Jaime Ignacio del Burgo padece de graves dolores. Le duele la COPE.
Comprendo que a un español le duela España, como a Unamuno, pero desconozco el tipo de dolor que le puede producir a una persona una empresa sobre la que no posee ninguna titularidad.
Aunque el señor del Burgo se autodenomine católico, eso no le da derecho, por extensión, a considerarse dueño de la emisora. Aunque el accionista mayoritario de la COPE sea la CEE, la misma no se financia con las aportaciones de los fieles. Como empresa de comunicación está obligada a dar beneficios. Además tiene otros accionistas.
Pasar de la confesión católica a la propiedad de una emisora de la CEE, es un exceso. Incluso para un político. Es como si a mí me doliese Abengoa porque los dueños son sevillanos. O sea.
Leer más... »