InfoCatólica / Fides et Ratio / Categoría: Actualidad

10.09.09

Ejercer la autoridad

Estamos comprobando en nuestras carnes hasta donde nos ha conducido el sistema educativo parido por la LOGSE: pérdida de autoridad del profesor, laxismo y disminución del nivel educativo. Podemos decir sin ambages, que nuestro sistema educativo ha dejado un páramo tras de sí.

Por esta razón, es imperioso recuperar la autoridad del maestro, el endurecimiento de los contenidos educativos, en definitiva, la reforma de la reforma del sistema.

Mutatis mutandi, podríamos aplicarlo en el ámbito de la Iglesia. El vídeo de las monjas que emitió TVE, es un claro ejemplo, pero con una diferencia que dista muchísimo de ser nimia: la salvación del alma.

En el reportaje se puede ver los malos tiempos que corren para ciertas congregaciones religiosas, en verdadero estado de descomposición. Y lo que es peor: cómo estos miembros putrefactos pueden afectar a los miembros sanos de la Iglesia.

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9.09.09

Esperanza Aguirre y la hipocresía

La lujuria es el apetito o el uso desordenado de lo venéreo. Es uno de los pecados capitales.

Escribe Santo Tomás que de la lujuria, derivan la ceguera de la mente, precipitación, inconsideración, inconstancia, amor desordenado de sí mismo, odio a Dios, apego a las cosas de esta vida y horror a la futura.

No parecen desde luego las características que un ciudadano desearía poseer. Igualmente, tampoco sería deseable una institución que pervirtiera a los ciudadanos y los desviase de su propio fin, en cuanto personas y en cuanto habitantes de una ciudad.

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3.09.09

Sancte Pie, ora pro nobis!

Encíclica Iucunda Sane, sobre la responsabilidad de los que gobiernan la Iglesia.

Lo que los Pastores no deben hacer

Por todo esto, que surge necesariamente de los principios de la revelación cristiana y de las íntimas obligaciones de nuestro apostolado, ya veis, Venerables Hermanos, cuánto se equivocan los que estiman que serán más dignos de la Iglesia y trabajarán con más fruto para la salvación eterna de los hombres si, movidos por una prudencia humana,
In vera distribuyen abundante la mal llamada ciencia, movidos por la vana esperanza de que así pueden ayudar mejor a los equivocados, cuando en realidad los hacen compañeros de su propio descarrío. Pero la verdad es única y no puede dividirse; permanece eterna, sin doblegarse a los tiempos: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (35).
También se equivocan por completo los que, dedicándose a hacer el bien, sobre todo en los problemas del pueblo, se preocupan mucho del alimento y del cuidado del cuerpo, y silencian la salvación del alma y las gravísimas obligaciones de la fe cristiana. Tampoco les importa ocultar, como con un velo, algunos de los principales preceptos evangélicos, temiendo que se les haga menos caso, e incluso se les abandone. Al proponer la verdad, será prudente proceder con tacto; cuando se hayan de tratar asuntos con quienes desprecian nuestras instituciones y viven completamente apartados de Dios, como decía Gregorio, al curar las heridas, es preciso tocarlas antes con mano delicada (36). Pero este procedimiento se quedaría en prudencia de la carne, si se pusiese en práctica así, sin más; sobre todo, porque daría la impresión de que se tiene en poco a la gracia divina -que no sólo se concede a los sacerdotes, sino a todos los fieles de Cristo-, y con la que nuestras palabras y nuestros hechos acaban venciendo toda resistencia. Esta clase de prudencia fue desconocida para Gregorio, tanto en la predicación del evangelio, como en todo lo que admirablemente hizo para remediar las desgracias del prójimo. Siempre siguió las huellas de los Apóstoles, que al recibir la primera misión de anunciar a Cristo por la tierra, decían: Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para pus los gentiles (37). Porque si ha existido algún tiempo en que pareciese más oportuna la prudencia humana, fue aquél., sin duda, ya que los ánimos no estaban preparados para recibir una doctrina nueva que contrastaba con las ambiciones generales, y tan opuesta a la magnífica cultura de los griegos y los romanos. Sin embargo, los Apóstoles no hicieron caso de esa prudencia, porque conocían bien los designios divinos: Dios quiso salvar a los creyentes por la necedad de la predicación (38). Esa necedad, como siempre, también ahora es poder de Dios para tus los que se salvan, es decir, para nosotros (39). Como antes, también contaremos con armas poderosas en el escándalo de la cruz; como entonces, también en adelante venceremos con este signo.

(35) Hebr. 13, 8.
(36) Registr. V, 44 (18) ad Ioannem episcop.
(37) I Cor. 1, 23.
(38) I Cor. 1, 21.
(39) I Cor. 1, 18.

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2.09.09

1.09.09

La cuestión de los crucifijos

La retirada de los símbolos religiosos en las escuelas ha sido,por llamarla de alguna manera, una de las noticias del verano.

Para unos, las palabras del Ministro de Justicia, responden a una estrategia de distracción de la opinión pública ante los estragos que está ocasionando la crisis; para otros – entre los que me encuentro – es otro pasito más hacia la reclusión de la religión a las sacristías.

Dudo mucho que un gobierno socialista en España tenga que hacer algo para distraer la atención, entre otras cosas - y por muchos que nos pese -, en España se vota por la misma razón que se pertenece a un equipo de fútbol. Al menos es la percepción que se tiene desde Andalucía donde, en general, la gente es de un partido político de la misma forma que es socio del Sevilla o del Betis.

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