¿Por qué se amotinan las naciones?

En Bolzano, Italia, acaban de exponer una escultura de una rana crucificada. Aunque parezca mentira, a esto le llaman arte, lo que viene a demostrar que con la palabra «arte» designamos cualquier cosa: se ha vaciado de contenido semántico.

Sin embargo, no es el motivo de este escrito hablar de Estética sino de los continuos ataques que sufre el catolicismo en todo el mundo, utilizando cualquier cosa como escusa. Incluso el arte.

Se ha pedido que esta escultura sea retirada de la exposición, lo que no deja de ser razonable, ya que ofende a muchísimas personas. El presidente del museo, por el contrario, ha hecho caso omiso a setas peticiones de retirada del adefesio patibulario, apelando a la salvaguarda de “la autonomía de instituciones artísticas»; queda demostrado pues el espíritu caritativo, espíritu que, por otra parte, se exige a los católicos.

De todas formas, el «Gustavo» crucificado no deja de ser una mera anécdota comprada con la agresividad con la que la sociedad moderna muestra a la sensibilidad y racionalidad católica, a todo lo que representa Cristo.

Todo esto me recuerda al Salmo 2, que ayer meditamos en mi turno de la Adoración Nocturna:
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¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías.
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo»

Cristo produce una reacción alérgica en el hombre moderno que lo lleva a responder desaforadamente, con beligerancia y violencia moral y física: aborto, eutanasia, divorcios, hipersexualidad, vejaciones y ludibrio hacia la persona de Cristo y mucho más.

Todo lo católico supone es intolerable a la mentalidad post – moderna. Es en una de las pocas cosas donde el relativismo se muestra dogmático, donde confluye todo el pensamiento débil.

Toleran, como mucho, a Cristo. Con asco, eso sí. Consienten lo católico. Odian la libertad y la fuerza del cristianismo.

Sin embargo, todo es vanidad:
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El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo»

No pueden con el «Que Todo lo Puede». Creen que triunfarán pero están derrotados. Sólo les queda una salida:

Y ahora, reyes, sed sensatos,
escarmentad, los que regís la tierra;
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se iirte, y vayáis a la ruina,
porque se inflame de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en Él!

La ruina está aquí. Es el momento de la conversión y la penitencia. La victoria es de Dios.

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4 comentarios

  
Bruno
Me ha gustado mucho que articularas el post en torno a un salmo. Muy buena idea.
30/08/08 10:13 AM
  
Vult
Estoy de acuerdo con Bruno, buena idea la de incluir el salmo, esa rana me recuerda al "graffiti" que fue hallado en la colina del Palatino (Roma), en el palacio de Nerón, y que hoy se conserva en el museo Kirchner, en el aparece un hombre rezando ante la figura de un crucificado con cabeza de asno, acompañado con la inscripción que dice "¡Alexameno adora a su dios!". Lamentablemente estas cosas seguirán pasando, si la sociedad (el mundo) que trata de volver al oscuro paganismo no se renueva en la fe, hace falta re-evangelizar Europa.
30/08/08 1:20 PM
  
Luis Fernando
Los Salmos son un pozo sin fondo de sabiduría, de diálogo con Dios, de interpelación a Dios, de etc, etc.

Gracias por traernos este.
30/08/08 10:36 PM
  
SOLODOCTRINA
Yo creo, estimado Isaac, que el verdadero temor es a Cristo en la cruz. Este es el motivo de la parodia artística. Incluso, en numerosas iglesias la Cruz grande, central detrás del altar, ha sido eliminada o puesta en un costado. La progresía católica no sabe que hacer con el Señor en la cruz. Que incomoda, interpela, que allí está la verdadera salvación, hasta los comunistas lo sabían. Por eso, en la lucha por la libertad en Polonia, Juan Pablo el grande, instruyó plantar cruces por doquier. Así se liberó Polonia; así cayó el primer naipe del castillo en la implosión del imperio soviético. Y la iglesia ganará nuevamente en verdad y amor cuando el símbolo de ello, la figura de Cristo en la cruz luzca en su verdadero lugar. La Iglesia es cristocéntrica (incluso en sus representaciones) o no es nada que valga la pena.
31/08/08 6:07 AM

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