La perversión del sacerdocio
Tal como ha publicado nuestra web en el día de hoy, un sacerdote – alter Christus – reconoce haber pagado abortos.
La noticia no es sorprendente porque un sacerdote haya colaborado activamente en el asesinato de seres humanos. Desde Judas, apóstol, hasta los casos de curas pederastas, la Iglesia ha sufrido mucho por los pecados de sus miembros. Lo que llama al escándalo en este caso, no es sólamente el hecho de que un sacerdote haya participado en abortos, sino el cinismo y la desvergüenza que muestra a la hora de justificar sus actos, queriendo convertir en definitiva el mal en bien.
A mí me interesa la persona. Cierto es que hay unos principios éticos, pero hay razones que, por ejemplo, llevan a determinadas mujeres a abortar. Yo he pagado abortos. Y la Conferencia Episcopal Española no se da cuenta de que el Evangelio no condena, sino que ofrece medidas liberadoras
Como hemos indicado, lo más horroroso sea, quizás, la justificación falaz de sus actos: como me interesa la persona, he pagado abortos, pero, ¿desde cuándo el aborto - matar cruelmente a una persona, al más indefenso de los seres humanos, el niño -, no va contra la dignidad de la persona?. Y por otro lado, ¿cómo puede este hombre insinuar siquiera que el nacimiento de los hijos entra en contradicción con la felicidad del hombre?. El lenguaje utilizado en el razonamiento no puede ser más perverso.
Pero la cosa no queda aquí. Este sacerdote, reconoce la existencia de principios éticos, conoce la moral católica en este punto y sin embargo, piensa, con protervia y contumacia, que sus actos están justificados.
Siendo todo esto malo, lo más infame es querer cambiar la voluntad del Creador. Mosén Manel, así se llama el sujeto, intenta convencer, para vencer, que el Evangelio no condena, sino que libera. Y esa liberación puede pasar por el asesinato de un inocente, por la matanza de los hijos. Mentira. El Antiguo Testamento muestra que una de las características de la sabiduría son los hijos. Son como las flechas que un guerrero lleva en el carcaj. Esta enseñanza, que se incoa en la Antigua Alianza, llega a su plenitud con Cristo. Los hijos son un bien para el hombre. Esta ha sido enseñanza unánime y estable de la Iglesia. Por esta razón, nuestros primeros hermanos se dedicaban a enterrar a los niños abortados. Los escritos de los Santos Padres respecto al aborto es categórica;el Magisterio papal es contundente. En este punto no hay, ni habrá jamás, dudas.
Ahora vivimos un momento duro. Lo que ha hecho este sacerdote no es más que los productos de aquellas teorías éticas que han erosionado gravemente la moral de las personas, que han contribuido a contaminar la ecología moral de la sociedad, valga la metáfora.
Es un buen ejemplo de hasta donde pueden llegar teorías como las de la «opción personal», el lado más oscuro del subjetivismo moral. Su alcance puede llegar hasta que un sacerdote de Cristo encuentre justificación moral bajo los que aprobar los actos más terribles y hediondos. Enhorabuena a todos los que han defendido esa basura intelectual.
Hoy toda la Iglesia sufre por este escándalo. Yo, desde esta tribuna, pido tolerancia cero con este sacerdote.
21 comentarios
Por cierto ¿Podrías decir los escritos de los Santos Padres sobre este tema? Te estaría muy agradecida, porque no se mucho de patrística. Gracias
Hay veces que pienso que el fin está a las puertas.
Un sacerdote debería tener claro que es Dios quien da la vida y que negarla a un hijo suyo, por pequeño que sea, es negar a Dios. No sólo no aceptar Su Voluntad, sino oponerse a ella.
Y a eso se añade el escándalo, como muy bien señala usted.
Aquí tenemos un ejemplo de sacerdote para el que es más importante ser progre que ser fiel a Cristo. Una pena.
Creo que ya está bien. ¿No había otra solución para esas 'madres' que el aborto? ¿Dar al niño en adopción, por ejemplo?
En fin, que Dios le perdone.
Se ha permitido durante muchos años la entrada al seminario de personas sin un buen discernimiento previo, incluso con facultades mentales restringidas o anormales. Y de esos barros, estos lodos.
Qué pena más grande para la Iglesia esta situación, qué vergüenza más absoluta para el Cardenal Sistach y toda la Iglesia en Cataluña y España.
Rogamos, señor Cardenal, no se corte un pelo y sea capaz de estar a la altura de su conocimiento canónico y su autoridad eclesial. De lo contrario, cuelgue el birrete y deje su sitio a otro más preparado.
Tienen que hacerlo llegar a la Congregación para los Obispos en el Vaticano. No queremos un obispo auxiliar de Barcelona que sea más de lo mismo.
La Didache(Didajé) , o Enseñanzas de los Doce Apóstoles, fue escrito entre el año 65 y 80 de la era cristiana. Da los puntos de vista de los comienzos de la Iglesia y fue altamente apreciado por los Primeros Padres. Son de una gran enseñanza para todos nosotros y a través de ellos pareciera que estamos escuchando a los Apóstoles hablándonos y enseñándonos.
“He aquí el segundo precepto de la Doctrina: No matarás; no cometerás adulterio; no prostituirás a los niños, ni los inducirás al vicio; no robarás; no te entregarás a la magia, ni a la brujería; no harás abortar a la criatura engendrada en la orgía, y después de nacida no la harás morir.”
(Didajé II)
En la Epístola de Bernabé, escrita en la tercera década del siglo II, se llama hijo al feto que está en el vientre de la madre, se prohíbe expresamente el aborto y se le equipara al asesinato:
“No vacilarás sobre si será o no será. No tomes en vano el nombre de Dios. Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. No levantes tu mano de tu hijo o de tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.”
(Ep Bernabé XIX,5)
Saludos y Bendiciones.
1 Jn 5,16
Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.
Que el Señor misericordioso le acoja como la parabola del Hijjo Prodigo
Es recurrente en los mensajes de la Virgen la imagen de los sacerdotes caminando hacia la apostasía en los últimos tiempos.
Este sujeto es un monstruo que no tiene perdón si no es por la infinita Misecordia de Jesús. Que así sea, si así ha de ser, pero que se le aplique lo previsto por el derecho canónico.
Ya está bien de paños calientes.
Los Padres de la Iglesia y la defensa de la vida humana, de Mons. Figueiredo
y también
Los primeros cristianos contra el aborto.
Ejemplos para el cristiano del siglo XXI, de Luis Fernando Pérez
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Parece que no es la primera declaración "escandalosa" de este pare Manel, aunque sí probablemente sea la primera públicamente tan escandalosa. Que el Señor le perdone. Que el Cardenal tenga piedad de la Iglesia y le aparte del ministerio sacerdotal. Que se pongan los medios para que no lleguen tan lejos estas desviaciones doctrinales y morales.
Ay, la Iglesia catalana...
Pobre sacerdote." dime quien te aplaude y te diré quien eres"
Rezemos por él.
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