El blog amigo Secretum meum mihi, recoge una entrevista aparecida en Gaudium Press a Monseñor Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y quien actuó como relator principal del Schülerkreis (Círculo de los Estudiantes de Ratzinger), el pasado mes de Septiembre.
El Cardenal Koch realiza unas interesantes reflexiones referentes a la comprensión de la hermenéutica de la continuidad y la reforma de la reforma, en Liturgia. En cuanto a la primera, señala lo que estaba en la mente del Beato Juan XXIII: actualización y renovación de la doctrina en el nuevo contexto, pero no crear una nueva doctrina, una refundación de la Iglesia por llamarlo de alguna manera. La hermenéutica de la continuidad hay que relacionarlo con la reforma de la Iglesia en continuidad con la Tradición - el libro del padre Louis Bouyer, La descomposición del catolicismo, muestra es esclarecedor en este asunto -.
Igualmente interesante es la periclitación del sentido de adoración por parte de los fieles. La participación activa de los fieles en la Liturgia se ha entendido de manera racionalista, olvidando la esencia del Sacrificio Eucarístico, la irrupción de lo Trascendente en nuestro mundo y la participación de la Iglesia completa (militante, purgante y triunfante), en la Misa, uniéndonos en un solo canto de alabanza al Dios Uno, Trino y Verdadero.
Espero que disfruten de la entrevista.
Ciudad del Vaticano (Lunes, 11-10-2011, Gaudium Press) En entrevista con el Arzobispo Kurt Koch, el pasado 4 de septiembre en Roma, el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, habló con Gaudium Press sobre la hermenéutica del Concilio Vaticano II.
Gaudium Press - Excelencia, en su primer discurso usted presenta tres hermenéuticas diversas. ¿Cuáles son sus diferencias y sus consecuencias para la Iglesia Católica en la realización del Concilio Vaticano II?
Cada Concilio es la misma cosa: por un lado, está arraigado en la tradición, pero por otro, su mirada está dirigida al futuro, porque es allí que se encuentran los nuevos desafíos y compromisos. Así fue también para el Concilio Vaticano II, es más, talvez más evidente aún, visto que el Santo Padre Juan XXIII había hablado de una actualización para renovar la doctrina de la Iglesia en el nuevo contexto, y aclaró desde el inicio que no quería una nueva doctrina. Ahora tenemos dos hermenéuticas opuestas: la hermenéutica de la continuidad absoluta, que quiere decir que el Vaticanum II no debe decir cosas nuevas, sino solamente confirmar, porque todo ya estaba en la tradición, y la hermenéutica de la discontinuidad y la ruptura, que quiere decir que con el Vaticanum II debe tener inicio otra Iglesia… El Santo Padre dijo en su primer discurso en la Curia Romana, en la Navidad de 2005, que es necesaria una nueva hermenéutica, aquella de la reforma, que significa que se debe renovar, sin embargo, dentro de la gran tradición y la gran continuidad.
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