Cambiar la naturaleza humana
«Quien se atreve con la empresa de instituir un pueblo debe sentirse en condiciones de cambiar, por así decir, la naturaleza humana; de transformar cada individuo, que por sí mismo es un todo perfecto y solitario, en parte de un todo mayor, del que ese individuo recibe en cierta forma su vida y su ser; de alterar la constitución del hombre para reforzarla; de sustituir por una existencia parcial y moral la existencia física e independiente que todos hemos recibido de la naturaleza. En una palabra, tiene que quitar al hombre sus propias fuerzas para darle las que le son extrañas y de las que no puede hacer uso sin la ayuda de los demás. Cuanto más muertas y aniquiladas están esas fuerzas, más grandes y duraderas son las adquiridas, y más sólida y perfecta es también la institución. De suerte que si cada ciudadano no es nada, ni puede nada sino gracias a todos los demás, y si la fuerza adquirida por el todo es igual o superior a la suma de todas las fuerzas naturales de todos los individuos, se puede decir que la legislación está en el más alto grado de perfección que puede adquirir».
Del Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau. . (2, VII). Alianza Editorial, 2005 4ª Reimpr.
Más aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, retirada de crucifijos, anticlericalismo..Adanismo político. Reinvención de la sociedad.
Cambiar la naturaleza humana.
2 comentarios
Las herramientas para lograr tan noble objetivo son (1) desprecio de la patria común e indivisible, (2) extinción de la teología y la moral católicas tradicionales: o desaparecen o se transforman sincréticamente, y (3) positivismo jurídico a go-go pedagógicamente reforzado por medio de (a) cantidades ingentes de telebasura para los cerdos, (b) palos a los borricos que no se quieran enterar que las cosas han cambiado, (c) zanahorias para el ganado estabulado, y (d) escopeta para los cánidos asilvestrados.
Curiosamente, no habiendo una gran diferencia cultural entre los católicos españoles, hay regiones mucho más descristianizadas que otras. Ciertamente, es notable que haya tan pocos sacerdotes acosados por el terrorismo, el nacionalismo o el socialismo habiendo tantos acosados por sus superiores por defender las tradiciones litúrgicas, morales y teológicas de la única Iglesia Santa Católica y Apostólica.
Dejo las conclusiones al amable lector.
Un saludo.
Por cierto, Isaac, me he dado cuenta de que no he tenido oportunidad de agradeceros, a tu mujer y a ti, la amabilidad con la que nos recibisteis cuando fuimos a Sevilla. Espero que podáis devolvernos la visita. Muchísimas gracias por todo.
Un saludo.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.