Non nobis, Dómine, non nobis: sed nómini tuo da glóriam
Hace más de un año comencé mi andadura en Religión en Libertad, tras un mi estancia en Religión Digital por un período de tiempo similar. Servus Veritatis pasó a ser Fides et Ratio. El cambio de nombre no conllevó una modificación en el objetivo, que es doble: por un lado, la defensa de la fe de los débiles; por otro, por otro, cumplir el mandato del Señor.
«Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado» (Mat 28, 19-20).
Esto implica que la fe católica se oponga al mundo, no que se amolde a él; no contra el mundo formado por la totalidad de las criaturas, a quienes Jesucristo ha venido a salvar, sino contra el mundo marcado por y orientado al pecado, ese mundo por el cual Jesucristo no reza (Jn 17,9).
Como escribió S.S. Juan Pablo II
La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2).
La fe no opaca la razón, sino que la perfecciona, de la misma manera que la razón iluminada por la fe encuentra la fuerza para elevarse al conocimiento de Dios, como escribió Santo Tomás de Aquino. La fe y la razón no se contradicen, ya que ambas están sujetas a la Razón objetiva, es decir, al Verbo.
En un mundo que se dirige y es dirigido por el ilogicismo y el sentimentalismo por un lado y que se arrebata ante la ciencia, eliminando toda racionalidad al contravenir el principio lógico de no contradicción, se hace si más necesaria, si cabe, la fe y la razón, para criticar católicamente al mundo.
Hoy empezamos un nuevo periplo. Nuevos y viejos motivos. Que todo cambie para que todo siga igual.
Y siempre para mayor gloria de Nuestro Señor Jesucristo.
1 No nos glorifiques a nosotros, Señor:
glorifica solamente a tu Nombre,
por tu amor y tu fidelidad.
2 ¿Por qué han de decir las naciones:
“Dónde está su Dios”?
3 Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra,
él hace todo lo que quiere.
4 Los ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra de las manos de los hombres.
5 Tienen boca, pero no hablan,
tienen ojos, pero no ven;
6 tienen orejas, pero no oyen,
tienen nariz, pero no huelen.
7 Tienen manos, pero no palpan,
tienen pies, pero no caminan;
ni un solo sonido sale de su garganta.
8 Como ellos serán los que los fabrican,
los que ponen en ellos su confianza.Salmo 115 (113)
10 comentarios
La frase del título, así en latín, es una de mis favoritas de la Escritura. Solía recitarla siempre en voz baja antes de hacer un examen.
Una tontería: creo que falta algo después de la frase que termina "se amolde a él".
Por cierto, ¿de qué película es el fragmento que has puesto?
Un saludo,
Bruno
Respecto a la frase, tienes razón. La corrijo.
“El loco no es el hombre que ha perdido la razón. Loco es el hombre que ha perdido todo, menos la razón.
“Y si los grandes razonadores con frecuencia son maniáticos, es igualmente exacto que los maniáticos son grandes razonadores.”
“…si una vez todos los pensamientos y las teorías fueron juzgadas según condujeran al hombre a perder su alma, así, por nuestro presente punto de vista, todas las teorías modernas pueden ser juzgadas, según conduzcan al hombre a perder sus cabales…” G. K. Chesterton ( Ortodoxia
Me alegro mucho de tenerte a nuestro lado en este nuevo proyecto.
Gracias Isaac. Seguiré leyéndote aunque no muchas veces comente.
Ricardo, yo también alterno a Chesterton con otros grandes en la lectura diaria. Su confianza en la razon iluminada por la fe y su descripción de cuanto detesta el sentimentalismo y el vacío irracional son antídoto seguro para cuanto nos encontramos en el día a día.
Oremus ad invicem+
Perdona, Eduardo, pero creo que no te avisé, como me pediste en un comentario, sobre la nueva página, ahora InfoCatolica.
Veo, sin embargo, que ya lo sabes, de lo que me alegro.
Lo siento, de nuevo. Y te pido perdón por no haberte avisado pero creo que el Espíritu sopla siempre donde quiere.
No te preocupes. Estaba ansioso por enterarme cuanto antes del nuevo portal y por eso te lo pedí. No pasa nada; me enteré por otra vía, y ya estamos aquí.
Por cierto, me gusta la referencia explícita al catolicismo en el nombre que habéis elegido, pues aunque estemos abiertos a toda forma de espiritualidad que comparta con nosotros una base moral común, es bueno identificarse por lo que somos.
Un abrazo.
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