcita, Dómine, corda nostra ad praeparándas Unigéniti tui vias: ut per ejus advéntum, purificátis tibi méntivus servíre mereámur: Qui tecum vivit..
Mueve, Señor, nuestros corazones para preparar los caminos de tu Unigénito; a fin de que, por su venida, merezcamos servirte con almas purificadas. El cual vive.
Epístola. Rom 13, 4-13
Vengan de donde vinieren y cualquiera que sea el medio a que pertenezcan, el llamamiento de Dios se dirige a todos los hombres, sin distinción de méritos o privilegios. Al recordárselo san Pablo a los fieles, llegados tanto del paganismo como del judaísmo, da gracias a Dios, citando las Escrituras, por esta vocación universal, fundamento de la esperanza cristiana.
Fratres: Quæcúmque scripta sunt, ad nostram doctrínam scripta sunt: ut per patiéntiam, et consolatiónem Scripturárum, spem habeámus. Deus autem patiéntiæ , et solátii, det vobis idípsum sápere in altérutrum secundum Jesum Christum: ut unánimes, uno ore honorificétis Deum et Patrem Dómini nostri Jesu Christi. Propter quod suscípite ínvicem, sicut et Christus suscepit vos in honórem Dei. Dico enim Christum Jesum minístrum fuísse circumcisiónis propter veritátem Dei, ad confirmándas promissiónes patrum: gentes autem super misericordia honoráre Deum, sicut scriptum est: Proptérea confitébor tibi in géntibus, Dómine, et nómini tuo cantábo. Et íterum dicit: Læ támini, gentes, cum plebe eius. Et íterum: Laudáte omnes gentes Dóminum: et magnificáte eum omnes pópuli. Et rursus Isaías ait: Erit radix Iesse, et qui exsúrget régere gentes, in eum gentes sperábunt. Deus autem spei répleat vos omni gáudio, et pace in credéndo: ut abundétis in spe, et virtúte Spíritus Sancti.
Hermanos: Todas las cosas que han sido escritas, para nuesetra enseñanza están escritas, para que, por la perseverancia y consolación que dan las Escrituras, tengamos esperanza. El Dios de la perseverancia y del consuelo os dé a sentir una misma cosa entre vosotros conforme a Jesucristo; para que unánimes, a una, glorifiquéis a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recibíos los unos a los otros como Cristo os recibió, para gloria de Dios. Yo os digo que Jesucristo fue el ministro de la circuncisión, por la veracidad de Dios, cumpliendo lo prometido a los padres. Mas también los gentiles deben glorificar a Dios por su misericordia, según está escrito; Por esto te alabaré, Señor, entre las naciones, y cantaré a tu nombre. Y en otro lugar: Alegraos, gentiles con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todas las gentes, y ensalzadle todos los pueblos. Y asimismo Isaías dice: Brotará el vástago de Jesé, y el que se levanta para gobernar a las naciones; en él esperarán las gentes. El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y de paz en el creer; para que abundéis en la esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
Gradual. Salm 49, 2-3,5
Ex Sion spécies decóris ejus ; Deus maniféste véniet. Congregáte illi sancos ejus, qui ordinavérunt testaméntum ejus super sacrifícia.
De Sión, hermosura perfecta, Dios va a manifestarse. Congregad en su derredor a los fieles que concertaron alianza con él por sus sacrificios.
Aleluya. Salm. 121, 1.
Allelúia, allelúia.v. Laetátus sum in his quae dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Me he alegrado en lo que se me ha dicho: Vamos a la casa del Señor. Aleluya.
Evangelio Mat 11, 2 – 10.
Jesús se declara Mesías al referirse a Isaías 61, 1-3 «… para los pobres es la buena nueva». Y afirma a continuación: «Bienaventurados los que no encuentren en mi ocasión de escándalo». No nos hagamos un Mesías, ni una religión según nuestras propias concepciones.
In illo témpore : Cum audísset Joánnes in vínculis ópera Christi, mittens duos de discípulis suis, ait illi: Tu es, qui ventúrus est an álium exspectámus? Et respóndens Jesus, ait illis: Eúntes renuntiáte Joánni quæ audístis, et vidístis. Cæ ci vident, claudi ámbulant, leprosi mundántur, surdi áudiunt, mórtui resúrgunt, páuperes evangelizántur: et beátus est, qui non fuérit scandalizátus in me. Illis autem abeúntibus, coepit Jesus dícere ad turbas de Joánne: Quid exístis in desértum vidére? arúndinem vento agitátam? Sed quid exístis vidére? hóminem móllibus vestítum? Ecce qui móllibus vestiúntur, in dómibus regum sunt. Sed quid exístis vidére? prophétam? Étiam dico vobis, et plus quam prophétam. Hic est enim, de quo scriptum est: Ecce ego mitto ángelum meum ante fáciem tuam, qui præparábit viam tuam ante te.
En aquel tiempo: Al oír Juan desde la cárcel las obras de Cristo, envió dos de sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Y, respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia el Evangelio a los pobres y bienaventurado el que no se escandalice en mí. Luego que se fueron éstos, comenzó Jesús a hablar de Juan al pueblo: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña movida del viento? O ¿qué salisteis a ver, a un hombre vestido con ropas delicadas? Los que visten finos vestidos están en casas de reyes. ¿Qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Ciertamente, y a uno más que profeta. Él es de quien está escrito: He aquí que envío mi ángel ante tu faz, para que prepare tu camino ante ti.
Además del Mesías, a quien anuncian, dos grandes profetas iluminan la liturgia de este domingo: Isaías y Juan el Bautista.
Isaías es el profeta por excelencia del advenimiento mesiánico. La Iglesia nos hace oír su voz en el introito; voz que resuena en la epístola y el evangelio, en que Cristo y san Pablo se refieren a lo que él había dicho. El propio san Juan Bautista, el último de los profetas y el inmediato precursor de Cristo, alegaba la palabra de Isaías. Su lugar en la liturgia del Adviento desborda ampliamente este segundo domingo. No ha día en que no nos haga leer la Iglesia en maitines algún pasaje de sus profecías; de él se toman las lecturas de los tres días de Témporas, y en la noche de Navidad son sus palabras las que cantarán, en el Emmanuel nacido de la Virgen, las grandezas divinas del Príncipe de la Paz.
Dos enseñanzas principales nos proporciona la misa de hoy: Jesús es el Mesías de los «pobres», de todos aquéllos que, conscientes de su miseria, recurren a él (evangelio). Es también el Salvador, tanto de los paganos como de los judíos; en adelante, el pueblo de Sión será la Iglesia abierta de par en par a todas las naciones de la tierra (epístola).
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
1 comentario
Luisa.
Lima/Peru
http://levantateysalacaminar.podomatic.com
Los comentarios están cerrados para esta publicación.