Rogativas
De lunes a miércoles, los «antiguos» rezamos las Rogativas o Letanías menores. La liberación total de la Liturgia Antigua por el Romano Pontífice Benedicto XVI, ha posibilitado que las nuevas generaciones conozcan el rico y amplio tesoro litúrgico de la Iglesia.
Cuenta Dom Gaspar Lefebvre que:
A consecuencia de las calamidades públicas que padeció en el siglo V la diócesis de Vienne, en el Delfinado, san Mamerto estableció una procesión solemne de penitencia los días que preceden a la fiesta de la Ascensión. Una prescripción del concilio de Orleáns, de 511, extendió este uso a toda Francia y pronto se generalizó en toda la Iglesia.
El canto de las letanías ha dado nombre a estos tres días de oraciones públicas; pero en Roma, donde ya existía una procesión semejante el 25 de abril, las Rogativas fueron llamadas Letanías menores y la procesión del 25 de abril, Letanías mayores.
La procesión empieza con una antífona muy hermosa, que procede del Salmo 43 26,2. Reza así:
Exsúrge, Dómine, adiuva nos et líbera nos propter nomen tuum. Ps. Deus, áuribus nostris audívimus: patres nostri anuntiavérunt nobis. V. Glória Patri, et Fílio, et Spíritui Sancto. Exsúrge, Dómine, adiuva nos et líbera nos propter nomen tuum.
Que en español, quiere decir:
Levántate, Señor, y ven en nuestra ayuda; líbranos por el honor de tu nombre.-Salmo. ¡Oh Dios!, hemos oído con nuestros propios oídos tus beneficios; nuestros padres nos lo han contado. Gloria al Padre…Levántate, Señor, y ven en nuestra ayuda; líbranos por el honor de tu nombre.
A continuación, con toda la asamblea arrodilla se cantaba la Letanía de los santos, levantándose después del Sancta María, comenzando entonces la procesión.
Las Letanías de los santos son muy antiguas – algunas del siglo IV -, y tiene el sabor y la sabiduría de las cosas antiguas, fruto de una fe profunda, pidiendo las cosas como hay que pedirlas.
A mí me gustan especialmente la que pide por el Pontífice, la que pide «abatir a los enemigos de la santa Iglesia» y la que pide «devolver a la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del evangelio a todos los infieles», especialmente por las pocas conversiones que hay en España a pesar que nuestra inmigración es mayoritariamente musulmana: ¿hemos olvidado la evangelización?
Así que, como estamos de Rogativas, acabo con ésta, que pide por el Papa, que tanta falta le hacen nuestras oraciones ante los ataques de sus enemigos:
Omnípotens sempitérne Deus, miserere fámulo tuo Pontífice nostro Benedicto XVI, et dirige eum secúndum tuam cleméntiam in viam salútis aetérnae: ut, te donante, tibi plácita cúpiat, et tota virtúte perfíciat.
Omnipotente y sempiterno Dios, ten piedad de tu siervo y Pontífice nuestro Benedicto XVI, y llévalo según tu clemencia por el camino de la salud eterna, para que con tu gracia ame lo que te agrada y con toda perfección lo practique.
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