La Iglesia de Sevilla
La noticia que Una Voce Sevilla ha hecho pública reciéntemente, es un motivo de regocijo para la Iglesia universal y de reflexión para la Iglesia que peregrina en Sevilla.
Alegría porque tres fieles que asisten asiduamente a la misa según el rito extraordinario, han respondido a la llamada que Dios les ha hecho y van a ingresar en el Seminario. Sin embargo hay un motivo que nos debe llevar a la reflexión, ya que ninguno de los tres lo hará en el Diocesano.
¿Por qué? Es algo que deben responder los rectores del Seminario con el Arzobispo a la cabeza, aunque me da en la nariz que D. Carlos está pensando más en la retirada - no hay que olvidar que está a punto de la jubilación -, que en otra cosa. Lo que tenía que hacer, lo debería haber hecho hace veinticinco años, no ahora, aunque nunca es tarde si la dicha es buena.
El Seminario de Sevilla es una cueva de progres, donde lo que se enseña es poco y malo. Se ha perdido la sana doctrina y se ha dejado en manos de profesores que enseñan contenidos casposos de tiempos que, como las oscuras golondrinas, no volverán. En los últimos tiempos ha mostrado su disidencia con la «pagolada» del 31 de Enero (presentación del libro de Pagola) y la cartita-protesta en contra del acto en defensa de la familia, del pasado 30 de Diciembre en Madrid.
Entre los miembros de la disidencia eclesial que forman tanto a seminaristas como a laicos – CET y Escuela de Teología para Seglares -, nos encontramos a:
- Gonzalo Flor, teólogo áulico del Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, que imparte asignaturas relacionadas con la Sagrada Escritura tanto en el CET como en la Escuela de Teología para Seglares.
- Francisco Javier Fernández de Liencres Pérez. Profesor del CET y de la Escuela de Teología para Seglares. En esta última imparte la asignatura de Matrimonio, creo.
- José María Garrido Luceño. En la Escuela imparte Vida Teologal. En el Seminario se ocupa de asignaturas de Historia de la Filosofía. No se si también imparte antropología.
- Manuel Mallofret Lancha. Profesor del CET. Imparte las asignaturas de Cristianismo primitivo; La palabra de la Cruz. Iniciación a la Teología de San Pablo y Renovación eclesial: criterios y retos.
- Fernando Camacho Acosta, que también imparte clases el CET y en la Escuela. En la Escuela da Cristología.
Es normal que cualquier persona que quiera ser «alter Christus» se piense más de una vez el ingresar en el Seminario de Sevilla. Por eso, estos tres muchachos han decidido orientar sus pasos a otro seminario. Otra cosa son los laicos. Como no tienen formación son más fácil de dirigir, más a más con doctrinas que comulgan fácilmente con la religión burguesa en la que muchos católicos andan instalados.
La Iglesia de Sevilla no se encuentra en buen momento realmente. Un ejemplo lo tenemos en las antaño poderosas Cofradías, corporaciones a las que pertenecían santos (como San Antonio María Claret) y literatos (como Mateo Alemán, redactor de las Reglas de la Hermandad del Silencio). Hoy, se han convertido en asociaciones más cercanas a las ONG o los partidos políticos que a una asociación de fieles católicos. Como ejemplo, este artículo de opinión publicado hoy en Pasión en Sevilla, donde se reflejan las preocupaciones del Consejo de Hermandades y Cofradías: renovación de estatutos y renovación de la carrera oficial. ¿Cómo pretenden después que las hermandades aporten dinero al fondo diocesano?
Evidentemente hay hermandades y hermandades. No se pueden meter todas en el mismo saco, pero el estado general es patético.
Sin embargo no todo es un erial. Hay un reducto de sacerdotes buenos, fieles al magisterio de la Iglesia – muy tapados eso sí, pero indomables –, que hacen lo que pueden para capear el temporal.
Que tres muchachos hayan decidido consagrarse a Cristo es muy buena noticia. Algo ha tenido que ver el Motu Proprio y la actuación de fieles como los de la Asociación Una Voce.
San Isidoro sigue orando desde el cielo por su tierra que el Espíritu Santo sopla cómo y cuándo quiere.
Laus Deo!
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