Pío XII
Acusar gratuitamente es lo más fácil del mundo. Deslizar la falsedad, levantar sospechas, arrojar sombras, es algo al alcance de cualquier mortal, ya que, al fin y a la postre, no somos otra cosa que naturaleza caída.
El rabino Shear Yesuv Cohen, invitado por el Papa al Sínodo de los Obispos, un hecho sin precedentes, se ha comportado de forma impertinente, grosera, con las declaraciones realizadas al terminar su exposición en el Sínodo, acusando al Papa Pío XII de no haber hecho suficiente por los judíos en la Segunda Guerra Mundial; además de querer intervenir en los asuntos de la Iglesia, desaconsejando la beatificación del Santo Padre.
Precisamente, de lo que no se puede acusar al Pastor Angelicus es de no haber hecho suficiente por los judíos. En síntesis podemos decir que:
- Pío XII propuso en mayo de 1.939 celebrar una conferencia internacional para resolver los problemas en litigio. Todos sus esfuerzos de mediar entre Alemania y Polonia, por desgracia, no sirvieron para nada.
- el Papa intentó, junto con los USA, que Italia no entrara en la guerra al lado de Alemania.
- el 24 de agosto de 1.939, realizó el siguiente llamamiento a la paz: «Nada se pierde con la paz, con la guerra puede perderse todo».
- Pío XII, a finales de 1.939, principios de 1.940, hizo de intermediario entre la resistencia militar alemana y el gobierno inglés, con la condición previa de que la dictadura alemana fuese derrocada. No sólo los dos bandos se comunicaban a través del Vaticano, sino que el propio Pontífice fue garante de la seriedad de la resistencia alemana y de la sinceridad de las promesas británicas. En febrero de 1.940, el plan se vino abajo cuando el mariscla Branschitsch retiró su apoyo.
- Pío XII exhortó continuamente a los Estados en litigio a que alcanzaran una paz justa y equitativa, «que no tomara por base la cuestión de la culpabilidad ni la exigencia de la reparación completa; por otra parte, debía incluir la devolución de todos los territorios conquistados y ocupados militarmente; finalmente, ninguna nación debe imponer a otra sacrificios de derechos y recursos que ella misma consideraría intolerables si le fueran impuestos».
- el Sumo Pontífice protestó contra las innumerables violaciones
de derechos y crueldades inhumanas que se cometieron en la guerra. Si no hizo más fue, como dijo el 13 de mayo de 1.940 el embajador italiano, por temor de que «empeoraríamos aún la situación de aquellos desdichados (los polacos), si nos decidiéramos a hablar claramente».
- durante la ocupación de Roma por las tropas alemanas, hallaron refugio en edificios de la Iglesia más de 5.000 judíos, cuya vida no podía poner el Papa en peligro con una protesta abierta y clara. La lucha que en su propia conciencia sostenía, se muestra claramente en la carta dirigida a los obispos alemanes: «resulta a menudo dolorosamente difícil decidir qué es lo que más conviene: la reserva y un silencio cautelosos, o un hablar franco y una acción vigorosa» (3 de Marzo de 1.944).
- su actitud permitió que varias organizaciones católicas pudiesen salvar a cientos de miles de judíos, esconder a otros en institutos religiosos e intervenir respecto a los serbios ortodoxos de Croacia.
- el Papa organizó en el Vaticano una oficina de búsqueda de prisioneros: dio noticias de 8 millones de desaparecidos.
- gracias a los donativos provenientes del continente americano y de España, los trenes y convoyes papales, llenos de víveres y ropa, circulaban incesantemente por toda Italia y más allá de sus fronteras.
Estos son los hechos, claros, límpidos. El Papa hizo todo lo que tenía al alcance de la mano y parte de lo que no tenía, para conseguir la paz. Ayudó a los judíos, sin género de dudas, y si calló fue para no empeorar la situación de los perseguidos.
Sus contemporáneos lo tuvieron claro, como Israel Antón Zoller, Gran Rabino de Roma, que se convirtió él y toda su casa, bautizándose como Eugenio, en honor del Papa.
Es una pena que, años después, haya salido este rabino acusando al Papa con algunos de los argumentos que utilizaron las naciones comunistas tras la muerte de Pío XII: falta de valor y silencio cobarde.
También la izquierda le tachó de tener inclinación hacia el nacionalismo y de resentimiento contra el comunismo. Evidentemente, hoy en día, este último argumento no sería mácula.
Extraños amigos hace la historia.
11 comentarios
1. Me encantaría conocer al cachondo que ha invitado al rabino este que ha descalificado a un Papa que lleva muerto 50 años.
2. Lo que hizo Pío XII fue más que una oposición si lo comparamos con toda Europa que colaboró vilmente con el imperialismo nazi (con la honrosa excepción británica).
3. Los comunistas si que saben de pactos con nazis. Se repartieron tranquilamente Polonia en 1939 y de paso se apoderaron de los Países Bálticos, asimismo ordenaron a sus correlegionarios europeos que no hicieran nada contra la ocupación nazi de sus países.
Destacar además que el Pacto Molotov-Von Ribbentrop fue roto por los alemanes, y que los rusos si se pasaron al bando aliado fue porque no les quedaba otra dado que los nazis no es que estuvieran haciendo turismo por la URSS precisamnete.
Finalmente señalar que la URSS impusó un yugo en Europa Oriental, que duró más tiempo que el nazismo. Por otra parte a diferencia de la RFA que inició un proceso de desnazificación en la posguerra. La RDA encubrió a los criminales nazis de su territorio. Quizá ello explique que, junto a la m.....de país que dejaron los marxistas, que los neonazis donde más votos consiguen sea en la antigua RDA.
¡Qué fácil es luchar contra Hitler 63 años después de su derrota!.
Viene muy a cuento lo que dijo Golda Meir cuando falleció Pío XII:
«Compartimos el dolor de la humanidad (...). Cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo, la voz del Papa se elevó en favor de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se enriqueció con una voz que habló claramente sobre las grandes verdades morales por encima del tumulto del conflicto diario. Lloramos la muerte de un gran servidor de la paz».
Cabe suponer que Golda Meir sabía de lo que hablaba.
Isaac García Expósito
Y deje los comentarios atrabiliarios, no vaya a pasarle lo mismo que en el post anterior.
Recordemos que se trata de la primera invitación de un rabino judío a este tipo de encuentros, y es evidente que no se iba a invitar a cualquiera.
Recordemos también que nuestro Papa desea que el diálogo interreligioso se lleve a cabo sin tabúes, es decir sin limitarse a formulas ecuménicas de cortesía. Es lo que él mismo hizo en el discurso de Ratisbona, levantando ampollas entre sectores islámicos o pro-islámicos.
Creo también que hay que distinguir entre lo que dijo el rabino Cohen durante el sínodo, que subrayaba sin duda un desacuerdo, pero dicho en palabras muy medidas, y declaraciones que se le han atribuido en rueda de prensa, en un ámbito exterior al sínodo.
Resumiendo : si queremos diálogo auténtico con nuestros "hermanos mayores", los judíos,cuya alianza con Dios sigue vigente, según reconocemos nosotros mismos, no podremos evitar este tipo de situaciones.
La Iglesia, desde Nostra Aetate, tiene muy claro que sí quiere este tipo de diálogo, con todas sus consecuencias, no siempre agradables.
Creo que se ha violentado usted si razón con RNA. Yo creo que RNA quería simplemente subrayar, destacar, las palabras que Vd. escribió y no enmendarle en modo alguno.
Un saludo
Se rechaza desde hace ya bastante tiempo cualquier tipo de relación entre judíos y culpabilidad sobre la muerte de Cristo. Se denuncia incluso, con cierta vehemencia, en los escritos de la Iglesia desde hace cincuenta años, cualquier tentación en ese sentido.
En cuanto a los judíos, los trato con cierta intensidad, tanto a los laicos como a los religiosos, desde los liberales culturalistas hasta los ortodoxos pasando por los conservadores, y no he notado en ninguno de ellos atisbo alguno de culpabilidad sobre la cuestión judaismo-cristianismo o sobre la muerte de nuestro Señor...
A los ultraortodoxos (menos del 10 por ciento de los judíos de Israel, muchos menos entre la diáspora), no los trato y les conozco mal, pero no olvidemos que el Rabino Shear-Yashuv Cohen no es ultraortodoxo.
Por cieto, he encontrado en mis papeles cuál es su función exacta en el diálogo oficial entre judaismo y cristianismo: es co-presidente (no sé si el cardenal Tarcisio Bertone es el otro co-pdte, habría que comprobarlo) de la Comisión para el Diálogo entre la Sante Sede e Israel.
eso que dice Dante no es verdad. lo niego con la misma vehemencia que lo afirmas.
Yo voy a seguir haciéndolo; te invito a leer los textos siguientes:
- Declaración conciliar Nostra Aetate n° 4 (28 octubre 1965)
- Declaración de arrepentimiento de los obispose de Francia (30 septiembre 1997)
- Apuntes para una presentación correcta de los judíos y del judaismo (mayo 1985)
- Orientaciones y sugerencias para la aplicación de la declaración conciliar (1975)
-Orientaciones pastorales del comité episcopal para las relaciones con el judaismo
- Vaticano : ceremonia de petición de perdón, 7 marzo 2000
- Jérusalén : Juan Pablo II en el memorial Yad Vashem - 23 marzo 2000
- El pueblo judío y sus santas escrituras en la Biblia cristiana : prólogo del cardenal Ratzinger, mayo 2001
- El discurso del Papa BenedictoXVI en la sinagoga de Colonia, 19 de agosto de 2005
-La intervención del Cardenal Vanhoye en este mismo sínodo sobre "la autoridad de las Santas Escrituras del pueblo judío"
Los encontrarás fácilmente en los espacios oficiales de nuestra Iglesia, en internet, en cualquiera de los idiomas importantes. En francés los tienes todos agrupados aquí:
http://www.un-echo-israel.net/spip.php?rubrique91
Nostra Aetate lo tienes en español aquí:
http://www3.planalfa.es/cejc/Nostra%20Aetate.htm
También te recomiendo "Juan Pablo, Israel y los judíos" en
http://www.almendron.com/politica/pdf/2003/int/int_0251.pdf
Leerás en todos estos textos y en muchos más cómo la Iglesia considera a los judíos como sus "hermanos mayores", cómo explica que la vieja alianza entre Dios y los judíos sigue vigente, cómo pide perdón por el antisemitismo cristiano a través de los siglos, cómo condena cualquier noción de pueblo deicida o de responsabilidad de "los" judíos en la muerte de Jesús, cómo renuncia de forma definitiva a cualquier teología de la "sustitución".
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