Estado aconfesional
El Papa Benedicto, en el vuelo que le traía a Santiago de Compostela, declaraba en rueda de prensa que en España se estaba viviendo un laicismo del mismo corte que el desarrollado en los años treinta del siglo pasado.
El Papa ha acertado en su análisis de la realidad española. Si nos atenemos a los hechos, se puede decir que, desde la implantación de la Democracia por los franquistas y sus herederos, los distintos gobiernos se han ido definiendo contra la fe, tanto por activa – izquierda -, como por pasiva – no izquierda -.
El presidente de España no tuvo otra ocurrencia que largarse a Afganistán, quizás para no tener que escuchar las palabras del Romano Pontífice. Y a la vuelta del país árabe, lo único que hizo fue hacer referencia al mito del estado aconfesional.
El estado aconfesional es uno de esos mitos generados durante la transición, propio de una España vergonzante, que huye de sus raíces, una mentira histórica – ni los liberales de las Cortes de Cádiz se atrevieron a tanto -, además de una trampa conceptual.
¿Existe realmente un Estado aconfesional, es decir, sin credo? Fácticamente no. Porque el Estado que surge de la posmodernidad, se ha emancipado de toda autoridad moral externa, de manera que no tiene que remitirse a nada que no sea sí mismo: es su propio fundamento y fin. Los gobernantes en este sentido, ponen toda la maquinaria estatal para crear el credo estatal. Por tanto, el Estado tiene confesión, precisamente la que se define en contra de la Iglesia Católica.
Hablar del Estado en general, y de España en particular, como aconfesional, es falso. En nuestro caso, un mito de la transición, como hemos dicho. Las leyes que disuelven el bien común, que destruyen la moral social en todos sus aspectos, tales como la que disuelven la familia, las abortistas y las que afectan a la justicia distributiva, se definen en contra de una confesión, la Católica.
Los católicos, al propugnar el reinado social de Cristo, se encuentran frente a un Estado que no se reconoce más que a sí mismo, un poder que desafía al todopoderoso. De ahí que persiga todo lo cristiano.
El Estado español no es aconfesional. No puede serlo. El Estado español es anticatólico.
37 comentarios
Ahora, en el caso español, no hay que olvidar la influencia que han tenido algunas personalidades eclesiásticas, políticas y del mundo académico, especialmente de una universidad privada, en la demolición del Estado católico y su reemplazo por el modelo actual.
Saludos.
Ahora bien, la culpa no es sólo del ZP de turno, que no es más que un tonto útil para algunos. La responsabilidad mayor es de todos aquellos católicos, empezando por la Jararquía, que colaboraron activamente en la destrucción del orden político cristiano. No sé cómo pueden dormir por las noches.
Mención propia meceren, como no, todos los partidos políticos, asociaciones y particulares católicos que hoy imponen dentro de los fieles el a-confesionalismo. Ser católico y ser a-confesional es una traición, una estúpidez, o una cobardía o las tres opciones a la vez. Pero lo peor son los resultados a largo plazo: España hoy es apóstata por iniciativa de los propios creyentes.
Lo mismo dígase de aquella Iglesia que "también tiene el culto del hombre" (montini). Tertium non datur: no existe el humanismo cristiano.
Para ellos todo aquel que no es nacionalista de su región pasa a ser automáticamente nacionalista español. Por supuesto, utilizan este pseudoargumento para pasarse los derechos más básicos por el arco del triunfo.
Parece mentira que a estas alturas no haya quien reconozca la necesaria neutralidad del estado en materia religiosa.
me gustaría conocer tu opinión sobre la frase de Benedicto en su homilía -por demás extraordinaria- del sábado en Compostela: "Dejadme que proclame desde aquí la gloria del hombre". Quedé medio desconcertado...
" el Estado neutro no existe: es un concepto, como el unicornio. "
¿ Cómo el concepto de Dios ?.
Isaac, no confundamos el Estado Aconfesional (que está obligado constitucionalmente "colaborar" con la Iglesia Católica -Art. 16-3-), con el Estado Laico. El estado "laico" strictu sensu es anticonstitucional. Y eso es lo que pretende ZP.
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones
La aconfesionalidad, principio de neutralidad básica, viene matizado por la obligación de tener en cuenta las creencias religiosas de los ciudadanos. No para imponer las creencias de la mayoría a la minoría, pero sí para modular aquel principio de neutralidad.
A partir de ahí, de las creencias de los ciudadanos y no de otro sitio, nacen las relaciones con la ICAR y las demás confesiones. No son relaciones porque sí sino que esas relaciones traen causa de las creencias de los ciudadanos.
Así pues, si los ciudadanos mayoritariamente son cristianos que discrepan de la jerarquía católica, el estado, dentro del terreno de juego de la neutralidad, DEBE matizar esta neutralidad constatando cuáles son las creencias de los ciudadanos y debe saber navegar, con la brújula de la neutralidad, dando respuesta a la minoría que sigue a la jerarquía pero más a la mayoría que rechaza muchos pronunciamientos de la jerarquía.
Esa realidad compleja debe inspirar la modulación del principio de aconfesionalidad.
España, nación católica, ha apostatado renegando de la dulce protección de Cristo, para volver al dominio del diablo. La antigua confesión se basaba en el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la nueva se basa en el amor de sí hasta el desprecio de Dios. El Evangelio de la nueva religión está recogido en la Declaración de los Derechos Humanos, que son la negación palmaria de los derechos de Dios. Tiene un dogma fundamental, la Soberanía del Pueblo, que sólo pertenece a Dios, y de la que participan las autoridades legítimas, y una liturgia, comunión incluída, por el mero hecho de introducir el voto soberano en la urna. Tiene su moral, que llega a la mojigatería y puritanismo más extremos en la ofensiva hembrista de nuestros días.
Y este proceso continúa, camino de la instauración de una única religión mundial, de esencia luciferiana, la adoración a Lucifer como el verdadero dios liberador.
¿ Cuando dejarán de confundir sus deseos y afirmaciones con la realidad ?.
Hace 80 años en España murieron miles de católicos mártires por no renegar de Cristo. En las últimas décadas, desde la inauguración del actual sistema político, han seguido un camino más lento, pero seguro: el futuro lógico es de nuevo la exigencia del martirio (si Dios nos da esa gracia), a no ser que, como quieren, asumamos personalmente el mal que ellos están imponiendo socialmente.
"Gloria Dei vivens homo et vita hominis visio Dei"
Hay que rezar por su conversión.
El Estado no puede ser aconfesional, por laicista. Lo normal, lo racional y lo deseable, son tres cuestiones que hay que dilucidar previamente; además sin una aclaración previa de qué es lo normal, lo racional y lo deseable, estos conceptos en la postmodernidad, no significan nada. Para la Grecia clásica, lo normal, lo racional y lo deseable era que hubiera esclavos.
O sea.
¿Qué tal si pensamos en lo bueno en sí?
Y si retrocediendo dices: soy el efecto finito de un ser infinito, de una causa primera, ¡ah! Entonces la voz misteriosa seguirá diciendo: Luego tienes un vínculo de absoluta dependencia con el ser que es tu causa y tu fin, que alcanza a tu entendimiento, a tu voluntad y a tu cuerpo. Entonces tienes el deber de manifestar esa dependencia con la fe, con el amor y rindiéndole culto interior y exterior con tu espíritu y con tu cuerpo. Entonces la religión saldrá triunfante de aquellos escombros, y no habrá debajo de ellos más cadáver enterrado que las doctrinas que los secularizadores defendéis.
El apuro del creyente consistiría en conseguir explicar cómo es que los seres humanos hemos conseguido tener un cerebro capaz de experimentar estas sensaciones, y si sería posible que hubiera seres no humanos, tan inteligentes como nosotros pero que no las tuvieran (sino que su conducta se basara en otro "juego" de mecanismos cognitivos totalmente distinto), y en tal caso, si esos seres serían "hijos de Dios".
Cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para la disciplina del Culto y los Sacramentos, ratificando las palabras de Benedicto XVI que dijo lo mismo y lleva años repitiéndolo.
"La Iglesia también tiene la responsabilidad de ofrecer –no imponer– el Evangelio y formar en criterios evangélicos a quienes prestan el gran servicio de la política. Esto no es entrometerse en la vida pública ni actuar para un determinado credo o institución, sino contribuir al bien común respetando la sana laicidad.
Moraleja: Los que claman contra la aconfesionalidad del Estado e insultan a los católicos deberían vomitarle sus rabietas a Benedicto XVI, no a los demás.
Sois vosotros los que no estáis en consonancia con el Vaticano
Cuando la política se desliga de la moral y se fundamenta en sí misma, es decir, se da ella los mismos fines, el gobernante abandona el principio de la justicia distributiva adquiriendo el vicio de la acepción de personas, de manera que el Estado asume su propia confesión anti-confesional.
¿Es sana laicidad un Gobierno que permita la despenalización del aborto o el divorcio? ¿O es que la agresión a la moral sólo se tiene en cuenta cuando se quitan los crucifijos? ¿Es Francia un modelo de aconfesionalidad?
Acabáramos.
Me limito a demostrar que es el Vaticano quien nos enseña y pide insistentemente el respeto a la sana laicidad (no laicismo agresivo o excluyente), item plus el diálogo con el Estado aconfesional desde una posición de pluralidad de credos.
Hoy mismo con el discurso del Cardenal Cañizares que he copiado, el otro dia fue Benedicto, el anterior Rouco y suma sigue con un largo etcétera.
Algunos que escriben por aquí y califican de estúpidos o cobardes a los católicos que siguen al Vaticano, son los que deberían aplicarse tales adjetivos descriptivos o demostrar que no son tibios llamando a Cañizares, Rouco, Benedicto, JPII, cobardes, tibios, heterodoxos, liberales, herejes
¿a que no hay lo que hay que tener?
"Vehementer Nos", Carta Encíclica del Papa SAN Pío X sobre la separación de la Iglesia y del Estado.
Al final, cuando los argumentos carecen de profundidad se vuelven contra uno mismo.
Concilio Vaticano I (el de tu gusto)
"Deben creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional, y son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ora por SOLEMNE JUICIO, ora por su ORDINARIO Y UNIVERSAL MAGISTERIO”
CONCILIO VATICANO I, Constitución dogmática sobre la fe católica, Denzinger 1792.
"Solemne juicio" es el magisterio infalible del Papa.
“Magisterio ordinario y universal” son los concilios ecuménicos como el Concilio Vaticano II incluyendo TODOS sus documentos
El magisterio ordinario del Papa, en cambio, no es infalible.
Anda, Ronald, hereje, más que hereje (tu propia medicina)
Saludos.
Para muestra, dos especialistas de la UNAV:
- «No es fácil comprobar el hecho de que una doctrina haya sido proclamada por el magisterio ordinario y universal. Según el texto del Concilio Vaticano II podemos establecer cuatro condiciones para que se dé el ejercicio del magisterio ordinario y universal: la comunión de los obispos entre ellos y con el Papa, que es la Cabeza del Colegio; que los obispos enseñen de modo auténtico en materia de fe y de moral; que estén de acuerdo en una única doctrina; y que al proponer la doctrina, concuerdan que ha de tenerse como definitiva.
Se trata de elementos no fácilmente verificables; en concreto no es fácil individuar la característica de universalidad del consentimiento expreso de los diversos obispos, ni la intención de que lo sostenido es efectivamente definitivo...» (Baber Pont, Arcadio. CAUCES DE CONFIRMACIÓN DEL MAGISTERIO ORDINARIO Y UNIVERSAL. en Rev. Cuadernos Doctorales: Excerpta et Dissertationibus in Iure Canonico. Vol. 19 (2001), ps. 154-155)
- «Las condiciones que deben concurrir simultáneamente para que el magisterio ordinario y universal de los Obispos posea carácter infalible son: 1) que enseñen en comunión jerárquica entre sí y con el Papa; 2) sobre una materia concerniente a la fe y a las costumbres; 3) con un acuerdo manifiesto no sólo sobre el contenido de una determinada proposición, sino también sobre su carácter obligatorio, irreformable y definitivo ad credendam o ad tenendam (es decir, en cuanto formalmente revelada o como conexa con verdades reveladas), pues puede darse el caso de que el Colegio episcopal, reunido en concilio o disperso, se pronuncie sin querer definir: por ej., el magisterio del Concilio Vaticano II. » (Villar, José R. EL COLEGIO EPISCOPAL. Madrid, 2004, p. 200).
Los libros no muerden...
Saludos.
¿Seguimos? Sí. Continúa el Papa:
«Será necesario trabajar por una renovación cultural y espiritual de Italia y del continente europeo para que la laicidad no se interprete como hostilidad contra la religión», propone el Papa en su mensaje.
La laicidad, aclara, debe convertirse en «un compromiso para garantizar a todos, individuos y grupos, en el respeto de las exigencias del bien común, la posibilidad de vivir y manifestar las propias convicciones religiosas».
Según el obispo de Roma los derechos fundamentales del ser humano «no son creados por el legislador, sino que están inscritos en la naturaleza misma de la persona humana, y se remontan por tanto en último término al Creador».
«Por tanto --aclara--, parece legítima y provechosa una sana laicidad del Estado, en virtud de la cual las realidades temporales se rigen según normas que les son propias, a las que pertenecen también esas instancias éticas que tienen su fundamento en la existencia misma del hombre».
Fuente: Catholic.net
Si el Papa habla del deber ser, es, porque entre otras cosas, los estados aconfesionales como tal, no existen, sino que son abiertamente anticatólicos. Por otra parte, en el discurso anterior, el Papa apela a unas características que pertenecen a la Ley Natural.
Ya sabe, un texto sin contexto, es un pretexto.
Ahora, si puedes mostrarme algún texto del CVII que tenga intención de definir algo como definitivo, será muy bienvenido.
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