No hay nada de lo que extrañarse
La noticia ofrecida por nuestro periódico no tiene nada de rara. Tras la aprobación de la ley del ¿matrimonio? homosexual, con sus progenitores A y B, la que será próxima fiesta de la familia no es más que deducción lógica de la ingeniería social perpetrada por el gobierno, no debe pues extrañarnos.
La familia ha dejado de ser un concepto unívoco, basada en la unión de un hombre y una mujer, pasando a denominar una especie lo que antes era género. Es decir la familia basada en la unión de hombre y mujer es una clase más dentro del género de las familias, valga la redundancia. Hay familias monoparentales, homosexuales y tradicionales. La de-construcción del lenguaje viene parejo con la realidad social.
Sin embargo no nos debemos asustar con algo que está ahí, que nos viene impuesto por la realidad que nos ha tocado vivir, por decirlo de alguna manera. Quizás esto sea signo de algo más profundo.
En una conversación mantenida con un sacerdote amigo, me apuntó que la Iglesia tiene que empezar a mirarse ad intra, más que mirar ad extra, y la verdad sea dicha la reflexión no está exenta de razón.
La Iglesia tiene dos frentes abiertos: uno el político-social, donde se está desgastando terriblemente, el segundo contra los quintacolumnistas, que socavan la fe del pueblo cristiano y provocan hemorragias en el cuerpo de Cristo. No estaría mal que empezáramos a cuidarnos a nosotros, volcándonos con las familias, formando las conciencias, cuidando la liturgia – lex orandi, lex credendi -, enseñando la sana doctrina, ya que el medio socio-político está bastante perdido. ¿Alguien espera realmente que un partido político con opciones reales de gobernar va a plantear seriamente el tema del aborto, divorcio, o ayudas a las familias?. La política actual, por desgracia tiene sus propios caminos, que no son otros que los de los políticos y su tendencia a perpetuarse en el poder.
Abortos, asesinatos, etc, los ha habido siempre, igual que herejes, pero lo que no se debe consentir es que se propague desde los púlpitos, órdenes religiosas y seminarios, doctrinas contrarias al magisterio eclesial. En lo esencial tiene que haber unidad.
Como dice nuestro Señor, en Lc 14,31, si un rey tiene que ir a una guerra, antes tiene que saber el número de sus tropas. Aunque sea el símil sea algo beligerante, antes de enfrentarnos con la sociedad en la que estamos insertos (que no es que sea descreída, sino que no le interesa Cristo, pasa de Él), ¿no debemos de preparar a nuestro ejército? ¿Podemos estar en contra del aborto cuando hay sacerdotes que pagan este tipo de asesinatos? ¿Podemos hablar de castidad cuando desde los púlpitos no se trata este asunto? ¿Cómo se explica que el matrimonio es un vínculo que une para siempre, cuando es normal que un católico se divorcie y se vuelva a casar?
Que haya ferias como la de Don Benito es cosa ya inevitable y lo único que está en nuestra mano es la protesta, la crítica y el derecho al pataleo. Sin embargo, a nuestro alcance se encuentra el denunciar y acabar con los abusos litúrgicos de la eucaristía (como las «romaxes» gallegas), los libros heréticos escritos por sacerdotes, los presbíteros que pagan abortos o abusan de menores y los seminarios que brillan por su heterodoxia, por citar algunos ejemplos.
Quizás si mirásemos más a nuestro interior brillaríamos más al exterior. A fin de cuentas debemos ser luz que ilumine el mundo.
2 comentarios
yo tampoco creo que ningún gobierno vaya a ir contra el aborto. desgraciadamente ya habeis visto que la causa de la vida ha perdido en Europa creo que ciento dos votos a favor sesenta y nueve en contra y catorce abstenciones y desgraciadamente la única comunidad la Navarra donde no se podía abortar las mismas que votaron en contra de la red madre han votado a favor del aborto.
Yo también creo que la Iglesia debe de estar unida sin historias de progres e intgristas : Iglesia de Jesucristo y por supuestos sin que pasen esas cosas que han pasado
Y hablando de ptra cosa :Tienes razón tenemos los púlpitos que deben servir para hablar de la palabra y no de vaguedades y opiniones personales y también las catequesis de Comunión, post comunión, confirmación y cursillos prematrimoniales y que deberían ser un foco de evangelización
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