Prudencia, pater Lombardi
Las declaraciones que se vienen sucediendo desde la Curia Romana están llegando a un nivel difícilmente tolerable. Si hace unos días fueron las desafortunadas declaraciones de Fisichella, respecto a la excomunión de los participantes en el aborto de la niña de Alagoinha, hoy son las del padre Federico Lombardi confundiendo el aborto terapéutico con el aborto indirecto.
Vista la gestión de la información que se hace en el Vaticano, nos surge la pregunta sobre cómo consiguen las noticias en la Santa Sede. ¿A través de Google? ¿Se las pasa un becario? ¿La digieren en crudo, sin tamizar? Sorprendente. Parece que el principio de Peter alcanza hasta los órganos funcionariales del Vaticano.
Pues bien, como hemos dicho, hoy el padre Federico Lombardi se muestra incapaz de explicar lo que en teología moral se conoce como el principio del voluntario indirecto.
El principio del voluntario indirecto dice que una acción de la que se siguen dos efectos, uno bueno y otro malo, es lícita siempre que den las siguientes condiciones:
1º.- Que la acción sea buena en sí misma o al menos indiferente.
2º.- Que el efecto inmediato o primero que se ha de producir sea el bueno y no el malo.
3º.- Que el fin del agente sea honesto, es decir, que intente el efecto bueno y se limite a permitir el malo.
4º.- Que el agente tenga causa proporcionada a la gravedad del daño que el efecto malo haya de producir.
Es decir, el principio no es un salvoconducto para justificar cualquier acción, sino que por el contrario impone límites en su aplicación. De esta manera, el aborto terapéutico no se justificaría en ningún caso, ya que no es lícito matar a un ser para salvar a otro, ni por supuesto, muchas prácticas que pudiesen ser abortivas directamente si la causa no está proporcionada al efecto producido.
Esta indefinición terminológica por parte de un Curial no procede, más teniendo en cuenta la preparación que se le exige - o se le debería exigir -. El padre Lombardi ha quedado a la altura de un mal estudiante de teología (¿podría ser esto consecuencia del abandono del latín y del tomismo?)
No es la primera vez que Federico Lombardi mete la pata. No ha mucho tiempo provocó la polémica con unas declaraciones que ponían al Cardenal Castrillón Hoyos a los pies de los caballos; declaraciones que, según Lombardi, habían sido malinterpretadas por el diario La Croix.
Desde luego el padre Federico Lombardi se comporta como un incontinente. Una pastilla de prudencia no le vendría mal.
Y unas buenas y largas vacaciones.
9 comentarios
Lo pregunto en serio, me gustaría saber qué se haría en ese caso.
Yo creo mas bien a lo que se refieren es a si la madre sufre una enfermedad grave durante el embarazo y el tratamiento PARA CURAR LA ENFERMEDAD causa un aborto espontaneo, no hay culpabilidad. Por que lo que se buscaba era curar a la madre y no matar al niño.
Perdona, pero que los médicos le digan a una mujer qué es lo que le pasa a su embarazo, no es presión de feministas radicales.
Vale que los médicos pueden equivocarse, pero tampoco hay que obligar a las mujeres a creer en los milagros.
También un padre testigo de Jeová puede esperar un milagro y decir que los médicos se equivocan o le presionan al decir que su hijo necesita una transfusión.
Dorian:
Un neorólogo amigo mío nunca ha visto un caso de Creutzfeldtjakob (encefalopatía espongiforme bovina: mal de las vacas locas), pero no deduce que no exista.
Los ginecólogos saben que existe el llamado" desprendimiento prematuro de placenta", causado entre otras razones por la edad avanzada de la madre, la diabetes, el tabaquismo, hipertensión o muchos partos anteriores.
La forma más complicada de esta enfermedad se presenta en uno de cada 500 casos y puede provocar la muerte del feto, así como hemorragias vaginales a la madre, que con suerte sólo acaban en la histerectomía (extirpación del útero) y en el peor de los casos en el fallecimiento.
Tengo entendido que no es pecado que una mujer tome píldoras anticonceptivas para regular su período o incluso para combatir el acné juvenil, si se las recetan el ginecólogo o el dermatólogo, porque no hay intención (a priori) de usarlas para evitar el embarazo.
De ser cierto, la verdad es que la Iglesia en cuestiones de moral sexual me parece que tiene,con perdón, "la picha echa un lío".
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