Fellay: la homosexualidad es responsable de los abusos en la Iglesia
Fuente: Secretum meum mihi.
Según el obispo Bernard Fellay las víctimas de esos abusos sexuales fueron casi siempre jóvenes sexualmente desarrollados, lo que demuestra claramente que el problema no es el celibato de los religiosos.
Hamburgo. (DPA)- La homosexualidad es la verdadera responsable del escándalo por abusos sexuales que sacude a la Iglesia católica desde hace meses, defendió hoy la ultraconservadora Hermandad de San Pío X.
Según dijo el obispo Bernard Fellay en una entrevista con el semanario alemán “Der Spiegel", las víctimas de esos abusos sexuales fueron casi siempre jóvenes sexualmente desarrollados, lo que demuestra claramente que el problema no es el celibato de los religiosos, sino mucho más la tendencia homosexual que podrían tener algunos de los agresores.
Por ello, Fellay instó a mantener alejados del sacerdocio a los homosexuales. Aunque polémica, su propuesta no es algo nuevo. El Vaticano rechaza desde hace tiempo el sacerdocio de los homosexuales.
En 2008, la Santa Sede emitió un documento en el que manifestaba claramente que un homosexual puede sentirse llamado por Dios, pero no debe practicar el sacerdocio.
La relación entre pedofilia y homosexualidad es una cuestión ampliamente discutida por los expertos, que sin embargo, no logran llegar a un acuerdo al respecto.
64 comentarios
El primero, que acepta y promueve, conscientemente, que paguen justos por pecadores. Que un homosexual honesto, que repudia y le repugna absolutamente la pederastia, sea excluido del sacerdocio porque otro homosexual sea pederasta es una idea repulsiva y, desde luego, absolutamente contraria al cristianismo.
El segundo, que olvida una parte muy importante del escándalo que sufrimos en la Iglesia: El encubrimiento. No sé si aquel sacerdote francés, que está en el origen de las preguntas que aquí me haré, abusó de un niño o de una niña. Pero me pregunto, ¿era homosexual el obispo que le encubrió?, ¿es homosexual el Cardenal Castrillón que le envió la carta aplaudiendo su encubrimiento?; y si las palabras acusatorias del Cardenal son ciertas, ¿fue homosexual el Papa Juan Pablo II, quien, siempre según el Cardenal, dio el visto bueno a la Carta?
Aquí hay una Cruz muy pero que muy difícil de llevar y Fellay, de forma cobarde y anticristiana, dice "que la lleven los homosexuales".
Y el tercer comentario es que si entre el clero la pederastia es mayoritariamente homosexual, en el conjunto de la sociedad es mayoritariamente heterosexual. Lo digo porque la ecuación "homosexual = pederasta" es falsa. Como la ecuación "vasco = terrorista".
Eso no quita ni un ápice de razón a quienes se dieron cuenta de que los seminaristas homosexuales constituían un problema para la Iglesia: así lo vio Juan Pablo II, y así lo ha reafirmado Benedicto XVI. Pero, como casi siempre, los lefebristas tienden a buscar una causa única a los males de la Iglesia. Todos necesitamos convertirnos, y todos somos responsables de lo que está sucediendo. Y quienes no están en Comunión con Roma, más.
Pero la culpa es de los OBISPOS, fueron ellos los que ENCUBRIERON y COLABORARON con esos hechos CRIMINALES y PECAMINOSOS.
Los obispos utilizaron metodos asquerosos como la intimidación, AMENAZAS, la MENTIRA, firmas de promesas de SILENCIO, etc.
Si no hubiera sido por las demandas de las victimas despues de DECADAS de exigir JUSTICIA a los obispos, todo continuaria como si nada.
Pero de lo que no tengo dudas, es que algunos pederastas, se hicieron sacerdotes para estar cerca de niños y abusar de ellos, así como otros buscan ocupaciones en asociaciones infantiles, colegios y guarderías. La Iglesia no estuvo muy lista, espero que las medidas que se tomen a partir de ahora funcionen.
La homosexualidad puese ser la ocasión, pero si no mediara el encubrimiento y se aplicaran las medidas correctivas pertinentes, los abusos no prosperarían y los malos sacerdotes serían prontamente separados dle contacto con los feligreses o incluso de su ministerio.
Y hay más: el encubrimiento institucionalizado se está dando, y de manera más que alevosa, frente a otra clase de abusos, quizás más graves que los morales/sexuales : LOS ABUSOS DOCTRINALES. Porque si retorcemos la doctrina, ¿qué quedará en pie de la Iglesia?.
Esta última clase de encubrimientos nos debe preocupar muchísimo, ya que está ampliamente generalizado entre los pastores. Pero además y al contrario de los encubrimientos sexuales, JAMAS VAN A SER DENUNCIADOS POR EL MUNDO, SINO AL CONTRARIO, sus personeros serán promocionados, defendidos y presentados como víctimas del "fundametalismo retrógrado del Vaticano". Y si no, véanse cuáles son los "teólogos" y las doctrinas "católicas" que gozan de mayor predicamento en la prensa mundana.
Como los casos desvelados son tantos esas muetras y conclusiones son muy fiables.
Pero tanto en la Iglesia como en la sociedad civil el 99'99% de los abusos son protagonizados por varones. Sacerdotes, no monjas. Padres, tíos, abuelos o hermanos, no madres, tías, abuelas o hermanas.
Que? Será coherente Fellay? Excluirá a los varones del sacerdocio?
Si excluye a todos los homosexuales, queda un 40% de pederastia (o más cuando la ICAR se iguale a la sociedad civil en % de pederastia por orientación sexual)
Si exluye a todos los varones, queda un 0% de pederastia.
Mira por donde, la solución no será el celibato voluntario sino la ordenación sacerdotal de mujeres con exclusión de varones. Ya me imagino el nuevo decreto ex-cathedra: "los varones no están llamados al sacerdocio"
Mira por donde,
Monseñor Fellay pone el dedo en la llaga. Los Estados Unidos están infestados de redes de homosexuales, es una verdadera plaga; Monseñor Favalora, del Estado de la Florida era uno de los principales padrinos de los curas homosexuales, pero tuvo que renunciar por otras causas.
Seminaristas hetero son disuadidos de no ir a los Seminarios de la Florida, porque si no eran, allá se vuelven homosexuales.
Gauchito, siempre andas perdido, no sabes ni quien le pegó a Lucas.
El cardenal Schonborn está al ataque, pidiendo el maricamonio y el fin del celibato. Porqué no hacen un escarmiento y EXCOMULGAN A UNAS CUANTAS DOCENAS QUE NIEGAN LAS VERDADES DE LA CATOLICIDAD? CARDENALES , OBISPOS, , "TEÓLOGOS" y todo el que resulte responsable?.
Si la Iglesia continúa solapando los homosexuales, vamos a tener un escándalo CADA AÑO. Y la gente ya se está cansando de estos vergonzosos escándalos. O se van a volver protestantes, que es lo que los ecumaníacos quieren o se van a ir al MOVIMIENTO TRADICIONAL DE LA SANTA MISA TRIDENTINA, para recobrar lo que se creía perdido.
Dicho esto, el análisis de monseñor Fellay puede rozar la superficie... Pero también hay que reconocer que dice cosas que otros obispos no tienen agallas ni de sugerir...
NO haces bien los números, puesto que el 60-80% de los abusos son cometidos por una población de un 1-3% de homosexuales, que es lo que dicen los expertos.
En tu análisis haces una comparación desequilibrada.
Los heterosexuales deberían ser responsables del 97-99% de los abusos, según su proporción, y los homosexuales de un 1-3% de los abusos según su proporción.
Lo que nos encontramos es con una desorbitante desproporción en la tendencia homosexual hacia el abuso de menores, comparado con la población normal.
Los datos son inapelabes y meter la cabeza en la tierra no sirve para proteger a los niños.
En cambio los hombres (gays y heteros) deberían reunir el 50% de casos y las mujeres (lesbis o heteros) el otro 50% y, sin embargo, la proporcion es 99-1.
La pederastia es cosa de hombres.
La inmmensa mayoría de los abusos en el seno de la Iglesia los han cometido sacerdotes homosexuales.
Esto no justifica ni el resto de los abusos, ni el silencio de la Iglesia y no exime de responsabilidad a quienes permitieron que los seminarios se llenaran de gente tarada-homosexual o no.
Puestos a hablar claramente, me quedo con el Cardenal Bertone que aclaró el asunto, y no con Fellay.
Catholicus...usted no hace bien los números (le remito a las estadísticas de la UNESCO u otros organismos) y verá que duda tiene razón en lo que dice.
El razonamiento que usted emplea es peligroso...porque,siguiendo su mismo argumento,¿qué tanto por ciento supone el clero católico con respecto al resto de la población "normal" del mundo?
JF, ¿que el cardenal Bertone aclaró el asunto? Será que yo no me he enterado...pero no llego a respaldar científicamente sus afirmaciones.
A raíz de las afirmaciones de Bernote muchos especialistas se han levantado en su contra y lo han retado a "probar lo que dice".
Dentro de la misma Iglesia personalidades como el primado de Inglaterra, o el primado de España, la Orden de Predicadores etc...han afirmado que la pederastia es cosa de homosexuales y heterosexuales.
De verdad...al leer ciertos comentarios aquí me doy cuenta de que lo que existe es HOMOFOBIA y eso si que es algo poco cristiano...¿no dice el CIC que no sean sujetos de discriminaciones injustas? ¿No hablaba de respeto?...será que yo tengo otro catecismo y sigo otro Magisterio.
Para hablar con usted primero habría que aclarar conceptos...porque la explicación que usted da de Maciel es de chiste.
El problema es que usted utiliza como sinónimo pederasta y homosexual pero entonces...el padre de familia que abusa de sus hijos (niño y niña) ¿qué es?...según usted sería homosexual (siguiendo su argumento con Maciel) y, permítame decirle, es un argumento simplista y absurdo.
Por cierto, yo puedo traerle estadísticas e informes de la UNESCO y le pido a usted que me diga en qué expertos y en qué estadísticas se basa usted para afirmar lo arriba expuesto.
Siempre está en todas las conversaciones y a todas horas (chico, ¿no tiene usted obligaciones? ¿o será que está muy enganchado a internet? jajaja.
Es inútil hablar con alguien que dice :".Maciel si era homosexual,porque sus abusos eran actos homosexuales,los hijos no quitan de la cuestion porque la mayoria de homosexuales no afeminados tienen relaciones de ambos tipos." (Catholicus dixit)
Aquí en mi casa aún se estan riendo de esto...
Alguien que negó el holocausto judío tiene mucha credibilidad...si señor...
El famoso matrimonio que regentaba una escuela de karate en Las Palmas...eran hombre y mujer y abusaron de NIÑOS Y NIÑAS.
Haga el favor de no ser tan simplista y afirmar categóricamente que el porcentaje de niños abusados lo han sido por homosexuales...
No a la homofobia...
1) ¿Por qué algunos obispos ordenaron a futuros abusadores, y después los encubrieron y despreciaron a las víctimas? Porque dejaron de ser apóstoles y se convirtieron en funcionarios de una franquicia religiosa. Muchos descuidaron la selección y la formación de seminaristas. No pocos ordenaron a sacerdotes sexualmente desequilibrados, incapaces de vivir su identidad cristiana con plenitud, y acabaron aplicándoles psicoterapia en vez del Código Canónico. Muchos hicieron del plan pastoral un plan de marketing, y del prójimo un consumidor al que pescar aguando el Evangelio. Algunos abdicaron del magisterio, permitieron la disidencia de curas mundanizados y toleraron la enseñanza del sexo como pasatiempo en instituciones católicas. Incluso un puñado de obispos, como el belga Vangheluwe o el noruego Müller, abusaron de menores. Demasiados obispos, en definitiva, perdieron el vigor de la fe y se lo hicieron perder a su rebaño durante la segunda mitad del siglo pasado.
Pero también:
2) Las contradicciones de tales fiscales desconciertan al sentido común. La ideología feminista critica los abusos sexuales del clero; pero tiene por biblia El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, proveedora de menores para uso de Sartre. El homosexualismo acusa a la Iglesia de pederastia; no obstante, venera al sexólogo Alfred Kinsey, para quien la pederastia era una manifestación normal de la sexualidad. El Gobierno francés amonesta al Vaticano; sin embargo, mantiene como ministro de Cultura a Frédéric Mitterrand, que en 2005 publicó sus encuentros pedófilos en Tailandia. El PSOE se escandaliza del sexo con menores, mientras enseña a masturbarse a niños de 6 años. Joan Herrera, diputado de ICV-Els Verds, condena la "degradación moral" de la Iglesia; pero olvida que Los Verdes alemanes pidieron la despenalización de la pedofilia hace ya veinticinco años. Pedro Zerolo pide a los obispos "asumir responsabilidades", al tiempo que elogia a Fernando Lugo, obispo abusador de menores y hoy presidente de Paraguay. El New York Times acusa al Papa de encubrir a repugnantes pedófilos; pero en 1997 pedía no hablar de pedofilia, sino de "alguien que te quiere, aunque no de modo correcto". ¿Dónde está la coherencia discursiva? ¿Acaso la modernidad ha perdido el juicio?
Sí, el laicismo está cegando el juicio de Occidente. La indignación contra los abusos sexuales en la Iglesia no pretende acabar con los abusos, sino con la Iglesia. Por eso se ha transformado irracionalmente en un ataque al papado, el celibato y las enseñanzas católicas que estorban a la modernidad. Una vez más, el secularismo presenta a la Iglesia como un peligro social: si el discurso de Ratisbona amenazaba la paz mundial, y las dudas sobre la eficacia de los preservativos para detener el sida atentaban contra la salud pública, ahora se muestra a la Iglesia como un peligro para los menores. Y tal vez mañana se le acuse de discriminación e incitación al odio por su magisterio sobre el sacerdocio masculino y la homosexualidad.
El artículo completo:
http://revista.libertaddigital.com/sitio-a-la-iglesia-1276237751.html
La prensa manipula y miente.
Hasta el peor criminal del mundo tiene derecho a un defensor de oficio, si no puede pagarlo y a un juicio imparcial. Pero al padre Maciel se le declaró culpabilísimo. Todo esto me parece muy sospechoso. Bueno, allí queda.
Si es a mero título informativo deberías advertirlo, y si no.., pienso que no es un personaje de recibo en un blogg leal al Papa.
El montaje de Marcial Maciel fue posible, principalmente por el lamentable encubrimiento se su real accionar, que llegó a engañan al mismísimo JPII, quien en un momnto lo propuso como "modelo para la juventud"!!
Y fue mérito del entonces Card. Ratzinger haber percibido el olor a podrido (tanto en México como en el Vaticano), lo que lo llevó a pedir que ese caso fuese girado a su órbita (Doctrina de la Fe), cosa que obtuvo y que significó el comienzo del fin del poder del monstruo de Cotija.
La homosexualidad y la pederastia en la Iglesia no son algo nuevo. Pero siglos ha, a los curas abusadores los quemaba la Inquisición (esa odiadísima institución, tan vapuleada incluso por algunos católicos) , pero últimamente (y hablo de después pero también desde antes del CVII)se los encubría y a lo sumo, se los trasladaba. Llegándose en casos extremadamente aberrantes al soborno y/o a la intimidación de los denunciantes.
Como bien apunta JF, el Card. Bertone se refirió a la relación entre homosexualidad y abuso pederastra en ocasión de su viaje a Chile, mucho antes y con mucha mayor justeza de como ahora lo hace Mons. Fellay.
Me importa un bledo que me acuse de homófobo: esas son tesis de Pajín y Aído.
Repito: que la mayoría de los abusos en el seno de la Iglesia fueron cometidos por homosexuales está probado. Que esto no quita ni un ápice de responsabilidad al resto de abusos y al encubrimiento, es obvio.
Que Su Santidad tiene voluntad clara de afrontar este asunto con valentía, aunque le cueste sufrimiento personal, es algo que vemos cada día.
Que Fellay no tiene autoridad moral es para dar lecciones a Roma, es lo que yo pienso.
Que a vd le parezca que estas opiniones son homófobas, forma parte de la dictadura de lo políticamente correcto que nos ha invadido (para mí aún más peligrosa que Fellay y sus amigos, que ya es decir).
"Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición."
También le importará un bledo...porque es más fácil atacar al débil...anda que...¡menudos cristianos!
"Buscando defender el celibato sacerdotal, el Cardenal Bertone ha vinculado homosexualidad y pedofilia. Comprendo que el Cardenal no quiera cuestionar el celibato. Pero para defenderlo no hace falta vincular pedofilia con homosexualidad, no solo porque la mayoría de los psicoanalistas probablemente no estén de acuerdo, sino porque el celibato se defiende con argumentos antropológicos y, sobre todo, teológicos. Y la condición homosexual “debe ser acogida con respeto” (dice el Catecismo de la Iglesia Católica) y no ser vinculada con delitos y disfunciones psicológicas."
Retuerza vd el argumento lo que quiera: más le valdría atarse una piedra de molino....
El propio Santo Padre Benedicto ha recordado "aborrezcamos el pecado, amemos al pecador", dígale lo mismo usted a él.
En segundo lugar, yo solamente digo que me parece injusto colgarle el sanbenito y la responsabilidad a los homosexuales, yo sólo digo que pederastas los hay HOMOSEXUALES Y HETEROSEXUALES y que la responsabilidad las tienen quienes ocultaron los hechos durante décadas.
Sea quien sea QUE LO PAGUE, pero que no se caiga en un simplismo de homosexual= pederasta, porque no es ni justo ni real.
No tergiverse más mis palabras, alimañas las hay de cualquier orientación,abusadores y pederastas los hay de cualquier orientación...por lo tanto sea hetero o gay que lo PAGEN con las más severas condenas, eso si...recordando tambien la divina Misericordia del Señor (como dijo el Papa en su carta a los irlandeses...o ¿también le va a decir a él que se ate una rueda de molino?)
Y si le gustan más los datos que da La Noria que los que presenta la Iglesia, es su problema, no el mío.
Vamos a dejarlo y a rezar un rato: mejor nos irá a todos.
Por empezar, lo que él propone como premisa mayor, a saber, que el Card. Bertone dijo lo que dijo PARA defender el celibato sacerdotal, es una mera opinión personal que él eleva a nivel de axioma indiscutible. Yo leí esas declaraciones y para nada me han parecido que tuviesen esa finalidad. El Card. Bertone dijo una verdad de a puño, a mi juicio destinada a tanto obispo y/o rector de seminario indiferentes ante la "orientación sexual" de los candidatos al sacerdocio. Lo cual es una plaga muy extendida en la Iglesia.
Segundo, es lamentable que un religioso llegue a la bajeza de intentar desacreditar las declaraciones de un príncipe de la Iglesia, mano derecha del Vicario de Cristo por añadidura, porque "la mayoría de los psicoanalistas probablemente no estén de acuerdo" con lo que él afirma. ¿Creerá acaso que "la mayoría de los sicoanalistas", muchos de ellos rematadamente freudianos, tiene para un católico más autoridad que la palabra del Card. Bertone?
Finalmente la frutilla del postre : este desdichado hijo de Sto. Domingo llega a la enormidad de tirarle el CIC al Cardenal por la cabeza, sugiriendo que le ha faltado el debido respeto a los homosexuales. Pobrecito. El Card. Bertone se ha limitado a señalar un hecho estadístico debidamente comprobado, esto es, que la mayoría de los abusadores eran previamente homosexuales. Y nada más. Todo lo demás que el autor imagina, son producto de sus propias disfunciones sicológicas.
En fin, ya veo que su ánimo es ofender, así que a partir de ahora le ignoraré sin más.
Ricardo de Argentina, la mayoría de los abusadores si...pero EN la Iglesia, y eso da que pensar...
Por otra parte, "Segundo, es lamentable que un religioso llegue a la bajeza de intentar desacreditar las declaraciones de un príncipe de la Iglesia, mano derecha del Vicario de Cristo por añadidura,"
Si yo le pongo comentarios de otros cardenales...como Schorbon, Martini o del Primado de Toledo...¿me dirá usted lo mismo? o en ese caso (como no piensan como nosotros) si se les podrá criticar?...me encantan las doble varas de medir.
En fin,me despido de esta conversación porque veo que no llevará a ninguna parte.
Que los culpables sean condenados y las responsabilidades depuradas.
Pues sí, te diré lo mismo, pues confrontados con la opinión mayoritaria de los sicólogos, soy hasta capaz de defender al Card. Bochorno, a Martino, o incluso al mismísimo Masiá!
Hay que ser muy pero muy ignorante del actual estado de la sicología y de la deriva de los sicólogos, para no darse cuenta que su opinión -aún mayoritaria, o quizás por ello mismo, desde que son mayoritariamente freudianos - para un católico tiene una limitadísima relevancia.
Ser varón no es ser pederasta,pero sí prácticamente todos los pederastas son varones.
¿Eliminamos todos los varones?. Humm, veamos:
Todos los homosexuales no son pederastas, pero una enorme proporción de casos de pederastia la han cometido homosexuales. No admitiendo homosexuales en los seminarios, quitamos entre el 60 y el 80 % de casos de pederastia.
Para colmo el mundo gay quiere legalizar el sexo con menores "consentido"(en realidad la gran mayoría de abusos caerían en este epígrafe). Algo huele a podrido en Dinamarca.
Con la mano dura y "detección" esperamos eliminar el otro resto.
Aquí estamos para dar garantía ante todo a las familias. Primero los niños, y luego otras cosas.
Cuando el mundo gay deje de promover el sexo con menores legal, y de querer meterse como hienas a educar en los colegios a hijos ajenos, empezaremos a creer que de verdad os importan los menores de otros.
Parece que el Vaticano no ha leído su parecer sobre la psicología...
Imagínese por un momento...los psicólogos del mundo se reunen y dicen que Dios no puede ser Tres Divinas Personas...¿qué diríamos pues? Que no es competencia de la psicología hablar de Teología...eso queda reservado a los teólogos y al Magisterio, ¿verdad?
Pues aquí ocurre lo mismo...no podemos ponernos en el lugar de la ciencia ni pretender saber más que ellos en cuestiones médicas, ya que eso supone una suplantación ilícita de metodologías.
Sinceramente...al leerle a usted llego a la conclusión que el que está realmente ignorante de cuestiones psicológicas es usted...
Catholicus...
Si eliminamos a los varones eliminamos al 100% de la pederastia ya que nien la Iglesia ni en la sociedad civil son ellas las que abusan...eso da para pensar...¿por qué los hombres si y las mujeres no si todos somos humanos?...Pues lo dicho, a ordenar mujeres y ya verá como acaba la pederastia.
En segundo lugar, los gays no quieren comerse a sus hijos (al menos yo no lo pretendo y soy homosexual) no confunda Educación para la ciudadanía con personas como yo.
Usted es heterosexual (supongo)¿y por ello es pederasta o violador de mujeres? Supongo y espero que no.
Pues yo soy homosexual y ni soy un violador ni un pederasta.
Muchas veces hacéis mucho daño, parece que hablais desde los púlpitos de los fariseos y os pasais por el arco del triunfo lo que dice la comunidad científica...ah,si...lo olvidaba...todo es un engaño del todopoderoso y omnisciente lobby gay...
Nadie tiene nada contigo personal,sencillamente los datos son claros y las organizaciones gays piden lo que piden,y se asemeja mucho a querer ponerle la mano encima a hijos ajenos.
El juicio sobre la homosexualidad ha experimentado diversas variaciones a lo largo de la Historia. En general, las culturas de la Antigüedad generalmente la juzgaron moralmente reprobable. Egipcios y mesopotámicos la contemplaron con desdén mientras que para el pueblo de Israel se hallaba incluida en el listado de una serie de conductas indignas del pueblo de Dios que se extendían del adulterio a la zoofilia pasando por el robo o la idolatría (Levítico 18, 22). No en vano, el Antiguo Testamento incluía entre los relatos más cargados de dramatismo el de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 13, 14, 18 y 19), cuyos habitantes habían sido castigados por Dios por practicar la homosexualidad. Durante el período clásico, la visión fue menos uniforme. En Grecia, por ejemplo, alguna formas de conducta homosexual —masculina y sin penetración— era tolerable mientras que en Roma fue duramente fustigada por autores como Tácito o Suetonio como un signo de degeneración moral e incluso de decadencia cívica. El cristianismo —que, a fin de cuentas, había nacido del judaísmo— también condenó expresamente la práctica de la homosexualidad. No sólo Jesús legitimó lo enseñado por la ley de Moisés sin hacer excepción con los actos homosexuales (Mateo 5, 17-20) sino que el Nuevo Testamento en general condenó la práctica de la homosexualidad considerándola contraria a la ley de Dios y a la Naturaleza (Romanos 1, 26-27) y afirmando que quienes incurrieran en ella, al igual que los que practicaran otro tipo de pecados, no entrarían en el Reino de los cielos (I Corintios 6, 9).
La condena de la práctica homosexual fue común en los Padres de la iglesia y en los documentos más antiguos de disciplina eclesial aparece como uno de los pecados que se penan con la excomunión. Partiendo de esta base no resulta extraño que el mundo medieval —tanto judeo y cristiano como musulmán— condenara las prácticas homosexuales e incluso las penara legalmente aunque luego en la vida cotidiana fuera tan tolerante —o tan intolerante— con esta conducta como con otras consideradas pecado. Esta actitud fue aplastantemente mayoritaria en occidente —y en buena parte del resto del globo— durante los siglos siguientes. Esencialmente, la visión negativa de la homosexualidad estaba relacionada con patrones religiosos y morales y no con una calificación médica o psiquiátrica. El homosexual podía cometer actos censurables —no más por otra parte que otros condenados por la ley de Dios— que incluso se calificaban de contrarios a la Naturaleza y de perversión. No obstante, no se identificaba su conducta con un trastorno mental o con un desarreglo físico. En realidad, para llegar a ese juicio habría que esperar a la consolidación de la psiquiatría como ciencia.
Partiendo de una visión que consideraba como natural el comportamiento heterosexual —que meramente en términos estadísticos es de una incidencia muy superior— la psiquiatría incluiría desde el principio la inclinación homosexual —y no sólo los actos como sucedía con los juicios teológicos— entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas. Richard von Kraft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría del que Freud se reconocía tributario, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis. De manera no tan difícil de comprender, ni siquiera la llegada del psicoanálisis variaría ese juicio. Es cierto que Freud escribiría en 1935 una compasiva carta a la madre norteamericana de un homosexual en la que le aseguraba que “la homosexualidad con seguridad no es una ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse, ni un vicio, ni una degradación, ni puede ser clasificado como una enfermedad”. Sin embargo, sus trabajos científicos resultan menos halagüeños no sólo para las prácticas sino incluso para la mera condición de homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, por usar sus términos, de la misma manera que el fetichismo del cabello y el pie o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.
En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes popes del psicoanálisis, Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual. En los años cuarenta del siglo XX, por ejemplo, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo contrario, lo que la convertía en susceptible de ser tratada como otras fobias. Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Charles Socarides en esa misma década y en la siguiente —de hecho hasta el día de hoy— defendía, por el contrario, la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. Socarides es una especie de bestia negra del movimiento gay hasta el día de hoy pero resulta difícil pensar en alguien que en el campo de la psiquiatría haya estudiado más minuciosa y exhaustivamente la cuestión homosexual. Curiosamente, la relativización de esos juicios médicos procedió no del campo de la psiquiatría sino de personajes procedentes de ciencias como la zoología (Alfred C. Kinsey) cuyas tesis fueron frontalmente negadas por la ciencia psiquiátrica.
De manera comprensible y partiendo de estos antecedentes, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales. Sin embargo, en 1973 la homosexualidad fue extraída del DSM en medio de lo que el congresista norteamericano W. Dannemeyer denominaría “una de las narraciones más deprimentes en los anales de la medicina moderna”. El episodio ha sido relatado ampliamente por uno de sus protagonistas, Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, y ciertamente constituye un ejemplo notable de cómo la militancia política puede interferir en el discurso científico modelándolo y alterándolo. Según el testimonio de Bayer, dado que la convención de la Asociación psiquiátrica americana (APA) de 1970 iba a celebrarse en San Francisco, distintos dirigentes homosexuales acordaron realizar un ataque concertado contra esta entidad. Se iba a llevar así a cabo “el primer esfuerzo sistemático para trastornar las reuniones anuales de la APA”. Cuando Irving Bieber, una famosa autoridad en transexualismo y homosexualidad, estaba realizando un seminario sobre el tema, un grupo de activistas gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los militantes gays le gritó: “He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías”. Igualar el racismo con el diagnóstico médico era pura demagogia y no resulta por ello extraño que los presentes manifestaran su desagrado ante aquella manifestación de fuerza.
Sin embargo, el obstruccionismo gay a las exposiciones de los psiquiatras tan sólo acababa de empezar. Cuando el psiquiatra australiano Nathaniel McConaghy se refería al uso de “técnicas condicionantes aversivas” para tratar la homosexualidad, los activistas gays comenzaron a lanzar gritos llamándole “sádico” y calificando semejante acción de “tortura”. Incluso uno se levantó y le dijo: “¿Dónde resides, en Auchswitz?”. A continuación los manifestantes indicaron su deseo de intervenir diciendo que habían esperado cinco mil años mientras uno de ellos comenzaba a leer una lista de “demandas gays”. Mientras los militantes acusaban a los psiquiatras de que su profesión era “un instrumento de opresión y tortura”, la mayoría de los médicos abandonaron indignados la sala. Sin embargo, no todos pensaban así. De hecho, algunos psiquiatras encontraron en las presiones gays alicientes inesperados. El Dr. Kent Robinson, por ejemplo, se entrevistó con Larry Littlejohn, uno de los dirigentes gays, y le confesó que creía que ese tipo de tácticas eran necesarias, ya que la APA se negaba sistemáticamente a dejar que los militantes gays aparecieran en el programa oficial. A continuación se dirigió a John Ewing, presidente del comité de programación, y le dijo que sería conveniente ceder a las pretensiones de los gays porque de lo contrario “no iban solamente a acabar con una parte” de la reunión anual de la APA. Según el testimonio de Bayer, “notando los términos coercitivos de la petición, Ewing aceptó rápidamente estipulando sólo que, de acuerdo con las reglas de la convención de la APA, un psiquiatra tenía que presidir la sesión propuesta”. Que la APA se sospechaba con quien se enfrentaba se desprende del hecho de que contratara a unos expertos en seguridad para que evitaran más manifestaciones de violencia gay. No sirvió de nada.
El 3 de mayo de 1971, un grupo de activistas gays irrumpió en la reunión de psiquiatras del año y su dirigente, tras apoderarse del micrófono, les espetó que no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: “podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros”. Según refiere Bayer, los gays se sirvieron a continuación de credenciales falsas para anegar el recinto y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como un estilo de vida y atacaron a la psiquiatría como “el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea”. Dado que la inmensa mayoría de los psiquiatras podía ser más o menos competente, pero desde luego ni estaba acostumbrada a que sus pacientes les dijeran lo que debían hacer ni se caracterizaba por el dominio de las tácticas de presión violenta de grupos organizados, la victoria del lobby gay fue clamorosa. De hecho, para 1972, había logrado imponerse como una presencia obligada en la reunión anual de la APA. El año siguiente fue el de la gran ofensiva encaminada a que la APA borrara del DSM la mención de la homosexualidad. Las ponencias de psiquiatras especializados en el tema como Spitzer, Socarides, Bieber o McDevitt fueron ahogadas reduciendo su tiempo de exposición a un ridículo cuarto de hora mientras los dirigentes gays y algún psiquiatra políticamente correcto realizaban declaraciones ante la prensa en las que se anunciaba que “los médicos deciden que los homosexuales no son anormales”.
Finalmente, la alianza de Kent Robinson, el lobby gay y Judd Marmor, que ambicionaba ser elegido presidente de la APA, sometió a discusión un documento cuya finalidad era eliminar la mención de la homosexualidad del DSM. Su aprobación, a pesar de la propaganda y de las presiones, no obtuvo más que el 58 por ciento de los votos. Se trataba, sin duda, de una mayoría cualificada para una decisión política pero un tanto sobrecogedora para un análisis científico de un problema médico. No obstante, buena parte de los miembros de la APA no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay. En 1980, el DSM incluyó entre los trastornos mentales una nueva dolencia de carácter homosexual conocida como ego-distónico. Con el término se había referencia a aquella homosexualidad que, a la vez, causaba un pesar persistente al que la padecía. En realidad, se trataba de una solución de compromiso para apaciguar a los psiquiatras —en su mayoría psicoanalistas— que seguían considerando la homosexualidad una dolencia psíquica y que consideraban una obligación médica y moral ofrecer tratamiento adecuado a los que la padecían. Se trató de un triunfo meramente temporal frente a la influencia gay. En 1986, los activistas gays lograban expulsar aquella dolencia del nuevo DSM e incluso obtendrían un nuevo triunfo al lograr que también se excluyera la paidofilia de la lista de los trastornos psicológicos. En Estados Unidos, al menos estatutariamente, la homosexualidad —y la paidofilia— había dejado de ser una dolencia susceptible de tratamiento psiquiátrico.
Cuestión aparte es que millares de psiquiatras aceptaran aquel paso porque la realidad es que hasta la fecha han seguido insistiendo en que la ideología política —en este caso la del movimiento gay— no puede marcar sus decisiones a la ciencia y en que, al haber consentido en ello la APA, tal comportamiento sólo ha servido para privar a los enfermos del tratamiento que necesitaban. Se piense lo que se piense al respecto —y la falta de unanimidad médica debería ser una buena razón para optar por la prudencia en cuanto a las opiniones tajantes— la verdad era que la decisión final que afirmaba que la homosexualidad no era un trastorno psicológico había estado más basada en la acción política —y no de la mejor especie— que en una consideración científica de la evidencia
A ver si la hacemos más simple y podemos entendernos : Hoy en día es recurrente que la "opinión de los sicólogos" coincide al 100% con la opinión del "mundo" mundano. Por lo tanto, argumentar que la opinión de esta panda de hijos de Freud es idónea para cuestionar las enseñanzas de un autorizadísimo príncipe de la Iglesia, como lo hace el dominico de marras ( cuya biografía en la Wiki dice que es seguidor de Lutero y de Schillebeeckx ¡nada menos!), es por lo menos una argumentación muy poco feliz.
(Para saber quién fue Schillebeeckx, sugiero consultar el blog del P. Iraburu en este mismo portal.)
La homosexualidad, como el aborto, son conductas alentadas abiertamente por el poder político progresista que domina en la mayoría de los gobiernos del mundo, en razón de que ambos disminuyen drásticamente la natalidad.
Y como el aborto, la homosexualidad ha pasado de una estapa de "promoción+tolerancia" (aborto como excepción, homosexualidad como enfermedad), a una etapa más avanzada de imposición ideológica (aborto/homosexualidad como un derecho), en la cual estamos ahora.
Sin embargo, creo que no es ése el motivo de este post.
1- La comunidad científica se equivoca, ¡¿qué sabrán ellos de cuestiones científicas!?, estan todos dominados por una conspiración judeomasónica.
2-Ahora resulta que un cardenal por el hecho de serlo sabe más que un médico...y también resulta que aquel que te relacione pederastia con homosexualidad es un "autorizadísimo príncipe de la Iglesia" al que no se le puede discutir como católico (no sé dónde viene eso en el Magisterio...porque que yo sepa por el hecho de ser cardenal no se es infalible) pero aquel que te habla en otros términos más favorables sobre la homosexualidad (Schoborn, Martini, el Primado de Inglaterra etc...) ya estos "no son autorizadísimos príncipes incuestionables"...es decir, doble vara de medir. (Argentino...sus teorias son muy extravagantes)
3-Y para colmo ahora sin venir a cuento metemos el tema del aborto...(que tendrá que ver el asesinato con el hecho de ser homosexual) y, para más inri, nos saltamos lo del "respeto" que pide el Catecismo.
Ya lo decía Jesús cuando los fariseos (los que no tenían tacha ni macula...los religiosos puros) le acusaban de ir con "los pobres,marginados y prostitutas"...y Jesús les decía a esos moralistas (a los que tanto les gustaba juzgar sin atender a sus propios pecados) "«Los publicanos y las prostitutas os llevarán la delantera en el camino del Reino de Dios"
Espero que estéis contentos...ya podéis soltar las piedras, que el invertido, sucio, y monstruoso que aquí os escribe se retira de vuestra inmaculada presencia.
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Pues sí, la Iglesia está necesitada de las opiniones y las enseñanzas de Pioquinto... para no errar en su camino!!
Ironías aparte, es sintomático que una de las grandes carencias del lefebrismo (o de algunos lefebristas, mejor dicho) es carecer de conciencia de la propia soberbia.
Y en esto se igualan a los progresistas, tan amigos ellos de "aconsejar" a la Iglesia lo que debe hacer o enseñar.
Y verás en las "enseñanzas" que los tales estados imparten sobre conductas relacionadas con la sexualidad, que se promocionan a la par ambas conductas. La EpC española es un claro ejemplo, y lo que se está intentando en Chile es idéntico.
Finalmente, ambas conductas disminuyen la tasa de natalidad, objetivo que es el Santo Grial de la progresía dominante.
Lo demás no importa.
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Mientes Pioquinto, sí que hay lefebristas. Pretendes mezclar a los tradicionalistas y a los lefebristas en el mismo saco, del mismo modo que los progres intentan camuflarse entre los fieles observantes.
Lefebristas son los católicos tradicionalistas que no obedecen al Papa y sí a Fellay, que es una especie de minúsculo antipapa que encabeza una jerarquía paralela, y que se atribuye autoridad para decidir qué es lo que se debe obedecer al Papa y qué no. Así de simple. Y así de trágico. Y encima algunos -como tú- pretenden darle "consejos" como éste:
"La Iglesia debe de pronunciarse más tajantemente sobre el tema..."
Por favor, basta ya. Y no te envanezcas con el crecimiento cuantitativo de la Fraternidad, que en su momento los protestantes y muy luego los progres también crecieron mucho, y míralos hoy cómo andan.
Por lo demás que dices, en general estoy de acuerdo. Y de "burlitas" de mi parte, nada de nada. No es burla pillarte por tus propias palabras para dejar en evidencia el costado más lamentable del lefebrismo: su recurrente soberbia.
Si claro los jovenes se desarrollan plenamente a los 13 años que es el promedio de los niños abusados sexualmente, vamos que con declaraciones como estas, solo se fomenta la ignorancia, una cosa es la Homosexualidad, y otra la PEderastia, los casos fueron de PEDERASTIA. AHi esta el informe John Jay (sobre los casos de abusos sexuales en Estados Unidos), sería interesante revisar también el reporte Ryan de Irlanda y el MUrphy
Y si el celibato no tiene nada que ver, sino la profesión o la cercanía con los niños, lo que atrae a esta clase de gente (los pederastas) a profesiones como sacerdotes, maestros, etc. Así que eso es algo que se debe solucionar en los seminarios, mediante examenes psicologicos y psiquiatricos de los candidatos al sacerdocio, además de fomentar una cultura de transparencia dentro de la Iglesia, inculcarles a los fieles una formación madura, que no sacralice de tal manera a la persona del sacerdote, que lo lleve a no denunciar cuando estas personas se desvían del camino recto, en pocas palabras.
Que el perdón no sustituya la JUsticia.
http://www.youtube.com/watch?v=qmxfTaucDxc&feature=player_embedded
"El abuso sexual fue endémico en las instituciones de niños" (n. 18).
http://www.childabusecommission.ie/rpt/ExecSummary.php
La erradicación del vicio del encubrimiento sistemático de parte de los obispos será fundamental (aunque no suficiente) para evitar que tanto el difundidísimo pecado nefando como los abusos, manchen en lo sucesivo a la Iglesia.
Que se abuse de niños varones, no significa que sean homosexuales necesariamente, los pederastas son heteresexuales y homosexuales, y si los abusos se dieron con niños es porque era lo que tenian mas al alcance, vamos cuando se entendera que la pederastia es una depravacion sexual
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