Cardenal Schonborn, no nos escandalice más
El otrora pupilo de Joseph Ratzinger en Ratisbona, se ha vuelto a desmarcar con unas declaraciones que trituran directamente la moral católica, los sacramentos y la autoridad de la Sagrada Escritura y de la Iglesia.
Según recoge The Tablet, el Cardenal Schonborn, cuestionado sobre la actitud de la Iglesia hacia los homosexuales, dijo que: «nosotros deberíamos tener en más consideración la calidad de las relaciones homosexuales» añadiendo que «una relación estable es sin duda mejor que si alguien elige ser un promiscuo».
Añade The Tablet que el Cardenal continuó diciendo que «la Iglesia necesita reconsiderar su punto de vista sobre los divorciados casados de nuevo», así como las personas que ni siquiera se casan en absoluto».
Afirma, por otra parte el periódico digital, que el Cardenal añadió que lo principal a tener en cuenta no debe ser el pecado, sino la gente tratando de vivir de acuerdo a los mandamientos. En lugar de una moral basada en el deber, debemos trabajar en una moralidad basada en la felicidad, continuó.
Recordar las palabras bíblicas que condenan las relaciones homosexuales (Rm 1, 18-32; 1 Cor 6, 9 y 1 Tim 1, 10), y las mismas de Cristo impugnando el divorcio (Mt 5,32), así como los escritos del Magisterio eclesiástico y de los santos, no tiene mucho sentido, porque son de todos conocidas. Incluso por el Cardenal Schonborn, uno de los redactores del Catecismo de la Iglesia Católica.
Igualmente, huelga explicarle a un dominico como Schonborn, que la moral es, sobre todo y ante todo, una doctrina sobre el hombre, es decir, que tiene que resaltar la idea del hombre y que, además, siendo cristiana tiene que tratar de la imagen verdadera del mismo hombre. ¿Y cuál es la imagen auténtica del hombre cristiano?: Cristo. El cristiano debe ser otro Cristo. Pero esto requiere una interpretación, que se apoye en la esencia empírica del hombre y en la realidad, para no caer en el abuso y el error. El hombre, permanece criatura, aun en la vida eterna. La moral de la teología clásica interpreta las palabras de la Escritura sobre la perfección mediante la imagen de las tres virtudes teologales y cuatro cardinales.
Por otra parte, el fin último del hombre es la bienaventuranza y la la bienaventuranza o felicidad, es el premio de la virtud. ¿Cuál es la bienaventuranza última y perfecta? La visión de la esencia divina.
Por ende, el concepto de «felicidad» puesto en juego por el Cardenal, casa mejor con el hedonismo, con la lujuria que se doblega y abandonra, antes que con el concepto cristiano de felicidad, de bienaventuranza. Porque precisamente, es en el matrimonio donde se da la única realización perfecta del instinto sexual. Como explica muy bien Santo Tomás, de los tres bienes que integran el matrimonio – fides, proles, sacramentum; comunidad de amor y de vida, los hijos y la sacramentalidad -, la primera, la fides, es dentro del matrimonio, el bien que brota de la esencia misma del hombre; es decir que está contenida en el matrimonio por ser la unión de dos personas
Como he dicho antes, recordarle todo esto a un Cardenal, dominico para más inri, es inncesesario.
El Cardenal austríaco parece querer enarbolar la bandera dejada por los progresistas intraeclesiales, tipo Martini, como los extraeclesiales, tipo Küng, visto que estos están se encuentran en declive acelerado y, además, sin recambios. En estas circunstancias, Schonborn se postula como el nuevo delfín del progresismo eclesial.
Curiosamente un discípulo del profesor Ratzinger, una especie de reverso tenebroso, dispuesto a socavar y subvertir la fe de la Iglesia. Mientras que el Papa predica la hermenéutica de la continuidad, su discípulo precisamente, realiza la ruptura. O sea.
Lo que otros dicen:
Sector Católico.
Athanasius contra mundum.
p.s. ¿Qué dice Santo Tomás sobre el vicio nefando?
Artículo 12: ¿Es el vicio contra la naturaleza el pecado más grave entre las especies de la lujuria?
Objeciones por las que parece que el vicio contra la naturaleza no es el pecado más grave entre las especies de la lujuria.
1. Cualquier pecado es tanto más grave cuanto más se opone a la caridad. Ahora bien: parece que se oponen más a la caridad del prójimo el adulterio, el estupro y el rapto, que infieren una injuria al prójimo, que los pecados contra la naturaleza, que no suponen injuria contra nadie. Luego el pecado contra la naturaleza no es el más grave de entre las especies de la lujuria.
2. Parece que son pecados más graves aquellos que se cometen contra Dios. Pero el sacrilegio se comete directamente contra Dios, por ser una injuria contra el culto divino. Luego el sacrilegio es un pecado más grave que el pecado contra la naturaleza.
3. Parece que un pecado es tanto más grave cuanto se comete contra personas a las que debemos querer más. Ahora bien: según el orden de la caridad, debemos amar más a las personas que están más unidas a nosotros, a las cuales manchamos mediante el incesto, que a las extrañas, a las cuales manchamos a veces por el vicio contra la naturaleza. Luego el incesto es un pecado más grave que el vicio contra la naturaleza.4. Si el vicio contra la naturaleza es el más grave, parece que ha de ser tanto más grave cuanto más se opone a la naturaleza. Pero parece que los pecados que más se oponen a la naturaleza son la inmundicia y la molicie, ya que parece más conforme a la naturaleza el que haya un elemento activo y otro pasivo. Según esto, la inmundicia sería el pecado más grave contra la naturaleza, lo cual es falso. Luego los vicios contra la naturaleza no son los más graves de entre los de la lujuria.
Contra esto: está lo que dice San Agustín en su obra De Adulterin. Coniugiis: De todos éstos, es decir, de los pecados pertenecientes a la lujuria, el peor es el que va contra la naturaleza.Respondo: En cualquier orden de cosas, la corrupción de los principios es pésima, porque de ellos dependen las consecuencias. Ahora bien: los principios de la razón son los naturales, ya que la razón, presupuestos los principios determinados por la naturaleza, dispone los demás elementos de la manera más conveniente. Esto se nota tanto en el orden especulativo como en el operativo. Por ello, así como en el orden especulativo un error sobre las cosas cuyo conocimiento es connatural al hombre es sumamente grave y torpe, así es también muy grave y torpe, en el orden operativo, obrar contra aquello que ya viene determinado por la naturaleza. Así, pues, dado que en los vicios contra la naturaleza el hombre obra contra lo que la misma naturaleza ha establecido sobre el uso del placer venéreo, sigúese que un pecado en tal materia es gravísimo. A continuación viene el incesto, el cual, como dijimos antes (a.9), atenta contra el respeto natural que debemos a las personas próximas a nosotros.
En efecto, las otras especies de lujuria nos hacen pasar por encima de lo que ya viene determinado por la recta razón, presupuestos, no obstante, los principios naturales. Pero es más contrario a la naturaleza el usar de los placeres venéreos no sólo en contra de la generación de la prole, sino cometiendo injusticia contra otro. Por eso la fornicación simple, en la que no hay injusticia contra otro, es la menos grave entre las especies de lujuria. Y es mayor injusticia abusar de una mujer sujeta a otro en lo que se refiere al uso de la facultad generativa que si lo está sólo en cuanto a su custodia. Por eso el adulterio es más grave que el estupro. Uno y otro se agravan si existe violencia. Por eso el rapto de una virgen es más grave que el estupro, y el rapto de una esposa es más grave que el adulterio. Todas estas especies se agravan si hay sacrilegio, tal como ya dijimos (a.10 ad 2).
A las objeciones:
1. Así como el orden de la recta razón procede del hombre, así el orden natural procede de Dios. Por eso en los pecados contra la naturaleza, en los que se viola el orden natural, se comete una injuria contra Dios, ordenador de la naturaleza. De ahí que diga San Agustín en III Confess.: Los delitos contra la naturaleza son reprobables y punibles siempre y en todo lugar, como lo fueron los de los sodomitas. Aunque todos los hombres cometieran ese mal, seguiría pesando el mismo reato impuesto por la ley divina, que no hizo a los hombres para que obraran así, pues se viola la familiaridad que debemos tener con Dios, y a que se mancha, con la perversidad del placer, la naturaleza de la que El es autor.
2. Los vicios contra la naturaleza son también vicios contra Dios, según dijimos antes (ad 1). Y son tanto más graves que el sacrilegio cuanto el orden de la naturaleza es anterior y más estable que cualquier orden sobreañadido.
3. A cada individuo le es mucho más íntima la unión de la naturaleza específica que con cualquier otro individuo extraño. Por eso son más graves los pecados contra la naturaleza de la especie.
4. La gravedad de un pecado se mide más por el abuso de una cosa que por la omisión del uso debido. De ahí que, entre los pecados contra la naturaleza, sea la menos grave la inmundicia, que consiste únicamente en la omisión del coito con otra persona. El más grave de los pecados es la bestialidad, al no guardarse en él el modo de la especie humana. Por eso, al comentar el pasaje de Gén 37,2, acusó a sus hermanos de un crimen pésimo, dice la Glosa: tenían relaciones sexuales con el ganado. Viene a continuación el crimen sodomítico, en el que no se observa el sexo debido. Y después viene el pecado consistente en no guardar el debido modo de realizar el coito, más grave si no se realiza en el órgano propio de la generación que si hay algún desorden en cuanto a otros detalles relativos al modo de realizar el coito.Cuestión 154, artículo 12
8 comentarios
youtube.com/watch?v=67Lom28KSlg
Un cardenal,austriaco, cuya nacionalidad nos recuerda que los prelados de ese país se negaron a aceptar el último nombramiento de Benedicto XVI para la diócesis de Linz, por considerar al aspirante demasiado "conservador", y remitiron una carta pública a los fieles en la que explicaban su comportamiento.
Estos mismo prelados, en su última visita ad limina, presentaron al Santo Padre una carta firmada por laicos que pedían el celibato opcional.
Para que hablar de los abusos litúrgicos que cada año se practican en la catedral Stephen's durante la Misa de jóvenes que preside el Cardenal.
Pero la cuestión es ¿Cuántos cardenales han perdido el norte como éste? ¿Cuántos Obispos cuestionan la doctrina de la Iglesia?
esa foto hace ams juego con su personalidad...
Seria bueno que este cxardenal pornga en practica lo que el Santo Padre nos recordo ayer: penitencia y oracion... y si le agregamos una dosis de obediencia al santo Padre Mucho mejor.... y nos nos olvidemos de nuestras amigas las virtudes..primero las teologales y que tambien estudie las humanas
http://blogs.reuters.com/faithworld/2010/05/11/guestview-no-good-deed-goes-unpunished/
vía American Papist, a quien también le defraudó el cardenal, je.
http://www.catholicvoteaction.org/americanpapist/index.php?p=7272
No creo que cuele, no le queiren ya ni unos ni otros. Si los progres le terminan aceptando como candidato, el resto le dará la espalda, sonoramente.
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